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Alphavettegues
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Hoy han concluído en Vettera las alphavettegues, las fiestas nacionales del planeta-capital de la RFP. Una semana de fiestas y celebraciones tras las que el planeta que nunca duerme cae rendido por la resaca.
La historia de las alphavettegues comienza tras la publicación de varios estudios etnográficos sobre las tradiciones Vetteranas anteriores a la declaración de la República de Vettera. En esos estudios una generación de los mejores etnógrafos que ha visto la Universidad de Vettera, Lewis, Bolt o Poo-well desgranaron las tradiciones de este planeta y de sus pueblos, descifraron el origen de las mismas. Estos estudios alcanzaron mucha relevancia entre los Vetteranos, ávidos por conocer cosas sobre su pasado, y por demanda popular se crearon las alphavettegues, como una amalgama de actos y tradiciones antiguas, en las que los Vetteranos volcaban toda su energía durante una semana.
Más de 200 años después se descubriría que estos famosos etnógrafos habrían basado sus investigaciones en textos de dudosa credibilidad, por lo que sus conclusiones eran totalmente erróneas. El ayuntamiento de Vettera intentó eliminar las fiestas tras este descubrimiento, pero fue imposible. Los vetteranos sienten las alphavettegues como algo suyo y no están dispuestos a renunciar a ellas. No se han dejado de celebrar ni durante las guerras en las que ha estado implicada la RFP. Los actos que se llevan a cabo durante la misma han ido cambiando a los largo de los años, y poco queda ya de las primeras celebraciones. Además cada distrito tiene sus propias celebraciones y sus peculiaridades. Los "hombres de fuego" es una de las formas de celebración más polémicas; En sus orígenes simbolizaban el fin del ciclo de la vida tras las cosechas, algunos prohombres de la ciudad se vestían unos trajes protectores y recorrían las calles envueltos en llamas y arrojando una ceniza aromática que simbolizaba la purificación por el fuego, en la actualidad esta celebración está prohibida, pero año tras años muchos vetteranos violan la prohibición arrojándose desde los puentes de la ciudad envueltos en llamas.
Este año se ha celebrado la milésima edición de estas fiestas, y el ayuntamiento de Vettera ha tirado la casa por la ventana.
El plato fuerte, institucionalmente hablando, es un desfile por las principales avenidas del barrio presidencial de Vettera. El desfile pretende imitar los actos que se habrían celebrado en la antigüedad para festejar las cosechas en una Vettera agrícola. El ayuntamiento habilita varios palcos flotantes para autoridades y celebridades. El punto cómico de la jornada lo ha protagonizado Gigi Cicerone, justo cuando se subía a la plataforma que le subía a su palco ha cogido una llamada en su terminal telefónica, haciendo esperar a varios miembros del séquito del alcalde de Vettera que intentaban subir a la plataforma, tras un par de minutos de tensa espera, Gigi Cicerone ha anunciado que iba a ver el desfile desde el bar de un amigo suyo, sin duda el ayuntamiento se lo pensará dos veces antes de invitarle el año que viene. Este año han participado más de 500.000 personas como figurantes, de los cuales 10.000 portaban unos enormes cuencos repletos de hierbas aromáticas traídas de todos los rincones de la galaxia. El desfile ha sido seguido en directo por millones de vetteranos, y la cuota de holopantalla en la GWW se estima en un 73%. El minuto de oro ha sido el paso de la carroza del ayuntamiento por delante de la Aguja, con la intriga de saber si el Presidente Ayala cumpliría con la tradición de arrojar agua sobre el desfile, y si elegiría el paso de esta carroza para cumplirla.
Como todos los años, a pesar de las amenazas del ayuntamiento de negar la asistencia médica a quien violara la prohibición, han sido muchos los ciudadanos que se han lanzado desde terrazas y puentes envueltos en llamas. El momento más espectacular ha sido cuando 150 personas saltaron simultáneamente desde las terrazas de la plaza de Cordá.
Según un comunicado del ayuntamiento estas fiestas han sido un ejemplo de civismo y de orden público. Según fuentes del sistema de salud y de la policía tras una semana de celebraciones el saldo ha sido de 34.532 muertos (por encima de la cifra habitual semanal) y de más de un millón de desaparecidos, aunque de estos últimos más de la mitad aparecerán en sus casas en las próximas semanas.