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Robots iroiendi
Los robots soldados, también conocidos popularmente como "robosoldados", llevan existiendo desde tiempos inmemoriales. Ya en los registros que se conservan desde tiempos de los Años Oscuros se cita su uso en varios choques bélicos de esta turbulenta época. De hecho, se les considera responsables de catástrofes como el trágico genocidio de Parola del año 47 aV., en el que un ejército de robots fuera de control exterminaron casi completamente a la población humana del planeta.
Por este y otros motivos, los militares humanos, tanto refeperos como oeonianos, han sido siempre extremadamente escépticos en cuanto al uso de robots en la guerra (aunque por motivos diferentes, los refeperos no se fían en su eficiencia, mientras que los oeonianos lo consideraban una señal de falta de confianza en los soldados). Generalmente, los que se usan quedan relegados realizar labores de custodia de instalaciones y otras tareas sencillas de vigilancia y reconocimiento avanzado. Por su parte, los sheller encuentran desagradable el uso de robots en la guerra, ya que para ellos los conflictos bélicos son considerados un asunto íntimo y personal, y creen que los robots "vician" el auténtico significado de la lucha. Los tyranos tradicionalmente han preferido recurrir a soldados foráneos; si bien con la vigente política contraria a la contratación de extranjeros, la industria bélica tyrana está viviendo una revitalización sin precedentes, y es muy posible que en unos años los robosoldados se conviertan en una alternativa viable a los mercenarios. Esto significa que también han empezado a aparecer en Cahir y el Sector Libertad, en donde el desgaste provocado por el prolongado conflicto ha hecho que algunos mundos recurran a robots importados desde Tyran, táctica a la que La Marca ha respondido fabricando sus propios robosoldados, copia de los modelos tyranos "adquiridos" durante su estancia en Tyran. Pese a todo esto, de todas las especies conocidas, son sin duda los iroiendi quienes mayor uso hacen de los robots soldados.
Robot soldado "Centinela"
Estos robots comenzaron a ser usados durante la guerra Ghar para vigilar y proteger los lugares importantes que ambos bandos, skardar e iroiendi, iban abandonando conforme el conflicto se desplazaba de un extremo a otro de la galaxia. La función principal de los centinelas (clasificados con esa denominación por la inteligencia naval de la R.F.P.) era informar a sus amos de las intrusiones en sus dominios más que entablar un combate serio, sobre todo porque para un ghar, incluso en cantidades ingentes, resultan poco más que una molestia (sus armas no les dañan, solamente les aletargan).
Los centinelas son muy altos y corpulentos (2,43 m. de altura) y su apariencia, aunque menos estilizada, recuerda vagamente a las armaduras iroiendi. Los robots que custodiaban la cripta de Ceimar en Araia (ver pág. 35 del Resurrección) eran centinelas.
Habilidades:
Armas de apoyo (proyectores) 12Armas: disparan cada asalto una especie de escarcha helada que causa daño II por frío. Las armaduras protegen de este daño por frío con su resistencia al fuego (no con su resistencia a impactos).
Armadura: 10/10 todas las localizaciones
PV: 30
Descripción: Están fabricados en un material desconocido para las demás especies, un avanzadísimo compuesto cerámico que asemeja algún tipo de piedra o mármol (pero muy ligero), motivo por el cual pueden ser confundidos con estatuas. Funcionan gracias a una batería avanzada autorrecargable, por lo que pueden operar de manera indefinida durante millones de años, "hibernándose" hasta que sucede algo que los vuelva a activar. Si son "despertados" tardan unos veinte segundos (seis asaltos) en ponerse en marcha desde su estado latente. Siempre disparan al objetivo más cercano, sin preocuparse de cubrirse ni otras sutilezas. Inutilizables con pulsos electromagnéticos (por ejemplo, las granadas de pulso).
Robot soldado "Erradicador"
Los "erradicadores" (clasificados con esa denominación por la inteligencia naval de la R.F.P.) forman el grueso de los ejércitos robóticos iroiendi desde tiempos inmemoriales. Muy baratos de producir (son construidos en fábricas completamente automatizadas), de mantener y de transportar, fueron concebidos con la idea de aplastar al enemigo con la fuerza del número, luchando sin descanso hasta la aniquilación total de uno de los dos bandos.
