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Espuma corrosiva
Junto con la lanza térmica, otra forma clásica de forzar una puerta o abrir un agujero en un suelo o pared es empleando espuma corrosiva. Existen distintas versiones de la espuma corrosiva, que se comercializa en formato espray (en un envase no muy diferente a la antigua espuma de afeitar que se empleaba antes de que se inventasen las depiladoras láser). El envase está dividido longitudinalmente en dos secciones. Cada parte contiene un compuesto químico en forma de gel que, tras mezclarse al salir, reaccionan convirtiéndose en un potente ácido capaz de corroer casi cualquier material.
Reglas: la espuma corrosiva puede tener cualquier Potencia. La espuma ignora el blindaje tras el primer asalto. Durante el primer asalto en que la espuma actúe el blindaje se restará del daño causado pero a partir de ahí el líquido habrá penetrado el mismo y atacará directamente la estructura. Además, la puerta perderá un punto de blindaje permanente en cada asalto, aunque eso también implicará que el ácido pierde dos potencias cada asalto en vez de una.