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viernes, 4 de octubre de 2024


 

Vomitomancia

Un abrita. Dibujo de Óscar Martínez

Los abritas son originarios del planeta Ellera, dentro del territorio sheller. Su historia y desarrollo tecnológico y cultural se vio precipitadamente truncado debido a su enfrentamiento con los sheller, quienes en el año -473 aV. bombardearon su planeta natal con armas nucleares, en uno de los primeros ejemplos documentados de lo que popularmente se conoce como "venganza sheller".

Los abritas tienen una forma física que recuerda un poco a la humaniforme, aunque carecen de cabeza. No tienen ni ojos ni oídos ya que poseen una especie de sentido de radar que les permite determinar la disposición de las cosas y, a través de su sensible membrana receptora, interpretar los ruidos que escuchan. Aproximadamente a la mitad del pecho tienen una válvula semiquitinosa a través de la cual respiran. Además, a través de este órgano y mediante unas vibraciones provocadas en su enorme caja torácica, hablan. Su voz suena siempre muy grave y algunas especies tienen dificultades en escuchar sus registros más bajos. En el abdomen se abre una abertura que comunica directamente con el estómago. Los abritas no mastican la comida sino que, simplemente, la introducen en el estómago directamente con sus manos.

El arte de adivinación abrita llamado titirta es una costumbre firmemente arraigada entre los abritas. Resulta habitual que, antes de cerrar un negocio, acceder a un nuevo puesto de trabajo, emprender un viaje o participar en un duelo, muchos abritas concierten una cita con un adivino que les augure qué es lo que les depara el destino al respecto. Incluso se rumorea que los líderes abritas no toman ninguna decisión importante sin antes haber consultado a uno de estos adivinos, quienes en cierto modo se convierten en autenticas eminencias grises.

Se cree que el origen remoto de esta firme creencia en los dictados del titirta está en el funesto incidente que provocó su legendaria guerra contra los sheller. La historia apócrifa asegura que en el año -473 aV. los abritas eran una especie avanzada capaz de construir sus primeras y toscas naves espaciales, una especie que hubiera sido plenamente capaz de dar por sí sola el salto a las estrellas. Incluso habían construido una estación espacial que orbitaba en torno a Ellera, su planeta natal (sector Ghe-Hea), y habían visitado varios planetas de su sistema solar. Sin embargo, pese a todos sus avances técnicos, políticamente Ellera seguía siendo un planeta balcanizado en el que, continuamente, docenas de naciones luchaban entre sí, comerciaban, se aliaban, se traicionaban, se reconciliaban y volvían a enfrentarse por la supremacía. Entonces, tomaron contacto con los sheller…

Los sheller habían descubierto Ellera durante una de sus habituales misiones de exploración y pronto se dieron cuenta de que los abritas eran una especie muy interesante de cara a su eventual incorporación al Pueblo Sheller, aunque tal vez demasiado dividida y belicosa como para superar por sí misma el dilema de Hopkings.

Finalmente se decidió no intervenir por el momento y esperar acontecimientos. Establecieron una pequeña colonia científica en Ellera-7, un pequeño planetoide del cinturón de asteroides desde donde planeaban observar el desarrollo de la nueva especie. Se trataba de una base pequeña, ocupada por menos de una docena de científicos y estudiosos. Los astrónomos abritas, y más concretamente los de las dos superpotencias más poderosas del planeta, pronto los descubrieron y se apresuraron a establecer comunicación con los recién llegados.

Los sheller dejaron claro que no habían venido a intervenir ni conquistar y que eran simples observadores que solamente esperaban a que el planeta estuviera "listo" para su integración en la comunidad galáctica. Eso fue un error, ya que los belicosos abritas lo tomaron como un signo de debilidad. Al principio, los líderes abritas de ambas potencias se limitaron a reclamar (según algunos xenólogos la arrogancia es un lamentable rasgo cultural intrínseco de los abritas) que los sheller les hicieran entrega de armamento militar a cambio de "tolerar" su presencia en "su" sistema solar. La intención era clara, si los sheller querían un planeta unido usarían la avanzada tecnología sheller para hacerse con el poder y unificar el gobierno planetario. Por supuesto, sus demandas fueron rechazadas por los sheller que les explicaron que jamás compartían su tecnología bélica con planetas no integrados en el Pueblo Sheller ni interferían en la política interna de otras especies. Inasequibles al desaliento, los líderes abritas pidieron (y casi exigieron) a los sheller que en ese caso les fueran cedidos los conocimientos que les permitieran el viaje subespacial, pero también en esta ocasión fueron rechazados por razones de desarrollo global de la civilización. En su lugar, les fue ofrecida ayuda médica para superar algunas enfermedades que para la ciencia abrita eran incurables. Los líderes abritas finalmente decidieron aceptar la ayuda, si bien secretamente consideraron el rechazo una grave afrenta y se aliaron para tomar por la fuerza aquello que tanto ansiaban.

