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Roan
"Si bien soy toda de oro, en lo azur tengo el tesoro" - Lema planetario
Del sistema y el planeta
Roan es el planeta que da nombre a Roan, un sistema binario en pleno Vacío Innominado formado por una enana roja y una estrella azul. Alrededor de la enana roja orbitan dos planetas, uno de los cuales posee un único satélite. Solamente Roan, el planeta más cercano al sol, posee las condiciones necesarias para sustentar vida humana.
Talwan es el nombre del planeta más lejano, un pedazo de roca sin atmósfera en torno al cual gira una pequeña luna llamada Liu, probablemente creada a raíz de la colisión de un meteorito contra su superficie en tiempos pretéritos. Tanto el planeta como su satélite poseen yacimientos de minerales utilizados en la construcción de naves y la industria armamentística, destacando entre todos ellos los depósitos del valioso trillium. Por este motivo, repartidas entre los dos existe un total de diecinueve complejos mineros que albergan una población total de unas 55.000 personas.
Aunque las primeras minas de Talwan fueron propiedad de uno u otro de los señores de la guerra locales, durante los últimos cinco siglos muchas de ellas han ido pasando a manos del Consejo de señores, órgano de gobierno de Roan. El Consejo a su vez ha optado por ceder los derechos de explotación de las mismas a una u otra corporación foránea en régimen de concesión. De las diecinueve minas existentes en la actualidad, quince son explotadas por la megacorporación minera Vlastohe. De las cuatro restantes, tres pertenecen a miembros del Consejo a título particular, mientras que la última ha sido adquirida hace un par de años por Unión de Minas Roanesas, una pequeña corporación local formada por capital social propiedad de varios cientos de pequeños inversores.
Logotipo de la corporación Vlastohe. Muestra una típica máscara de respiración de minero asteroidal.
La Vlastohe es, desde hace veintisiete años, la poseedora exclusiva de los derechos de explotación de casi todas las instalaciones de Talwan, y según el convenio firmado con el Consejo de señores todavía lo será durante los próximos setenta y dos.
Hace una década, los prospectores de la corporación descubrieron un enorme yacimiento de trillium en lo más hondo de una sima, previamente inexplorada y de más de 4.700 metros de profundidad, conocida como el "Cañón del bandido". Desde entonces el nuevo filón se ha convertido en el más productivo de todo el planeta, atrayendo a gran cantidad de roaneses libres (las leyes de la R.F.P. prohíben tajantemente a las corporaciones emplear mano de obra esclava, véase el célebre caso Torgia). De hecho, según el acuerdo firmado entre la Vlastohe y el Consejo de señores, al menos el 75% de los trabajadores de las minas deben ser obligatoriamente nativos roaneses.
El nuevo enclave minero, escuetamente bautizado por los mineros como "Fondo", se ha convertido en la práctica en la "capital" de Talwan, ya que posee el astropuerto más moderno y de mayor capacidad del planeta. Para ser honestos se trata de poco más que la mina, una refinería de procesado, un pequeño astropuerto y los numerosos tugurios que los rodean. En realidad la población de Fondo apenas supera los 7.500 habitantes, pero no deja de ser con diferencia la mayor concentración urbana de todo Talwan.
Fondo es dirigido por una humana de 65 años de edad llamada Yolanda Larsën, que también está al frente de todas las operaciones de la Vlastohe en Talwan. La directora Larsën es una experta administradora de instalaciones mineras puesto que ya que es la tercera de este tipo de la que se hace cargo. En el pasado ha trabajado para la Vlastohe en los sectores Vaapula, Iber, Sabna y Calwer, habiendo cosechado excelentes resultados en todos ellos. Ésta es con mucho la operación de mayor envergadura de la que se ha hecho cargo hasta ahora, y la Larsën está dispuesta a hacer lo que sea necesario para que su expediente profesional continúe siendo uno de los mejores de toda la compañía. En el tiempo que lleva en Roan ha tenido algunos roces con los representantes laborales de los mineros, aunque hasta el momento ha logrado manejar la situación a base de oportunos sobornos. De hecho, aparte de los habituales problemas de drogas típicos de los enclaves mineros, el peor contratiempo que se le ha planteado hasta el momento es cómo controlar las típicas pendencias entre mineros borrachos, las mismas que en otros lugares se resuelven con una simple pelea a puñetazos pero que en Roan pueden llegar a degenerar en un duelo a muerte completamente legal. Esto a menudo crea sangrientas espirales de venganza que casi todas las semanas privan a la Vlastohe de buenos trabajadores. Afortunadamente para la Vlastohe, la mano de obra no es algo que escasee en Roan.
