Llego hasta aquí
Robocop
RoboCop es una película de ciencia ficción de 1987. Tuvo dos secuelas, algún cómic (incluso alguno de Frank Miller, por ejemplo el curioso crossover titulado RoboCop vs Terminator), una serie de televisión, otra de animación y varios videojuegos sobre el personaje de la película, un cyborg policía.
RoboCop está ambientada en una Detroit al borde del colapso, en donde la delincuencia está completamente fuera de control. El ayuntamiento de la ciudad, desbordado, encomienda la dirección del departamento de Policía a la OCP, una corporación que ambiciona construir un proyecto urbanístico llamado "Ciudad Delta" sobre las ruinas del viejo Detroit. Antes de que este proyecto dé comienzo, la OCP desea pacificar la caótica ciudad, y para esto crea a RoboCop, un policía cyborg que será el encargado de limpiar las calles...
Basta. Todos hemos visto la película y las dos secuelas no merecen comentarios, así que pasaré directamente a la adaptación al universo EXO.
Adaptación a EXO
Joer, si es que casi no hay que tocar nada. Los PJ son jóvenes cadetes formándose en la academia de policía planetaria de algún mundo extremadamente conflictivo, ya sea con mucha delincuencia, crimen organizado o ingente actividad terrorista (en este último caso probablemente se trate de independentistas veddios, simpatizantes oeonistas o sectarios pro-iroiendi, dependiendo de en qué zona de la R.F.P. esté ambientada la campaña). Puede incluso que los PJ solamente se conozcan de vista, ya que los integrantes de su promoción son, literalmente, cientos de cadetes, por lo que están divididos en varias secciones.
Una mañana cualquiera, cuando solamente les queda una semana para licenciarse y convertirse en auténticos agentes, los PJ se enteran por la prensa de que las fuerzas del orden han asestado un duro golpe a la principal organización mafiosa/terrorista del planeta, ya que ha detenido a un importante capo o líder del grupo. Indudablemente se trata de excelentes noticias, y sin duda de un paso determinante para llegar a pacificar definitivamente el planeta...
Unos días más tarde, los PJ se encuentran en su ceremonia de graduación. Mañana serán asignados a sus primeros destinos. O eso creen ellos, porque de pronto estalla una potente bomba que mata a varios cientos de personas, incluyendo a la mayoría de sus compañeros. Los PJ sobreviven, aunque a duras penas, porque la mayoría de ellos quedan horriblemente mutilados y en estado crítico. Los supervivientes, entre los que se cuentan los PJ, son evacuados por los servicios de socorro y trasladados a un hospital. Apenas unas horas después del atentado, los principales medios de comunicación del planeta reciben un comunicado en el que la organización a la que pertenece el detenido se atribuye la autoría de la masacre. Mientras, en el colapsado hospital los PJ se debaten entre la vida y la muerte, quemados y mutilados hasta lo irreconocible (el DJ puede deleitarse tanto como desee en la descripción). Finalmente, les llega el turno de entrar en quirófano... y de allí ya no salen con vida.
La siguiente escena de la historia transcurre varios meses después. Tras el atentado, el gobierno del planeta autorizó la creación de una unidad especial de cyberpolicías. A pesar de que en el planeta hacía siglos que no se llevaba a cabo la creación de cyborgs, esta práctica nunca había sido prohibida por las leyes planetarias. Durante los últimos meses, la situación ha llegado a deteriorarse hasta tal punto que el gobierno se ha visto obligado a adoptar tales medidas extremas.
Pero volvamos a los PJ. Resulta que, en la hoja de reclutamiento que firmaron al alistarse en la Academia de Policía, dieron su consentimiento para que, en caso de que cayesen en acto de servicio, fueran sometidos al proceso de transformación en cyborg. En realidad hacía siglos que nadie había sido sometido a dicho procedimiento pero, debido a la actual crisis de seguridad, eso va a cambiar...
Apenas unas semanas después del atentado, los PJ salen por su propio pie de las instalaciones gubernamentales en donde han sido transformados. Ahora todos ellos son cyborgs, y forman la recién formada Unidad especial de cyberpolicía, bajo el mando de un tal teniente Camden (un oficial humano encargado de supervisarles). Su primera y principal misión será terminar con la organización criminal que ha conseguido poner en jaque al legítimo gobierno del sistema, por los medios que sean necesarios.
A partir de aquí comienza la campaña de verdad. Ésta podría adoptar un formato totalmente episódico; por ejemplo, al estilo de la vieja serie de televisión de Los Intocables, con los PJ emprendiendo una cruzada contra su particular Némesis. Probablemente los PJ comenzarán por atacar los negocios "a pie de calle" de los malos, pero poco a poco irán conociendo mejor a sus enemigos y podrán golpear más alto en el organigrama de su organización.
Digamos que las primeras partidas podrían enfocarse principalmente al combate, tal vez con algunos elementos menores de investigación. A fin de cuentas son cyborgs; nadie espera que se pongan a investigar ni a hacer otra cosa que no sea "entrar ahí y machacarlos a todos". Una típica sesión podría iniciarse cuando el teniente Camden les explica que han descubierto alguna instalación o negocio que sirve como tapadera de las actividades de sus enemigos.