Según la información proporcionada a la R.F.P. por la skardar Ceimar, los erradicadores fueron diseñados con el único objetivo de buscar y exterminar a otras especies. Poco antes del final de la guerra Ghar, Nor, el más beligerante y agresivo de los siete iroiendi que han sobrevivido hasta la actualidad (ver pág. 101 del Manual básico), creó a los erradicadores para que le ayudasen en la larga vigilia que les esperaba.
Durante eones, miles de inmensas y silenciosas naves erradicadoras procedentes de Alfeirón peinaron lentamente la galaxia buscando señales de vida inteligente. Cuando llegaban a un nuevo sistema solar, la IA que pilotaba la nave exploraba los planetas en busca de evidencias de civilización; si las encontraba, lanchones de desembarco repletos de robots erradicadores descendían sobre el planeta, arrasándolo hasta que en él no quedaba nadie vivo. En el caso de que los nativos lograsen derrotar al ejército robot, era la propia nave la que se precipitaba contra el planeta, detonando un dispositivo nuclear de tal magnitud que el planeta quedaba completamente arrasado.
Los erradicadores carecen sin embargo de iniciativa propia, y en vez de eso están dirigidos por una potente IA central que los controla por control remoto. Esto permite que operen con una coordinación absolutamente perfecta (lo que sabe un erradicador lo saben todos los demás) pero, por otro lado, la existencia de un núcleo de control centralizado no deja de ser una seria vulnerabilidad, ya que si éste es destruido todos los robots quedan neutralizados. El otro gran punto débil de los erradicadores es que fueron concebidos para luchar contra enemigos con bajo nivel tecnológico: los erradicadores son afectados por las armas de pulso electromagnético (EPM), lo que los hace presa fácil de soldados equipados con tecnología moderna.
Los erradicadores son mucho más pequeños que los demás robots iroiendi, ya que apenas alcanzan el 1,87 de altura. Su apariencia es engañosamente frágil, casi esquelética; esto es así porque están construidos para que puedan plegarse sobre sí mismos para ser almacenados. Son los menos peligrosos de los robots iroiendi, pero no hay que llevarse a engaño: los erradicadores son los responsables directos del exterminio de más especies inteligentes que cualquier otra cosa que haya existido jamás.
Habilidades:
Armas de apoyo (proyectores) 15Armas: disparan cada asalto una especie de escarcha helada que causa daño II por frío. Las armaduras protegen de este daño por frío con su resistencia al fuego (no con su resistencia a impactos).
Armadura: 10/10 todas las localizaciones
PV: 21
Descripción: Están fabricados en un material desconocido para las demás especies, un avanzadísimo compuesto cerámico que asemeja algún tipo de piedra o mármol (pero muy ligero), motivo por el cual pueden ser confundidos con estatuas. Funcionan gracias a una batería avanzada autorrecargable, por lo que pueden operar de manera indefinida durante millones de años, "hibernándose" hasta que sucede algo que los vuelve a activar. Si son "despertados" tardan unos veinte segundos (seis asaltos) en ponerse en marcha desde su estado latente. Siempre disparan al objetivo más cercano, sin preocupares de tácticas ni otras sutilezas. Inutilizables con pulsos electromagnéticos (por ejemplo, las granadas de pulso).
Robot soldado "Gigante"
Solamente existe un ser que sepa que existen estos robots, el iroiendi Nor. Ni siquiera los demás iroiendi saben de su existencia, ya que el "robot gigante" fue un proyecto privado de Nor, y uno fallido por añadidura (lo que demuestra que incluso estos seres pueden cometer errores).
Nor fue uno de los primeros iroiendi que salieron del letargo en el que se encontraban sumidos los suyos. Para su enojo, pronto descubrió que numerosas especies "advenedizas" se multiplicaban a lo largo y ancho de su galaxia. Frustrado porque sus robots erradicadores no habían logrado contener dicha plaga, y habiéndose apercibido de que la mayoría de los recién llegados tenían un tamaño similar, ideó un nuevo robot con el objetivo de exterminar a las especies inferiores rápida y expeditivamente.
A pesar de que aún lo desconocía todo sobre la guerra moderna, su carácter impetuoso le llevó a crear y construir un robot de grandes proporciones que, como si de un coloso vengador se tratase, aplastaría a sus enemigos como a insectos. Usando los mismos principios de diseño que los centinelas pero blindándolos contra las armas de pulso, creo un robot de guerra mucho más grande y poderoso que los anteriores.
