Llego hasta aquí
Látigo eléctrico
Los látigos fueron muy utilizados en los primeros años de las civilizaciones como una herramienta de control de masas (generalmente ganado o población esclava). Se fabricaban en cuerda o en cuero y su chasquido característico hacía temblar a los más valientes. A diferencia de otras armas arcaicas, el látigo ha evolucionado hasta la época actual como un arma policial, aunque no todos los planetas están dispuestos a incluir este equipo entre sus fuerzas de seguridad.
Están fabricados mediante el enrollamiento de capas con una mezcla de derivados del caucho y de fibras de acero elástico y carbono. El primero aporta elasticidad al compuesto, mientras que el segundo le da resistencia al desgaste. La conductividad se consigue mediante fibras metálicas (cinético magnéticas) en el extremo o punta del látigo. El mango está recubierto de teflón y en su interior van alojadas las baterías que permiten las descargas eléctricas. El látigo se carga manejándolo; es decir, haciéndolo chasquear y moviéndolo en el aire. Este movimiento hace que las baterías vayan acumulando electricidad que puede liberarse a voluntad del portador (hay un botón en la empuñadura).
Existen muchos fabricantes de este tipo de arma, pero el más famoso y conocido es TEEGON, una pequeña empresa de origen veddio. La empresa es muy antigua, de la época del imperio veddio (casi mil años) y es, probablemente, la heredera de las viejas tradiciones esclavistas de esta especie. En ocasiones, su publicidad ha sido tachada de muy extremista (haciendo descarada apología a favor de la esclavitud), pero, sea como fuere, ha sobrevivido a los cambios y se ha modernizado y es una empresa de referencia en el mercado de los látigos. Los fabrica en varios tamaños y colores y con una, dos y hasta siete puntas. Dicen los rumores vetteranos que en una ocasión envió un látigo especialmente decorado, fabricado en cuero y con piedras semipreciosas, al presidente del Senado de la RFP. Su destinatario, al parecer, no supo apreciar el regalo recibido y se dice que está guardado en alguna caja de la Aguja.
Un látigo, por sí solo, hace un daño tipo I-2 de heridas (mínimo 1). Cuando se golpea con un látigo eléctrico sin una carga previa (es decir, sólo con la electricidad generada por el golpe), el daño se convierte en I+2, estos cuatro puntos adicionales se consideran de electricidad. Cuando el portador ha chasqueado el látigo un par de ocasiones antes de dar el golpe (un par de asaltos presumiendo de su manejo del látigo ante su rival), el daño sube a tipo II. En este caso, la mitad del daño es de heridas y la otra mitad es de electricidad. Un fracaso alto manejando uno de estos látigos siempre implicará que el portador se ha golpeado a sí mismo. En el caso de un uso improvisado (es decir, que el personaje no maneje látigos de forma habitual), se golpeará a sí mismo con fracasos medios también.
Nota: los daños de electricidad se tratan como puntos de vida de heridas de la forma habitual, pero El DJ puede, si lo considera oportuno, hacer que las TA de Primeros auxilios tengan una dificultad adicional para curar las heridas eléctricas del látigo.
No existe una habilidad en Exo para el manejo de látigos. Los personajes que quieran manejar uno, deberán adquirir la habilidad secundaria de Látigo con sus puntos de desarrollo (durante la creación) o sus puntos de experiencia (si el personaje ya está creado). Nota: comprar la habilidad no cuesta ningún punto, simplemente deben anotarla y subir los puntos de la misma como si fuera cualquier habilidad normal.
Para un uso improvisado del látigo, puedes realizar una TA de Agi+2Coo (agilidad más dos veces la coordinación) con un grado de dificultad adicional debido al desconocimiento del arma.