A finales de este año, si todo continúa marchando correctamente, es posible que Larsën sea trasladada a un puesto de mayor responsabilidad. Incluso puede que sea ascendida al departamento de planificación sectorial.
Historia
La capital del sistema es Roan, un planeta en mitad de la nada, a primera vista poco más que una gran roca permanentemente azotada por el abrasador viento del desierto. Fue descubierto por un grupo de refugiados humanos a mediados del siglo V después de la Declaración de Vettera. Los registros conservados afirman que formaban parte de un convoy procedente del sector Sublary; según parece trataban de alcanzar el brazo Alfeirón atravesando el Vacío Innominado, posiblemente en un intento desesperado de escapar del avance del amenazador Imperio veddio.
Dicen los roaneses que la arribada de sus antepasados al planeta fue un hecho completamente accidental, el hallazgo fortuito y providencial de una nave que se quedó atrás. El sistema de soporte vital de la nave generacional habría sufrido una avería irreparable, produciéndose una paulatina degradación de las reservas de aire. Ante la imposibilidad de reparar el sistema y la funesta perspectiva de sufrir una lenta muerte por asfixia, el capitán de la nave no habría tenido más remedio que dirigirse al primer sistema con indicios prometedores de poseer un planeta habitable.
Y la fortuna quiso que consiguieran encontrar uno. Llegaron a uno de los escasos planetas habitables en mitad del vacío entre los brazos galácticos. Habitable tal vez sí aunque a duras penas, ya que Roan es un planeta desértico con menos del 10% de su superficie cubierta por agua (aunque existen mayores reservas de agua en el subsuelo). Para empeorar las cosas un poco más, la atmósfera es bastante tenue, lo que obligó a los recién llegados a emplear respiradores (ver página 126 del Manual Básico).
Casi todo Roan está cubierto por dunas de arena, a menudo aurífera, y abruptas zonas rocosas en donde se acumula la vegetación nativa (formada casi al completo por cactáceas variadas). La fauna local es escasa y está formada mayoritariamente por pequeños mamíferos, unas pocas aves, numerosos reptiles e infinidad de sabandijas, todos ellos adaptados al calor abrasador del desierto y a la tenue atmósfera. Por supuesto, muchas de las especies locales son nocturnas.
A su llegada al planeta se establecieron en torno a la mayor concentración de agua existente en superficie. Evidentemente, el oasis en el que se instalaron no pudo satisfacer las necesidades de los colonos durante demasiado tiempo, así que mil años después de su llegada ya se habían dispersado por todo el planeta, luchando entre sí por hacerse con los mejores pozos. Las sucesivas guerras solamente sirvieron para que los roaneses retrocedieran social y tecnológicamente, de manera que durante cientos de años no fueron capaces de reproducir la tecnología que les permitiría surcar de nuevo el espacio... y cuando por fin lo hicieron regresaron a él convertidos en sanguinarios piratas.
Entre los siglos XXI y XXIX, los roaneses se convirtieron en el azote de los sectores Cignus, Dala, Heche y Esin-Esin, llegando incluso a realizar algunas incursiones aisladas en el mismísimo Elión. Cientos de miles de personas, mayoritariamente humanos y cromters, fueron secuestrados en sus propios hogares y desaparecieron en la oscuridad del vacío espacial, arrastrados a la fuerza hasta el salvaje Roan, en donde fueron vendidos en los mercados de esclavos. Durante siglos, el paradero de los desaparecidos fue una completa incógnita para el resto de la población de la R.F.P., al igual que lo era la localización exacta de Roan. Las noticias más sensacionalistas conservadas en las hemerotecas se refieren a los piratas de Roan en términos de "hombres salvajes del vacío" y "piratas caníbales", y nos muestran que llegaron a ser considerados una amenaza casi del mismo nivel que los temibles piratas veddios o los actuales Sortg.
