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Mundos Muertos
La denominación oficial para estos mundos es "Mundos Cerrados", pero salvo en documentos y en algún comunicado político, todo el mundo habla de ellos como mundos muertos. Es una denominación de la República Federal de Planetas y hace referencia a planetas o sistemas que quedan marcados como no visitables en la carta galáctica oficial del Senado. Algunos comerciantes poco preparados o algunos avispados timadores te dirán que la prohibición senatorial es, en realidad, una recomendación, que el Senado no tiene autoridad para impedir el acceso o que estos planetas ocultan paraísos comerciales, turísticos o culturales. En realidad, la denominación popular debería ser: mundos (que hacen) muertos.
El primer mundo cerrado que instauró el Senado fue en el año 424 cuando la R.F.P. aún no se denominaba así y el imperio humano no era ni una sombra de lo que en su día sería. Fue en ese momento cuando se aprobó con mayoría aplastante la Ley de Protección Espacial (LPE) y que en resumen permitía al entonces Senado de Vettera cerrar determinados sistemas o planetas a la navegación espacial. Dicha potestad fue heredada por el Senado de la República tras la Primera Enmienda.
El incidente del año 424 que dio origen a la LPE, en realidad empezó en el 420 con la desaparición de uno de los grupos de exploración enviado al mundo XR221 (Adalum). Aquella no era una de las mejores épocas para la exploración espacial, faltaba presupuesto y los destinos se elegían siguiendo unas directrices que intentaban asegurar el éxito de la misión. La desaparición del grupo de exploración causó cierto revuelo en determinados círculos, pero poco más podían hacer que conseguir un nuevo grupo y esperar su turno para que les autorizaran la partida. Esto ocurrió cuatro años después y cuando los exploradores llegaron a Adalum descubrieron la razón de la desaparición: el limormas. Adalum resultó ser un planeta bastante radiactivo (sin llegar a ser mortal) y la vida animal y vegetal se había adaptado a una especie de permanente guerra celular. Existían enormes organismos que emulaban formas de vida diversas y que utilizaban como cebo o como depredadores de las formas de vida de sus rivales. Las criaturas no se devoraban físicamente, sino que hacían una especie de digestión a escala celular apropiándose de sus cadenas de nucleótidos. Suponiendo un origen común de cada uno de estos organismos, se trataba de un planeta con una sola forma de vida que había recurrido al canibalismo como forma de subsistencia.
La llegada del primer grupo de exploración provocó el inmediato ataque de todas las criaturas cercanas y la absorción de su código molecular. Al llegar el segundo grupo, vio reproducciones de los miembros de la expedición original combatiendo contra sí mismos en una guerra eterna. Enviaron algunas sondas robotizadas para coger muestras y las subieron a la nave en órbita. Allí descubrieron que esos seres tenían una gran capacidad de reproducción y autonomía de su organismo madre si lo necesitaban y que poseían cierta inteligencia. Al final, para evitar ser absorbidos por el organismo, los supervivientes de la expedición tuvieron que huir en la nave auxiliar mientras que la nave original era guiada en un rumbo de colisión contra la superficie del planeta. El informe del grupo de exploración fue unánime: Adalum era un planeta peligroso para cualquier forma de vida y si se permitía que se expandiera por el espacio, sería un peligro para todas las formas de vida de la galaxia.
El senado vetterano se enfrentó a una difícil decisión. La filosofía de que cada planeta de la galaxia era una entidad autónoma (base de la fundación de la república) chocó con la realidad de que algunos planetas podían ser peligrosos para los demás. ¿Cómo evitar que las naves espaciales se acercaran a él? ¿Cómo impedir que nada saliera de él? No faltaron abogados de la destrucción total ni defensores de la naturaleza libre, pero, al final, todas las tendencias se resumieron en la LPE. La Ley de Protección Espacial estableció que determinados planetas quedarían aislados del resto de la galaxia, se marcaría en los planos galácticos como zona prohibida y se colocarían en sus alrededores sensores de vigilancia para impedir cualquier tipo de tráfico espacial: hacia o desde el planeta. Estos sensores, actualmente boyas de navegación, emitirían un mensaje permanente avisando del cierre de la zona a la navegación. Nacieron así los mundos cerrados o, como la mayoría los llama, mundos muertos.
En los tres mil años siguientes a la promulgación de la LPE, la R.F.P. ha catalogado un centenar de mundos como cerrados. El periodo de mayor nombramiento fue durante las guerras génicas y el sector con mayor densidad de mundos muertos es el sector Coco. Desde el año 3399, no se ha vuelto a aprobar ningún caso en el Senado: el mundo Celex donde una forma animal con base en silicio es mortal para cualquier criatura basada en el Carbono.