Tras poner en marcha una vieja factoría de la época de la guerra Ghar y construir apresuradamente un puñado de unidades, los envió al sistema Cur, en el actual sector Caliste. Cur era un sistema con una estrella de mediano tamaño alrededor de la cual giran una decena de cuerpos estelares. Uno de esos planetas estaba habitado por humanoides arborícolas llamados tellinos. Los tellinos acababan de dominar la electricidad cuando un viejo caza-robot iroiendi, que había quedado a la deriva durante la guerra Ghar, se estrelló en la superficie del planeta (aunque no antes de que una baliza enviase una señal de socorro a sus amos). Tras muchos años de investigación, los tellinos consiguieron comprender, extraer y reparar el dañado sistema de propulsión del caza, que incorporaron a una nave creada por sus mejores científicos y con la que consiguieron llegar a otro de los planetas de su sistema solar, el más cercano con condiciones óptimas de vida. Cuatro siglos más tarde, los tellinos ya eran una pujante civilización espacial que cubría la superficie de dos planetas del sistema Cur; estaban construyendo sus primeras naves generacionales con la intención de emigrar a otros sistemas y sus científicos ya se habían planteado la primera ecuación n-dimensional tensorial (aunque aún estaban lejos de resolverla). Entonces, llegaron los robots...
El iroiendi Nor, respondiendo a la señal de emergencia mandada por el caza estrellado cinco siglos atrás, envió a sus recién construidos robots gigantes contra los tellinos, una especie pacífica pero que era lo suficientemente avanzada como para servir de referente respecto de su futura efectividad contra los sheller, a quienes Nor odiaba (y odia) con especial furor. El resultado no pudo ser más irrisorio si alguna vez llegara a saberse: los enormes y torpes robots eran invulnerables ante las sofisticadas armas de pulso de los tellinos, pero sin embargo resultaban blancos perfectos hasta para el más simplón de su armamento balístico. Los toscos cañones tellinos demostraron que podían penetrar sin demasiados problemas el blindaje de los robots; incluso un único soldado de infantería armado con un lanzacohetes portátil podía ocultarse y derribar uno si le disparaba desde cerca. Apenas diez días después del inicio de la invasión, no quedaba en Cur ningún robot iroiendi, y aunque la destrucción que éstos habían sembrado había sido cuantiosa, no era nada que no pudiera ser reparado en unos pocos meses.
Nor, sintiéndose humillado por una especie chanflona, ocultó lo sucedido a sus hermanos y se presentó personalmente en Cur, bombardeando los dos planetas de los tellinos con tantos mísiles nucleares que les borró de la faz de la galaxia en una sola noche. A partir de ese día el iroiendi redobló sus esfuerzos por purgar la galaxia de las demás especies.
Los robots gigantes medían algo más de cinco metros de altura. Se movían torpemente y eran visibles desde mucha distancia. Actualmente apenas existen un puñado de estos robots, apilados y olvidados en la bodega de la inmensa nave insignia de Nor. Tal vez podrían volver a ser usados si el agresivo iroiendi necesitase enviar urgentemente tropas a un planeta con un bajo perfil tecnológico, pero es complicado que esto suceda: a Nor no le gusta recordar siquiera que existen, porque le recuerdan su pasada humillación secreta a manos de "seres inferiores".
Habilidades:
Artillería (cañón) 18Armas: con Artillería (cañón) disparan, cada tres asaltos, un proyectil explosivo que causa daño tipo VII (munición: 14); con armas de apoyo (proyectores) disparan cada asalto una especie de escarcha helada que causa daño V por frío. Las armaduras protegen de este daño por frío con su resistencia al fuego (no con su resistencia a impactos). Ambas armas no pueden usarse durante el mismo asalto.