Los astrónomos abritas determinaron que, en base a las observaciones y debido a su reducido tamaño, era de todo imposible que hubiera muchos sheller en la base de Ellera-7. Los Gobiernos de los dos países, que habían sido enemigos durante siglos, unieron entonces sus esfuerzos para construir juntos la mayor nave que se había visto hasta el momento en Ellera: una gran nave equipada con la última tecnología abrita y tripulada por los mejores científicos, médicos, biólogos, naturistas y expertos en cualquier otra rama de la Ciencia que los visitantes hubieran declarado querer compartir. Al menos eso es lo que los sheller creyeron hasta que la renqueante nave llegó al asteroide tras dos meses de largo viaje. De su interior surgieron cientos de soldados que, aunque visiblemente afectados tras el viaje en ausencia de gravedad, atacaron la colonia. A pesar de verse superados en una proporción de casi cincuenta a uno, los científicos consiguieron acabar con la vida de cuatrocientos de los atacantes antes de ser finalmente masacrados. Pero aquélla era una misión suicida y los abritas supervivientes, sin medios para regresar a su planeta, solo buscaban capturar indemne la tecnología sheller y enviar la información a su planeta antes de que las reservas de oxígeno se acabaran. Pese a todo, los abritas apenas tuvieron tiempo de disfrutar de lo obtenido. Un tiempo después, cuando el relevo de los científicos sheller llegó a la colonia y transmitió las dantescas imágenes de lo sucedido a la flota sheller, ésta se personó en Ellera en apenas tres días…

Dos días después la civilización abrita había dejado de existir y los escasos supervivientes habían retrocedido tecnológicamente hasta la edad de piedra. Actualmente, Ellera sigue siendo un planeta apenas habitable debido al intenso bombardeo nuclear que sufrió mientras que la colonia sheller en el cinturón de asteroides, reconvertida en base militar, sigue vigilando de cerca el planeta. Hasta ese punto puede llegar el rencor de los sheller…

Durante los siguientes milenios los abritas tuvieron severamente prohibido desarrollar tecnología por encima de un determinado nivel permitido por los sheller. Cuando algún científico redescubría o desarrollaba secretamente una tecnología "prohibida" y era detectado por los satélites sheller en torno al planeta, los sheller de Ellera-7 realizaban un rápido ataque de castigo, matando al científico y destruyendo su obra. Esto originó en la sociedad abrita la aparición de un culto hacia los "vengadores celestiales" y un profundo rechazo a la tecnología que a la postre provocó un retroceso de la sociedad al barbarismo en apenas un par de siglos.

Por otro lado, los abritas también se encontraban confinados en su planeta, teniendo prohibido abandonarlo al principio bajo pena de muerte y, más adelante, cuando se suavizaron las condiciones del bloqueo, siendo repatriados a la fuerza si eran capturados. Sólo cuando la población de Ellera aumentaba por encima de los limitados recursos del planeta una porción de la población era movilizada y transportada forzosamente a otros sistemas cercanos, motivo por el cual es habitual encontrar asentamientos abritas en muchos otros planetas del sector Ghe-Hea. Igualmente, la vigilancia sheller no ha sido impermeable a lo largo de los milenios y, en ocasiones el planeta ha podido ser visitado por piratas y renegados que, apresando a los incautos abritas, los han vendido como esclavos en otros puntos de la galaxia.

A pesar de la apertura cultural de la última década, tecnológicamente los abritas de Ellera siguen siendo considerablemente atrasados. Su industria sigue basándose principalmente en combustibles fósiles y cosas que a otras especies les parecen habituales como la RV, los robots o los TRA médicos son consideradas poco menos que maravillas en este mundo. Además, las armas de pólvora, aunque existen, son muy escasas y en general los individuos siguen resolviendo sus disputas con arcaicas armas de filo. De hecho, los abritas se jactan públicamente de ser los mejores espadachines y espaderos de la galaxia, con sendas técnicas de combate y forja perfeccionadas durante milenios de guerras sin armamento moderno. En el plano político tampoco han avanzado demasiado y el planeta sigue sin tener un gobierno global, estando balcanizado en multitud de pequeñas naciones con continuos enfrentamientos entre sí por los escasos recursos disponibles.