Estos modernos "hombres del saco" pudieron campar libremente durante tanto tiempo gracias a la debilidad y la descoordinación de los planetas de la R.F.P. Ésta, inmersa como estaba en sus sucesivas guerras contra los Nheti:Narä y los verrianos, poco podía hacer para defenderse de sus depredaciones; y aunque finalmente el sistema Roan fue descubierto y localizado por un esforzado grupo exo, los piratas eran demasiado poderosos como para que ningún planeta de la R.F.P. quisiera arriesgarse individualmente a confrontarlos en su guarida.
Este paisaje cambiaría con la 2ª Enmienda a la Declaración de Vettera que daba luz verde a la creación de la Armada de la R.F.P. Los señores piratas de Roan, dándose cuenta de que con la entrada en servicio de una armada tan poderosa y cohesionada sus días de piratería estaban contados, se apresuraron a firmar la paz con la República, adhiriéndose a la misma en el año 2.881 C. en calidad de planeta soberano.
Hay que entender la coyuntura del momento: la guerra acababa de terminar, el pueblo de la R.F.P. ansiaba un periodo de paz y el senado deseaba desembarazarse de todas las amenazas para poder concentrarse en reconstruir su maltrecha economía... Por todos estos motivos al igual que se había hecho antes con Oeon, la R.F.P. fue bastante generosa en las negociaciones con los roaneses. El tratado de adhesión a la República les permitió mantener intactos tanto su independencia como su sistema económico-social, el esclavismo. A cambio, tres cuartas partes de su poderosa flota pasaron a servir bajo el mando del Ministerio de Defensa de la República.
La R.F.P. necesitaba reconstruir rápidamente sus maltrechas fuerzas militares. Etelka Psovak, la presidenta de la R.F.P. en ese crucial momento de entreguerras, tomó la prudente decisión de alejar a las nuevas tropas de los sectores en los que tradicionalmente habían ejercido sus actividades piráticas. Los roaneses fueron enviados a reforzar a las extenuadas tropas que continuaban vigilando la frontera verriana. Ésta, que fue sin duda una apuesta personal y muy arriesgada de Psovak, dio sin embargo unos excelentes resultados, ya que los antiguos piratas resultaron ser unas excelentes, aunque indisciplinadas, tropas de reconocimiento y patrulla lejana.
Sin que ni siquiera la mismísima Presidenta Psovak lo supiera, acababa de crear el germen de lo que unos años después se convertiría en la 3ª Flota de la R.F.P.
Roan en la actualidad
Dejando de lado el abandono de las prácticas de saqueo sobre sus vecinos y la apertura de una ruta comercial con el resto de la República, pocas cosas cambiaron en Roan con su incorporación a la R.F.P. Aquellos piratas que no habían conocido otra vida y que no sabían hacer otra cosa fueron sutilmente reencauzados hacia el servicio en la Armada, las compañías mercenarias y las corporaciones de seguridad.
Incluso en la actualidad, y a pesar de que mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con el resto de la R.F.P., Roan continúa siendo un planeta remoto que pocos forasteros visitan sin un buen motivo. Su lejana situación en mitad de la nada hace que resulte poco rentable comerciar con él, por lo que la mayoría de las corporaciones nunca han mostrado excesivo interés por instalarse en él. Lo más normal es que las naves comerciales que la visitan pertenezcan a los propios empresarios roaneses, que regresan a casa cargados de mercancías tras concluir una tournée comercial por la R.F.P.
Malecón es el nombre de la capital oficial de Roan, una urbe de menos de 150.000 habitantes rodeada de una gran muralla de plasticemento, levantada para protegerla tanto de las tormentas de arena como de posibles atacantes. Fue construida en torno a un gran lago salado que constituye la mayor concentración de agua del planeta, cerca del casquete polar meridional. Las paredes de los edificios están pintadas de blanco con el objetivo de evitar el calor, que en Malecón suele rondar los 30º durante todo el año pero que llega a superar los 70º en algunas zonas. Las demás poblaciones de Roan son similares en aspecto, aunque ninguna tan grande.