Armadura: 20/20 todas las localizaciones
PV: 60
Descripción: Están fabricados en un material desconocido para las demás especies, un avanzadísimo compuesto cerámico que asemeja algún tipo de piedra o mármol (pero muy ligero), motivo por el cual pueden ser confundidos con colosales estatuas. Funcionan gracias a una batería avanzada autorrecargable, por lo que pueden operar de manera indefinida durante millones de años, "hibernándose" cuando es necesario hasta que sucede algo que los vuelve a activar. Si son "despertados" tardan unos veinte segundos (seis asaltos) en ponerse en marcha desde su estado latente. Inmunes a los pulsos electromagnéticos (por ejemplo, las granadas de pulso). Siempre disparan prioritariamente a vehículos y edificaciones que a individuos, comenzando desde el más cercano al más alejado.
Robot soldado "Legionario"
Los legionarios (clasificados con esa denominación por la inteligencia naval de la R.F.P.) son una incorporación reciente ("reciente" para seres inmortales como son los ghar) al arsenal iroiendi. Durante la época en que los sheller exploraban por primera vez la galaxia, en un puñado de ocasiones encontraron ruinas ghar defendidas por centinelas, a los que derrotaron usando armas de pulso. Más tarde, una vez que los siete iroiendi estuvieron despiertos de nuevo, decidieron tantear el poder de sus nuevos enemigos. En el año 7.125 del calendario sheller (217 aV.), el iroiendi conocido como Nor envió tres naves erradicadoras contra sendos planetas sheller del sistema Uhahpi (sector Setero). Los nativos no solamente rechazaron a los tres ejércitos robots, sino que consiguieron destruir una de las naves antes de que ésta pudiera abatirse sobre el planeta, aunque eso no logró evitar el emponzoñamiento de la atmósfera y la posterior evacuación de los supervivientes. Durante siglos, los sheller buscaron a los responsables de la "masacre de Uhahpi" para vengarse de ellos, pero fueron incapaces de determinar quiénes habían sido los creadores del ejército robot que los había atacado. Hasta el día de hoy, el sistema Uhahpi ha permanecido deshabitado en memoria de los miles de millones de sheller asesinados allí. Por su parte, para los iroiendi este conflicto solamente significó que sus viejos diseños ya no eran suficientemente eficaces para enfrentarse a sus nuevos enemigos. Se impuso la necesidad de crear un nuevo modelo de robot de combate, y el legionario es el resultado de dichos esfuerzos. La intención tras su creación es que sean los legionarios quienes formen la punta de lanza de los ejércitos iroiendi en el conflicto que se avecina.
El legionario, deliberadamente fabricado con cierta semejanza con las armaduras iroiendi (no se sabe si para inspirar terror en sus enemigos o por mera economía de diseño), es un robot muy diferente de su antecesor. Miden 2,07 m. de alto, por lo que son más grandes que estos últimos (aunque no tanto como los centinelas) e incorporan una IA independiente, la cual les permite tomar decisiones tácticas sobre el terreno. Además, están protegidos contra pulsos, por lo que el armamento electromagnético no les afecta.
Habilidades:
Con. Militar (táctica) 18Armas: disparan cada asalto una especie de escarcha helada que causa daño II por frío. Las armaduras protegen de este daño por frío con su resistencia al fuego (no con su resistencia a impactos).
Armadura: 10/10 todas las localizaciones
PV: 24
Descripción: Están fabricados en un material desconocido para las demás especies, un avanzadísimo compuesto cerámico que asemeja algún tipo de piedra o mármol (pero muy ligero), motivo por el cual pueden ser confundidos con estatuas. Funcionan gracias a una batería avanzada autorrecargable, por lo que pueden operar de manera indefinida durante millones de años, "hibernándose" cuando es necesario hasta que sucede algo que los vuelve a activar. Si son "despertados" tardan unos veinte segundos (seis asaltos) en ponerse en marcha desde su estado latente. Inmunes a los pulsos electromagnéticos (por ejemplo, las granadas de pulso). Tras detectar a un enemigo, se tirará por táctica: un éxito permitirá al robot disparar al blanco más conveniente dada la situación; si falla, disparará al más cercano.