Algunos analistas extranjeros esperan que, ahora que han obtenido permiso para comerciar con el exterior, los abritas sean capaces de cesar las hostilidades entre sí y sentar las bases de una paz duradera que traiga la prosperidad a su planeta; si bien, no está claro qué podrían ofrecer a cambio de los recursos y materias primas que tan desesperadamente precisan. En cualquier caso los abritas siguen desconfiando de la palabra de los sheller y dudan de que éstos vayan a permitir que otra especie medre en el interior de su territorio por lo que, desde el fin del confinamiento, millones de abritas se han lanzado al espacio en primitivas y abarrotadas naves de refugiados intentando alcanzar el espacio tyrano, en donde no han sido bien recibidos.

Hasta aquí llega la historia oficial. Lo que no es tan conocido es que, según la tradición abrita, durante el largo año que tardó en construirse la nave que llevaría a las tropas abritas hasta el cinturón de asteroides los dos grandes líderes abritas del momento fueron visitados por un oscuro adivino de grandes poderes, quien auguró que acaecería una gran desgracia si se obstinaban en llevar a cabo su plan de atacar a los sheller. Sin embargo, tanto uno como el otro, henchidos de arrogancia y soberbia, expulsaron al adivino de su presencia y, cuando éste intentó revelar al pueblo lo que tramaban sus líderes, hicieron que lo silenciaran para siempre. Sin embargo, la historia fue finalmente revelada al gran público cuando la nave abrita ya había partido y ya nada se podía hacer para detenerla. Se dice que algunos de los gobiernos de terceros países trataron de avisar a los sheller de lo que iba a pasar pero que no consiguieron desarrollar a tiempo la tecnología necesaria para comunicarse con la colonia sheller (tecnología que era monopolizada por las dos superpotencias aliadas).

Por este motivo es que los abritas siempre han sostenido que son un pueblo injustamente castigado a causa de los pecados de dos de sus dirigentes. Es un hecho no confirmado que hace poco más de diez años Ratata, un adivino-guerrero abrita, logró burlar el bloqueo a bordo de una pequeña nave monoplaza y se presentó en Qualer, arriesgando su vida y exigiendo hablar ante el Iwati en nombre del pueblo abrita. Jamás antes un abrita había tenido la osadía de pisar Qualer, la capital de los sheller, ya que los abritas detenidos fuera de Ellera generalmente trataban de huir hacia Tyran o la RFP y eran repatriados a la fuerza.

Cuando la nave de Ratata fue interceptada cerca de la órbita de Qualer, éste empleó una antigua fórmula ritual para desafiar a duelo al capitán de la patrullera que le había detenido. Ratata derrotó en combate personal al capitán, quien ahora se encontraba en deuda de honor con él. Ratata solo le pidió que le llevase a ver a su superior. Al ser llevado ante éste Ratata también le retó y derrotó, solicitándole de nuevo ser llevado frente a su jefe.

Ratata repitió el proceso en una sucesión de duelos hasta que finalmente se enfrentó a Sulo Vaore, miembro del Iwati de Qualer y un erel experto en combate, alumno del mismísimo Inmen Deiel (ver artículo). También al erel lo derrotó, aunque sufriendo él mismo graves heridas durante la lucha (otros dicen que Vaore ganó el duelo pero que se rindió honorablemente al ver hasta qué punto deseaba Ratata cumplir su objetivo). Pese a su estado, Ratata pidió al erel que intercediese en su favor para poder dirigirse en privado al Iwati de Qualer y, para sorpresa de muchos, su petición fue aceptada.

Se dice que, durante su declaración ante el Iwati, Ratata aportó pruebas de que los actos de violencia contra los sheller que dieron origen al conflicto entre ambas especies fueron cometidos a espaldas de la mayoría del pueblo abrita y que, pese a todo, suplicó humildemente perdón en nombre de todos los abritas por los actos cometidos por sus antepasados (un hecho considerado sorprendente, dada la proverbial arrogancia de esta especie). Sea como fuere, al parecer su intervención fue tan emotiva y elocuente que logró convencer a los erel para que fueran levantadas las interdicciones que pesaban sobre los abritas, quienes a partir de entonces fueron libres para abandonar Ellera o desarrollar y adquirir tecnología avanzada. En cuanto a Ratata no está claro cuál fue su destino final: algunos dicen que al final de su intervención murió a causa de sus heridas, otros afirman que regresó a Ellera en donde vive felizmente y otros, unos pocos, juran haber visto de vez en cuando a Sulo Vaore en compañía de un abrita que camina cojeando por los jardines de Qualer. Esto al menos es lo que se comenta entre los sheller y lo que ha llegado a oídos de otras especies.

Un hecho que ya no es tan conocido es que Ratata afirmaba ser descendiente directo del adivino que intentó advertir a los líderes abritas de la locura que iban a cometer. Sea como sea, lo que es sabido es que, al igual que millones de sus compatriotas, Ratata era un ferviente prácticamente del titirta, un singular arte adivinatorio que muchos abritas practican o cuyos dictados siguen diariamente.