Su misión principal será de "búsqueda y destrucción" del enemigo. Por ejemplo, si se tratase de un grupo criminal que se dedica a distribuir drogas (o que emplea el negocio de las drogas para financiarse), empezarán su misión deteniendo a los camellos de calle y desmantelando un pequeño laboratorio secundario; si los malos son terroristas, les ordenarán meter presión a su base social, la gente que les apoya, y atacar a sus fuentes de financiación; si el enemigo a batir es un grupo guerrillero, deberán intimidar a los aldeanos que les dan cobijo y les proporcionan alimentos...
Un punto de interés principal de la trama podría recaer en el hecho de que debe quedar patente que los PJ han sido transformados en cyborgs, cuando menos, de una manera un tanto turbia (por no decir ilegal). Esto es por que, según la ley planetaria que lo regula y si bien es cierto que prestaron su consentimiento a ello, estrictamente hablando, el párrafo en el que daban su consentimiento para someterse a la transformación solamente se aplica a agentes en situación de servicio activo caídos en acto de servicio. Está claro que el gobierno ha retorcido la interpretación legal de lo que significa "estar en activo" e incluso más lo que significa "estar de servicio". Al parecer, los políticos que ordenaron su transformación consideraron que durante la ceremonia de graduación y entrega de destinos ya eran policías en activo. Y ése es un punto que resulta cuando menos discutible, por no decir que aun resulta menos claro que en ese momento estuvieran "de servicio". Sería divertido que en algún punto de la campaña se les acerque un abogado y les ofrezca sus servicios, animándolos a demandar a la Administración planetaria por una cantidad millonaria.
Por supuesto, tarde o temprano los PJ causarán tantos problemas a los malos que eliminarlos pasará a ser un objetivo prioritario de éstos. Para ello urdirán un elaborado plan: puede que coloquen una bomba durante un encuentro de Pel·les y atraigan a los PJ al lugar con el objetivo de tenderles una emboscada. O si han descubierto quiénes fueron antes de convertirse en cyborgs puede que secuestren a sus familiares para tratar de chantajearlos. Otro modo de atacar a los PJ podría ser introducir un "virus" en el software de apoyo de algunos o todos los PJ, de modo que puedan controlarlos ("Directriz cuarta anulada") y emplearlos para acabar con el resto del grupo. Como último recurso, también podía ser que hicieran venir al planeta a un poderoso mercenario ciberpsiónico (ver Cibernesis en la pág. 290 del Manual básico), contratado para acabar con ellos. Las opciones son infinitas.
Por otro lado, una parte fundamental de la historia también debería centrarse en la evolución personal de la personalidad de los PJ. Al principio de la campaña deberían comportarse casi como autómatas; se espera que sean una especie de robots de combate creados para matar. Sin embargo, según la historia vaya progresando e interactúen más y más con otras personas, el pasado de los PJ volverá a ellos para atormentarles en forma de sueños y recuerdos que no logran ubicar. El DJ deberá utilizar esos recuerdos esquivos para desestabilizar la frágil psique de los PJ. Por su parte, es inevitable que, poco a poco, los PJ vayan recuperando manierismos y costumbres que tuvieron. Al mismo tiempo, el DJ deberá insistir en el hecho de que cada vez son más y más emocionalmente inestables; autenticas bombas de relojería que podrían estallar en cualquier momento.
Una campaña como ésta podría tener un final al más puro estilo James Bond. Culminaría cuando, contra las cuerdas, sus enemigos pusieran en marcha algún tipo de plan maquiavélico que incluyera la clásica máquina-del-juicio-final, para conseguir de una vez por todas su objetivo de desestabilizar el gobierno de la zona. Por ejemplo, para el clímax de la campaña podríamos tomar prestado el argumento de la película Goldeneye, en la que los malos consiguen hacerse con el control de un peligrosísimo satélite militar perteneciente al sistema de defensa planetaria. O tal vez el de Muere otro día, en donde finalmente se descubre que un importante magnate local, que aparentemente era leal al gobierno, ha estado subvencionando y protegiendo a los terroristas para servir a sus propios intereses ¿Conseguirán los PJ evitar que los malos destruyan la ciudad, el continente, o incluso el planeta en donde se halla la sede del gobierno del sistema?
Como colofón, si el DJ se siente especialmente retorcido es incluso posible, y digo que solamente es posible, que uno de los PJ en realidad sea el terrorista responsable de la masacre de la Academia, el cual se infiltró en la Policía y que decidió sacrificarse para hace estallar el artefacto explosivo dónde y cuándo más daño podía causar. Esos recuerdos irían resurgiendo poco a poco. Si el DJ se siente especialmente malvado, tal vez alguno de los otros PJ le había descubierto y estaba a punto de detenerle cuando el terrorista, viéndose acorralado, se inmoló. ¡Un duelo entre cyborgs muy cabreados siempre es algo digno de verse en cualquier campaña que se precie!