La mayoría de los roaneses viven fuera de las ciudades, en asentamientos autosuficientes que suelen compartir las mismas características: acostumbran a estar muy alejados entre sí, están excavados en la roca o en el subsuelo en torno a un pozo de agua, y están dedicados a la explotación agrícola. Suelen ser fácilmente defendibles, con un trazado complicado y uno o más cuellos de botella en donde, de ser necesario, pueda montarse un punto defensivo.
El típico asentamiento de un clan está formado por cinco o seis familias, una de ellas esclava, que suman un total de unas cincuenta personas (de ellos la mitad son adultos). Viven de lo que obtienen de sus granjas hidropónicas. Por increíble que parezca en un planeta desértico como Roan, el pescado ocupa un lugar muy destacado en la dieta y la economía roanesa, ya que ante la imposibilidad de criar ganado a la manera convencional, casi todas las familias explotan plantas piscícolas subterráneas.
Por último, las familias más modestas redondean sus ingresos enviando a trabajar a sus miembros excedentes a alguna de las explotaciones mineras que existen por todo el planeta o a las minas de Talwan. Trabajar como minero no es deshonroso pero tampoco está bien considerado, ya que hasta hace doscientos años era un trabajo realizado casi exclusivamente por esclavos. Con el progresivo encarecimiento de los mismos y la necesidad de mantener en buen estado a los que aún conservan se hizo necesario realizar reajustes, completando las plantillas con personal libre, lo que a su vez obligó a mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo. Hoy en día, ser minero en Roan sigue siendo un trabajo extremadamente duro y mal pagado, pero al menos ya no es una labor inhumana. La mayoría de las minas de Roan están dedicadas a extraer cuarzo y, sobre todo, oro ya que este preciado metal se presenta en una proporción seis veces superior a la habitual en otros planetas. De aquí deriva el lema planetario de Roan: "Si bien soy toda de oro, en lo azur tengo el tesoro", que se usa para recordar a los niños roaneses qué es lo realmente importante en la vida.
Los roaneses "de ciudad" ofrecen mayor diversidad laboral, pudiendo desempeñar cualquier profesión no servil. Muchos de ellos son tripulantes espaciales, comerciantes, mercenarios o una combinación de los tres. También hay que señalar que bastantes de los roaneses urbanitas suelen ser servidores del señor que controla la localidad: policías, bomberos, personal de la administración civil o cualquier otro trabajo que en otro planeta sería catalogado como "funcionarial". El señor ejerce como gobernador del territorio y alcalde de la localidad, mientras que sus servidores de mayor confianza, los llamados juramentados, ejercen a modo de concejales, jueces de paz, jefes de los servicios municipales, etc.
Los señores se reúnen de manera colegiada en el denominado "Consejo de señores", que tradicionalmente es presidido por "el más capacitado de ellos", quien recibe el título honorífico de "Primero entre los iguales". El Primero entre los iguales es elegido por el pleno del Consejo, y el cargo es vitalicio a menos que sea depuesto mediante moción de censura. El Consejo, que se reúne a puerta cerrada, tiene competencias sobre cuestiones que afectan a todos los señores de Roan, media en los conflictos de competencias que puedan surgir entre ellos, aprueba las llamadas "leyes señoriales" (leyes que deberán ser aplicadas en todo el planeta), elige de entre sus miembros al señor que representará a Roan en el Senado de la R.F.P, etc.
El actual primero entre los iguales es el conocido como "Manofranca". Manofranca es un varón humano de 83 años de edad, que lleva ocupando el cargo desde hace once años. Al contrario que algunos de sus antecesores en el cargo se trata de un hombre honesto que solamente desea lo mejor para sus paisanos. Manofranca pertenece a la corriente progresista de los señores, los partidarios de incrementar la integración de Roan en la R.F.P., que es la facción mayoritaria actualmente. Frente a ellos, la señora de la guerra llamada "Brava" lidera la oposición de los tradicionalistas, quienes opinan que la influencia exterior resulta perniciosa para sus jóvenes y que habría que limitar el acceso de los ciudadanos roaneses a los medios de comunicación de la R.F.P. (a los que tachan de "publicidad antiroanesa"). Según se dice, un par de los tradicionalistas más exacerbados incluso van más allá en sus opiniones, habiendo llegado a defender en el Consejo la posibilidad de que Roan se secesione de la República, o incluso en una eventual integración en el Estado Iroiendi.