Desde la antigüedad, los seres inteligentes han deseado conocer su futuro. Para ello, numerosos han sido los métodos empleados, la mayoría basados en costumbres arcaicas y simples supersticiones. Numerosos son los ejemplos de estas prácticas: el más famoso de todos es, probablemente, el llamado "Horóscopo tyrano", pero también existen otros, como el método practicado por los "observadores de naves" de Fagufa (basado en el estudio de las formas de las estelas de humo que dejan las naves espaciales que despegan) o la de los antiguos oráculos úkaros de Herebon (quienes queman mechones de su vello corporal en un brasero e inhalaban los vapores con el objetivo de inducirse un estado alterado de conciencia que les ponga en sintonía con las energías del universo).

Los adivinos abritas practican un extraño arte denominado titirta (del abrita tit "consejo" y irta "interno"), basado en la lectura de los jugos gástricos y mucho más conocido como "vomitomancia", el despectivo nombre por el que lo llaman los tyranos, quienes han visto cómo este "arte" era importado a su nación por los refugiados llegados desde el Pueblo Sheller durante los últimos años.

El concepto básico tras el titirta no es ni mucho menos algo revolucionario o particularmente único de los abritas. De hecho, es sabido que, durante los Años Oscuros, los legendarios Profetas Locos de Zazoge estudiaban las manchas formadas por el combustible derramado en el suelo del hangar por las naves espaciales y otras sustancias líquidas para predecir el futuro. Sin tener que remontarse a épocas remotas, en la actualidad y en la RFP, los nobles del planeta Halkiopolis hacen que profetisas-esclavas adiestradas desde niñas les adivinen el porvenir interpretando los posos que quedan en las copas de licor que ingieren tras haber copulado con ellas.

El arte de la vomitomancia exige llevar a cabo un severo ritual previo a una correcta lectura, así como el dominio de los significados de las centenares de imágenes que pueden aparecer. El procedimiento acertado para llevar a cabo una correcta lectura es el siguiente: primero el adivino debe guardar ayuno durante varios días, en los cuales no puede tomar ningún alimento sólido. Durante esos días solamente puede beber una infusión destinada a purificar el organismo y evitar la deshidratación. Al final del periodo de ayuno, que varía en duración para cada adivino, éste debe ingerir una comida especial, un rodacallo venenoso (en la imagen el abrita está a punto de ingerir uno) que es devorado vivo (algo no demasiado extraño, gran parte de la gastronomía abrita consiste en consumir los alimentos crudos o aún vivos); tras haber digerido al animal, las toxinas del rodacallo hacen caer al abrita en un estado febril que, tras varias horas (tantas horas como la puntuación de VITalidad del adivino), provoca una violenta regurgitación. El vómito resultante de esta dieta es siempre muy líquido y de color negro y despide un fuerte hedor agrio.

Según la tradición, este ritual debe llevarse a cabo al aire libre, nunca en una estancia cerrada pues hacerlo atraería la mala fortuna (por no decir que arruinaría las alfombras). El vomitomante examina entonces las formas que han dibujado en el suelo los restos de sus jugos estomacales. Según los abritas, éste es un reconocido método para estimular los poderes intuitivos del adivino, quien será capaz de predecir el futuro y percibir verdades que de otro modo permanecerían ocultas.

Según las figuras y formas que aparezcan así se puede adivinar algún presagio. Algunas de las formas más comunes son:

Anillo: cerrarás un negocio fructífero. Tendrás éxito en la tarea que has emprendido.

Ondas: no te faltará de nada; vivirás en condiciones confortables.

Cometa: recibirás una visita inesperada; alguien a quien se dio por perdido regresará.

Cruz: tus posesiones te serán arrebatadas.

Cuadrado: tu posición mejorará.

Estrella: racha de buena suerte. Si tiene cinco puntas significa un beneficio económico inminente; si tiene seis puntas ser tratará de un nacimiento; si tiene ocho puntas se producirá un cambio positivo inesperado.

Flecha: ten cuidado, tus enemigos conspiran contra ti.

Zarpazo: nunca trates con un sheller cuando la muerte ronda cerca.

Óvalo: crearás cosas nuevas y sentirás una gran gozo.

Rueda: cuídate de tus amigos.


Reglas

Superstición o no, lo cierto es que una correcta práctica del ritual del titirta otorga una pequeña ventaja a los escasísimos psiónicos abritas. Durante el estado ligeramente febril que acontece entre el consumo del rodacallo y el momento de la regurgitación, la rama de Clarividencia se considera favorable para él. Este estado febril dura tantas horas como la puntuación de VITalidad del adivino.

 

 

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Cita

«Solo necesito unos centenares de muertos que hacer valer en la mesa de la paz.»

Mussolinni