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La Cruz de Marca
La Cruz de Marca es una de las más altas condecoraciones militares que pueden recibir los miembros de la Flota de La Marca. A semejanza de la Medalla de la República (el más alto honor que puede recibir un militar en la R.F.P.), la Cruz de Marca se concede por actos de extraordinario heroísmo en combate y entrega más allá del deber.
La Cruz de Marca solamente se concede a una persona que "estando sirviendo en la Flota de La Marca, en cualesquier destino, haga gala de un valor extraordinario durante acciones de guerra contra un enemigo de La Marca".
La Cruz de Marca se creó hace apenas cuatro años, tras la definitiva conformación de La Marca como bloque político. Fue diseñada y esculpida por el célebre escultor kelano Tharas Bolmo, quien también fue uno de los primeros nativos oeonianos que se alistaron voluntarios en la en la Flota del Almirante Furis de la Rosa.
La Cruz está fabricada en Tevatrex, en tonos oscuros y sobrios. La cinta que la sujeta es roja y negra, inspirándose en los colores de la bandera de La Marca, y se prende al pecho mediante un alfiler simple. Todas las Cruces de Marca van numeradas (hasta el momento solamente se han concedido cuatro); adicionalmente, la parte posterior de la Cruz está grabada con el nombre de la persona a quien se otorga. La Cruz debe llevarse sobre la pechera, al lado derecho.
La Cruz de Marca es entregada personalmente por el comandante en jefe de la Flota marquiana en una ceremonia pública a bordo de la nave insignia. Hasta la fecha solamente cuatro personas se han hecho merecedoras de ella, si bien los tres primeros casos en que ésta fue concedida lo fue de manera póstuma (caso en el que es la familia más cercana quien la recoge). El primero en hacerse merecedor de ella fue el infante de marina Geyer Planchett, quien en Lopeku del año '63 se arrojó sobre una granada para salvar a sus compañeros de pelotón, que a diferencia de él no podían ponerse a cubierto a tiempo, durante las operaciones de pacificación de Clastor. El segundo y tercer casos fueron el teniente Phineas Fareos y la teniente Olga Löven, ambos miembros de las "espinas de la Rosa", los grupos de operaciones especiales de La Marca. Los dos jóvenes tenientes defendieron a los miembros de la tripulación de una lanzadera que fue derribada al sobrevolar una población durante la Batalla de Vont-Cass, el año pasado, quedando rodeada por miles de milicianos libertarios. Fareos y Löven aguantaron su posición durante dos días ante el enemigo y finalmente se sacrificaron para que la tripulación de la lanzadera pudiera escapar. El último caso, la concesión al capitán Venetto por sus heroicas acciones en la Batalla de Ebiraj, es el primero en que el receptor de la Cruz sigue con vida en el momento de recibirla.
Según lo estipulado en el estatuto de entrega de esta condecoración, los receptores de la Cruz de Marca reciben un incremento automático del 10% en su paga de retiro. También pueden lucir la medalla sobre el uniforme siempre que la practicidad y las circunstancias lo permitan, así como llevarla visible cuando vistan de civil (con límites legislados: no pueden participar en actos políticos ni de protesta, no pueden lucirla durante un juicio civil, etc.). Junto a la medalla en sí, también se entrega al receptor una bandera de La Marca bordada a mano.
Por último, la Cruz de Marca concede a quienes la reciben un beneficio adicional. En la Flota de La Marca (al igual que en la de la R.F.P.) el protocolo dicta que los oficiales de rango inferior saluden a los de rango superior antes de ser ellos mismos saludados por éstos. A semejanza de la costumbre existente con respecto a la Medalla de la República, el receptor de la Cruz de Marca siempre será saludado primero, independientemente del rango de los interlocutores.