"Ojos bonitos" es el sobrenombre del señor elegido para representar a Roan en el senado de la R.F.P. Lleva en su cargo solamente una legislatura, así que todavía es bastante novato en su puesto. Se trata de un senador bastante joven ya que apenas ha cumplido los 55 años, lo que le coloca por debajo de la media de edad de la cámara. Su labor durante los últimos años ha sido excelente, su prestigio político en Vettera es impecable y su reputación como estadista comienza a calar entre los miembros de la clase política republicana. Ojos bonitos ama la arena política senatorial como pocos hombres pueden amarla; en ella se siente como pez en el agua, por lo que no siente ningún deseo de regresar a Roan para dirigir sus dominios. De hecho, a tanto llega su dedicación que es uno de los pocos senadores que jamás recurren a los servicios de los tibres (representantes y corredores políticos profesionales). Políticamente está encuadrado en el grupo de senadores afines a Seirón Abel, actual presidente de la Comisión de Gastos Militares.
Demografía
La población de Roan es mayoritariamente humana con una notoria minoría de cromters, casi todos ellos pertenecientes a la casta de los esclavos.
Los humanos de Roan son altos y delgados, de constitución esbelta. La mayoría de ellos tienen la piel oscura, pelo crespo y ojos negros. Gran parte de la población rural roanesa libre se somete a una operación médica de biomejora (ver artículo Mens Sana In Corpore Sano, en la Compler Año Uno) denominada corcova de rehidratación.
Biomejora: corcova de rehidratación (coste: 525 estándar)
La corcova de rehidratación es una biomejora consistente en la implantación de una gibosidad subcutánea que acumula grasas con gran efectividad. Dicha protuberancia se implanta en las nalgas del paciente, motivo éste por el cual los roaneses de ciudad llaman despectivamente "culones" a los habitantes del desierto.
En caso de necesidad esta protuberancia sirve como reserva extra de líquidos y nutrientes. La corcova de rehidratación permite a su portador resistir la sed durante toda una semana incluso en climas muy cálidos. La operación de implante es muy sencilla, solamente precisa de anestesia local y se lleva a cabo en apenas una hora.
Los cromters son la segunda especie más numerosa del planeta. La mayoría de ellos son esclavos, descendientes de los prisioneros capturados durante siglos por los piratas en los sistemas cercanos. Muchos trabajan en burdeles o pertenecen al serrallo de algún rico, ya que los cromters siempre han sido considerados por los roaneses seres hermosos y sexualmente deseables, además de sirvientes valiosos por sus habilidades psiónicas.
A pesar de sus orígenes, algunos cromters han logrado obtener la libertad a lo largo de los siglos, por lo que actualmente es posible encontrarlos formando parte de todos los estratos sociales (aunque hasta ahora jamás ha habido un señor cromter es posible que alguno de los cromters juramentados más ricos lo logre dentro de poco. Incluso... ¿por qué no? podría tratarse de uno de los PJ).
A los roaneses les gusta vestir con prendas anchas de colores claros. Casi siempre llevan gafas de cristales ahumados y sombreros de ala ancha que les ayudan a protegerse del sol y las tormentas de arena. En su faltriquera nunca faltan un respirador y un par de filtros de recambio. A pesar de su estética pintoresca y aparentemente atávica, bajo la ropa suelen llevar algún tipo de prenda tecnológica que les mantenga frescos en el abrasador calor del desierto. Por supuesto, los libres siempre portan armas a la vista ya que es la manera más evidente de diferenciarse a simple vista de los esclavos.
Sociedad
Roan es actualmente uno de los escasos rincones de la R.F.P. en donde subsiste un sistema socioeconómico basado en el más rancio esclavismo. Un nativo de Roan puede pertenecer a una de las siguientes castas: los señores, los juramentados, los amautas, los libres, los esclavos y los proscritos.