Robot soldado clase "Heraldo"
Los heraldos (clasificados con esa denominación por la inteligencia naval de la R.F.P.) son la última creación robótica iroiendi. Desarrollados a lo largo del último milenio, fuera de la zona prohibida de Alfeirón solamente han sido vistos en un lugar: en la famosa base Adrasta. Allí, los heraldos servían como escolta ceremonial del embajador iroiendi en las contadas ocasiones en que éste se mostraba en público. Aunque no es de dominio público, en el año '59 el SSR orquestó un intento de atentado (en el que responsabilizaba a elementos procedentes del antiguo Oeon) contra el embajador iroiendi; sin embargo, el verdadero objetivo de la operación era evaluar las auténticas capacidades de sus escoltas robóticos. Tal y como se esperaba, la respuesta de los heraldos fue inmediata y absolutamente letal, y los mercenarios encargados de llevar a cabo el atentado murieron instantáneamente. Los heraldos son también los robots empleados como defensa a bordo de las cinco naves insignia iroiendi y en lugares de especial importancia ellos.
Los heraldos se parecen mucho a una armadura iroiendi, aunque son más altos (2,27 cm.) y suelen adoptar tonos más acerados. Generalmente llevan una especie de capa hecha de tejido satinado que varía de color en función del iroiendi concreto a cuyo servicio se encuentren.
Habilidades:
Con. Militar (táctica) 21Armas: disparan cada asalto una especie de escarcha helada que causa daño II por frío. Las armaduras protegen de este daño por frío con su resistencia al fuego (no con su resistencia a impactos). Pueden extender dos vibrofilos retráctiles desde sus antebrazos, con los que pueden atacar dos veces por asalto a un oponente o a dos oponentes adyacentes (con 1 GD de penalización).
Armadura: 10/10 todas las localizaciones
PV: 27
Descripción: Están fabricados en un material desconocido para las demás especies, un avanzadísimo compuesto cerámico que asemeja algún tipo de piedra o mármol (pero muy ligero), motivo por el cual pueden ser confundidos con estatuas. Funcionan gracias a una batería avanzada autorrecargable, por lo que pueden operar de manera indefinida durante millones de años, "hibernándose" cuando es necesario hasta que sucede algo que los vuelve a activar. Si son "despertados" tardan unos veinte segundos (seis asaltos) en ponerse en marcha desde su estado latente. Inmunes a los pulsos electromagnéticos (por ejemplo, las granadas de pulso). Tras detectar a un enemigo, se tirará por táctica: un éxito permitirá al robot atacar al blanco más conveniente dada la situación; si falla, atacará al más cercano con el proyector. Los heraldos incorporan un sistema electrónico que permite que cualquier iroiendi presente les dé órdenes más complejas (buscar y capturar vivo a alguien, hacer ataques no letales contra un enemigo concreto, custodiar un acceso, etc.) de las que su programación ordinaria les permitiría llevar a cabo, transmitiéndoles en apenas unos segundos (un asalto) cualquier dato (grabaciones, imágenes, etc.) que les haga falta para llevarla a cabo.
Si por cualquier motivo son inutilizados, tres asaltos más tarde se activa un dispositivo de autodestrucción de enorme potencia que desintegra instantáneamente al heraldo. Se considera que la explosión es un arma de área que origina una enorme ola de calor (daño por fuego) y por tanto se trata de forma diferente a las armas de área convencionales. Se realizará una TA para calcular el daño. Éste se considerará tipo IV si el personaje está a tantos metros como el resultado del Dado Exo; daño III si está situado a menos del doble del resultado del Dado Exo, daño II si está a menos del triple de distancia y daño I si está a menos de cuatro veces esa distancia. Además, dicha TA (considerando una habilidad de 20) se utilizará para resolver los enfrentamientos (de esquivar, de agilidad, etc.) de los personajes dentro del área de efecto. Si un personaje venciera el enfrentamiento, el daño se reduciría en un grado (de tipo III a tipo II, por ejemplo). Si la cobertura de un personaje hiciera que la TA del robot fuera superior a 20 (un fallo), se reduciría un grado de daño adicional. Si la TA fuera superior a 20 (lo que indicaría un fallo en casos normales) se reduciría un grado de daño todas las distancias. Resumiendo, el daño inicial de tipo IV se reduce por cuatro conceptos: distancia al epicentro, enfrentamiento con una habilidad adecuada, cobertura y fiabilidad del mecanismo (la TA del robot). Si la reducción bajara el tipo de daño por debajo de 0, se entenderá que el personaje se ha salvado. No hay localizaciones individuales en este tipo de armas, se repartirá en partes iguales por todas las localizaciones del personaje (los redondeos, se acumulan en el pecho). Un iroiendi presente puede detener el mecanismo de autodestrucción con solo pensarlo.