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Los raptaplanetas: la amenaza silenciosa
Extracto de la lectura de tesis doctoral de Rans Chandler, licenciado en Exohistoria por la Universidad de Vettera. 3463 dV.
[...] Como todos ustedes saben, durante los Años oscuros, la mayoría de los planetas humanos sufrieron una acusada regresión tecnológica y social. En numerosos mundos, la carencia de suministros técnicos y el estado de anarquía generalizada provocaron que, en muchas ocasiones, éstos acabaran tornándose salvajes, militaristas, o ambas cosas a la vez.
[...] Aquellos planetas que, al menos durante un tiempo, conservaron los medios para viajar a través del espacio, a menudo terminaron enfrentándose con sus vecinos por el control de los recursos [...] que consideraban vitales para su supervivencia. [...] Para oprobio de los actuales descendientes de estas colonias, el tantas veces vilipendiado imperio Veddio no fue la primera sociedad galáctica que medró a expensas de los esclavos. Recientes estudios realizados por el profesor Tindell demuestran que entre los recursos más codiciados por las nacientes colonias humanas de esta época se contaba el que, para muchos, era el más valioso de todos: los cautivos. Ya fuera para ser usados como mano de obra o con fines meramente reproductivos (corregir la limitada diversidad genética de su población era una necesidad prioritaria para los líderes de muchos planetas), miles y miles de humanos fueron trasladados en contra de su voluntad fuera de sus mundos de origen. […] Como iba diciendo, es bien sabido que durante esos sombríos siglos se desataron infinidad de conflictos bélicos entre seres humanos. La mayoría de ellos se limitaron a pequeñas guerras civiles entre los habitantes de un mismo planeta, [...] pero también se dieron entre los habitantes de distintos mundos cercanos. Aunque la llamada "línea oficialista" de historiadores republicanos nunca ha querido entrar a revisar a fondo este espinoso tema (seguramente para evitar reabrir viejas heridas y enemistades), muchos de los mundos que hoy en día se autoerigen como abanderados de la democracia dentro del senado de la R.F.P., en el pasado oprimieron a millones de sus congéneres de modo cruel e implacable.
[...] Ya fuera a través de la imposición forzosa de tratados comerciales, el saqueo esporádico, el esclavismo de sus habitantes o la conquista militar abierta, muchos planetas impusieron su voluntad mediante la fuerza durante siglos.
[...] El más insidioso invento de esta época bárbara es el llamado raptaplanetas, empleado por aquéllos que deseaban subyugar a sus vecinos, pero que no contaban con los recursos humanos necesarios para emprender una invasión militar en toda regla. Creado por algún infame científico de nombre hoy olvidado, el raptaplanetas es básicamente una tosca plataforma de combate orbital, equipada con armas de destrucción masiva, casi siempre de tipo nuclear.
Observen con atención las imágenes de la siguiente grabación. Pertenecen a los registros de la RFP Gibelia, una nave exploradora de tiempos de la 2ª Expansión. Muestran un raptaplanetas instantes después de haber sido activado accidentalmente durante un intento de desactivación fallido en el sistema Huanzihai (sector Ral).
Afortunadamente, la población nativa había sido previamente evacuada a otro continente…
[...] El raptaplanetas era un artefacto de inmenso tamaño (como un carguero ligero medio) que debía ser transportado hasta su destino. Allí era cuidadosamente desplegado en una órbita estable en torno al planeta. […] A continuación, se informaba al gobierno local de que un arma capaz de arrasar sus asentamientos estaba lista para abatirse sobre ellos si no se plegaban a las condiciones que se les exigían. En ocasiones, la demanda se acompañaba de una demostración de fuerza, muchas veces el lanzamiento de una microcarga nuclear sobre alguna población aislada. […] Si los nativos no se sometían, el resultado podía ser su completo exterminio. La mayoría optaba por allanarse y ceder ante el, permítanme usar una expresión tópica, vil chantaje.
[…] Las [colonias] que intentaron resistirse o destruir el raptaplanetas casi siempre resultaron destruidas ya que, generalmente, este ingenio estaba controlado por una IA con órdenes de lanzarse contra el planeta si era atacada, o incluso por el mero hecho de que alguna nave se acercase demasiado.
[…] Cuando las naves procedentes de Vettera comenzaron a redescubrir los "mundos perdidos" (los habitados por humanos), la opinión pública se horrorizó al descubrir la finalidad de los raptaplanetas. El primer encuentro con uno de estos infernales artefactos de destrucción fue en el sistema Laer (sector Capsidi), en el año 98 dV. […] Por desgracia, los arrojados exploradores vetteranos pensaron que lo que habían descubierto era una colonia humana que, milagrosamente, aún mantenía intacto su satélite de comunicaciones local. Entusiasmados ante la perspectiva de establecer contacto con un planeta con un alto nivel tecnológico, potencialmente una valiosa incorporación a la poderosa nación panhumana que se estaba gestando, se acercaron al "satélite" para examinar mejor su estado de conservación antes de darse a conocer a los nativos. [...] La aproximación de la nave exploradora provocó que el raptaplanetas, que había permanecido aletargado durante siglos, se activase de forma repentina. La arcaica mole metálica se precipitó a la atmósfera, detonando el aparato nuclear que portaba sobre la mayor urbe de todo el planeta. La explosión mató instantáneamente a cientos de miles de nativos y la aproximación al planeta tuvo que ser retrasada durante varias décadas.
[...] De regreso en Vettera e investigado el incidente por las autoridades competentes, el comité disciplinario exoneró de toda responsabilidad a los exploradores, ya que se dictaminó que éstos no podían saber a qué se estaban enfrentado. Por supuesto, los infames raptaplanetas fueron inmediatamente incorporados al legendario Protocolo Cuesta. [...] De hecho, la atrocidad del suceso levantó cierta polvareda en los medios de comunicación, por lo que en un golpe de efecto tan vacuo como electoralista, el gobierno republicano llegó a declararlas oficialmente "armamento prohibido en el espacio humano".
Durante los siglos siguientes, los exploradores encontraron una treintena de raptaplanetas, de orígenes y diseños de lo más heterogéneos. Al parecer, esta odiosa tecnología se habría extendido de planeta en planeta a lo largo de gran parte del brazo Omega, [...] en donde fueron usados por varios mundos diferentes en momentos distintos de los Años oscuros. Es de destacar que en los antiguos registros que se conservan de la malograda Liga de Rilass, uno de los estados humanos más poderosos de esta época, se afirma que su gobierno poseía los conocimientos para construir raptaplanetas en el caso de que fuera necesario usarlos contra los ankar, los actualmente extintos nativos del planeta Necrópolis.
[...] El último raptaplanetas fue desactivado por los tecnos de la Armada en el año 2.902 dV, y sus restos fueron desmantelados y enviados a Vettera. Hasta hace ochocientos años aún se exhibía parte de su estructura en el Museo de la República, pero finalmente fue retirada de la exposición ya que, según la dirección, "carecía de interés para el público". [...] Seguramente aún estará criando polvo en alguno de los inmensos almacenes de este antiquísimo museo.
[...] Quién sabe, puede que todavía haya algún raptaplanetas perdido por ahí, orbitando solitario en torno a alguno de los "mundos perdidos". Una amenaza silenciosa y omnipresente que pende sobre las cabezas de sus víctimas potenciales cuan espada de Damocles, dispuesta a caer en el momento más inesperado.
[...] Los raptaplanetas pertenecen a una de las páginas más negras de la historia humana. Nosotros, los humanos, los creamos, y por eso creo que es nuestra responsabilidad eliminar esta amenaza de la galaxia.[...]