Los señores son los nobles roaneses, poderosos y ricos caudillos guerreros que controlan grandes extensiones de terreno y que, a menudo, poseen una o más grandes naves espaciales de comercio o combate (es decir, naves escala FEP). Su número es variable, ya que el destino puede ser cruel con ellos y arruinarlos, haciéndoles caer a la categoría de los juramentados.
Los juramentados son ciudadanos notables, asimilables a la baja nobleza de otros mundos. Casi siempre forman parte del séquito de un señor, ocupando puestos de responsabilidad en su gobierno. Pueden poseer naves espaciales de menor tamaño (cualquiera de las que puedan ser diseñadas con las reglas de CEP) y, si de algún modo logran enriquecerse, pueden pasar a convertirse en señores.
Los amautas abarcan tanto a los sacerdotes roaneses (sean del culto que sean, incluidos los de religiones no oriundas de Roan) como a las llamadas matronas, las mujeres sabias de cada clan que dirigen la casa familiar y a los esclavos domésticos. En el primer caso suelen actuar como consejeros espirituales de la comunidad en la que vivan. El puesto de matrona es un título honorífico que queda a medio camino entre las funciones de asesora personal del líder del clan, ama de llaves y partera.
Los libres forman el grueso de los roaneses, ciudadanos libres que tienen permiso para portar armas, salir del planeta cuando lo deseen y dedicarse a cualquier actividad profesional. Son la clase media y baja de la sociedad roanesa.
Los esclavos son los descendientes de los ciudadanos de la R.F.P. capturados hace generaciones por los piratas. Generalmente son bien tratados, aunque si intentan escapar del planeta son severamente castigados (aunque nunca con la muerte). Si desempeñan su trabajo de manera notable pueden llegar a ser manumitidos, con lo que pasan a engrosar las filas de los libres. Todos los esclavos llevan quirúrgicamente implantados sendos chips en su antebrazo izquierdo y junto a su bulbo raquídeo: el del antebrazo indica quién es, dónde vive y quién es su propietario. También sirve como medio de localización mientras se encuentre en Roan (mediante una red de satélites orbitales dedicados exclusivamente a rastrear esas señales). El implante del bulbo raquídeo monitoriza y registra las constantes vitales del esclavo (baremos que, a su vez, se usan para calcular con exactitud su valor en las transacciones comerciales).
A los esclavos manumitidos se les extraen quirúrgicamente estos chips, por lo que cuando alguien quiere referirse despectivamente a ellos los suele llamar "rajados". Ambos dispositivos son legibles desde una distancia de hasta tres metros mediante un aparato similar a un lector de códigos de barras. Evidentemente, la mayor prohibición que tiene un esclavo es salir de Roan, ya que si logran alcanzar un sistema en donde la esclavitud sea ilegal puede solicitar asilo político, que generalmente le será concedido por las autoridades federales bajo la figura legal de "Ciudadano de la República". En cualquier caso, y con el objeto de evitarse posteriores problemas, se recomienda a los visitantes que lo primero que hagan al llegar al planeta es solicitar un certificado que acredite que son ciudadanos libres de la R.F.P.
Los proscritos son aquellos roaneses a quienes se ha segregado de la sociedad y desterrado del planeta. Cuando alguien es declarado proscrito tiene dos opciones: puede aceptar su castigo permitiendo que se le marque la cara con un tatuaje tecnológico temporal (este tatuaje está programado para borrarse tras un tiempo previamente determinado, lo que puede ir entre uno y cincuenta años). En este caso se le concede un tiempo determinado (normalmente un mes) para que abandone Roan sin sufrir daño alguno por parte de las autoridades. La alternativa es negarse a someterse a la voluntad del señor, con lo que simplemente se le declara proscrito. A partir de ese momento estará al margen de la ley, por lo que ya no será protegido por ella y podrá ser asesinado impunemente por cualquier otro roanés (excepto por un esclavo). Algunos señores deseosos de reafirmar su autoridad han creado grupos armados compuestos por juramentados, con la misión específica de dar caza a los proscritos en sus tierras, y en ocasiones incluso fuera de ellas.
¿Cuánto vale un esclavo?
La imposibilidad de conseguir nuevos esclavos fuera del planeta ha provocado que su precio se encarezca, convirtiéndolos casi en un artículo de lujo. Hoy en día pocos roaneses pueden permitirse adquirir nuevos esclavos asiduamente, debiendo conformarse con los que ya pertenezcan a su familia. Gracias a los dispositivos que llevan implantados, es posible calcular con precisión el valor de un esclavo.
El valor de un esclavo en Roan responde a la siguiente fórmula: la suma de todos sus valores de Atributos más su nivel de habilidad más alto se multiplica por cien, y todo ello se modifica en base a un valor dependiente de su edad y estado madurativo (ver artículo Nature Vía Nurture, en la Compler Año Dos). Por supuesto pueden (y suelen) ser necesarias algunas tiradas de dialéctica para terminar de redondear el precio final.
Estados madurativos y multiplicador del precio:
Infancia: x 1Ej. Susana es una humana de treinta y cuatro años que trabaja como esclava de placer en un burdel de Roan. Su precio en el mercado de esclavos es igual a la suma de sus atributos (pongamos que 64) multiplicada por cien [64 x 100 = 6.400]. Por otro lado, Susana es una chica bastante dotada en su trabajo, su nivel de habilidad más alto es Seducción 15 por lo que su precio se incrementa [(64 x 100) + (15 x 100) = 7.900]. Como actualmente Susana tiene treinta y cuatro años se encuentra en el estado madurativo de Juventud, así que de nuevo se modifica su valor (7.900 x 3 = 23.700).
Es decir, que si su dueño decidiera venderla debería obtener por ella unos 23.700 estándares, aunque al final todo dependerá de cómo logre regatear el precio con el comprador.
Psicología
Las virtudes más estimadas por los roaneses son el honor, la lealtad, el coraje, la astucia y la estrella.
El honor consiste en mantener la palabra dada y sirve como medida del respeto que merece una persona. Mentir o engañar son considerados actos despreciables aunque la mayoría de los roaneses los realizan asiduamente, sobre todo con los extranjeros. Una de las peores deshonras en que puede incurrir un libre es faltar a un juramento dado. Por supuesto que todo esto solamente se aplica con los roaneses; los extranjeros pueden ser engañados y traicionados libremente, lo que por ende es considerado un acto de astucia (ver más abajo).
La única lealtad que conocen los roaneses es para con su familia, pero esta lealtad puede ser dejada de lado si se ha jurado fidelidad a un señor. A efectos legales se considera que el señor pasa a convertirse en el padre adoptivo del roanés, a cambio de lo que espera obediencia ciega. Faltar a un juramento de fidelidad a un señor se considera aun peor que faltar a un juramento ordinario, y es el peor crimen que puede cometerse (habitualmente penado por los señores con sentencia de muerte).
Los roaneses admiran enormemente el coraje ante el enemigo, o tal vez sería mejor hablar de la resignación ante lo inevitable. Lo cierto es que los roaneses, como todo el mundo, rehuyen el combate cuando están en clara desventaja o éste no les interesa tácticamente. Sin embargo, sí es cierto que cuando se ven atrapados entre la espada y la pared y la certeza de la muerte parece inevitable, luchan hasta la muerte con desesperado abandono. Pocos son los roaneses que se dejan atrapar con vida por el enemigo, ya que es considerado un deshonor para ellos y sus familias. Por todo esto, en la R.F.P. los roaneses gozan de la fama de ser individuos indómitos y crueles, apenas alumbrados por la luz de la civilización. También se dice de ellos que cuando luchan a muerte jamás piden ni ofrecen cuartel a sus enemigos, lo que es cierto. No es de extrañar que con esta mentalidad belicosa, para muchos de ellos la vida militar sea una salida profesional natural.
La astucia es entendida por los roaneses como la capacidad de engañar al enemigo, de ganarse su confianza para luego traicionarle y acabar con él antes de que pueda devolver el golpe. Según la tradicional visión roanesa de la galaxia ellos son pocos y sus enemigos muchos, por lo que es justo y necesario recurrir a cualesquier medio a su alcance para igualar las apuestas. Sin embargo, estas mismas tácticas que muchos consideran rallantes el terrorismo están mal vistas cuando son empleadas contra otro roanés, y acarrean gran deshonor para quien las usa.
La estrella es una cualidad más difícil de explicar. Para los roaneses los seres vivos poseen una "estrella", un momento de la muerte para el cual están predestinados. Los jóvenes roaneses son imbuidos desde pequeños con la idea de que la vida es algo efímero y pasajero, un soplo de aire en un huracán, y que la única certeza inamovible en este mundo es la llegada de la muerte. Un hombre no puede cambiar el momento en que ésta debe llegar porque es algo que está predestinado desde el momento en que nace. Lo único que un hombre puede intentar cambiar es el modo en que ésta llega. Este modo de pensar es lo que les motiva a la hora de cometer los actos de desesperado heroísmo que tanta fama de fiereza les han reportado.
Bandera oficial de Roan.
La flota planetaria
Actualmente, la flota planetaria de Roan está compuesta por muchas menos naves de las que la formaron antaño, en otros tiempos más violentos, cuando las riquezas y los cautivos fluían hacia el planeta en las naves que saqueaban los sectores cercanos. Aun así, sigue tratándose de una flota cuya potencia de fuego no resulta desdeñable, ya que no debemos olvidar que los roaneses siguen siendo un pueblo orgulloso, fiero y belicoso.
Antes de incorporarse a la R.F.P., los señores construían sus propias naves de combate en los astilleros orbitales del planeta. Ahora allí solo continúan construyéndose naves de tamaño mucho menor, ya que el Consejo de señores adquiere la mayoría de naves de guerra de los mismos constructores que surten a la 3ª Flota. La única excepción a esto es la fragata clase Matagigantes, un viejo remanente de la época pre-republicana que aún sigue fabricándose esporádicamente. Esta es la única nave de guerra de gran tamaño que actualmente se fabrica en los astilleros de Roan, casi siempre por encargo de un juramentado a punto de convertirse en señor o, de vez en cuando, para clientes de fuera del sistema.
Actualmente, la flota planetaria roanesa está compuesta por:
- Tres destructores clase Invencible. Los cazas transportados son trialón.
- Cuatro fragatas clase Coriaceus. Los cazas transportados son trialón.
- Nueve fragatas clase Matagigantes. De fabricación propia.
- Tres alas de cazas trialón. Con base en una estación espacial de batalla que orbita el planeta.
Además de estas fuerzas se rumorea que, en vista del clima prebélico existente entre la República y el Estado Iroiendi y la posición estratégica que Roan ocuparía en dicho conflicto, el Consejo de señores podría haber comisionado la fabricación de más naves de combate.
Según fuentes no confirmadas de manera oficial, los señores consideran que los actuales trialón de la flota están desfasados, por lo que entre esas nuevas naves se encontraría una o más alas de cazas, aunque los rumores difieren sobre si se trataría de Deltas (ver página 68 de la Compler Año Cero) o de los nuevos Guadaña diseñados por Industrias Jabir-Muharrav.
Por supuesto, todo esto tiene la misma credibilidad que los rumores que dicen que el Consejo de señores está a punto de declarar la secesión de la R.F.P. y su incorporación al Estado Iroiendi, y que cuando eso suceda la 3ª Flota en bloque desertará para pasarse al enemigo.
Peculiaridades y costumbres locales
Las garras de combate
Si los roaneses tienen una tradición ésta es que siempre van armados, normalmente con algún arma de cuerpo a cuerpo y una o dos armas cortas, o incluso más si esperan jaleo. Para ellos el portar armas es una de las cosas que distinguen a un hombre libre de un esclavo, por lo que siempre las llevan bien a la vista y las lucen con orgullo. Las garras de combate son muy habituales, ya que los roaneses afirman vanidosamente que fueron ellos quienes las inventaron, y pobre de aquellos que les lleven la contraria porque estarán más que dispuestos a respaldar sus afirmaciones con hechos... contundentes.
La creación de la bandera de Roan se atribuye al señor de la guerra Dienteverde, que fue el emisario encargado de las negociaciones diplomáticas que culminaron con la adhesión de Roan a la República. La leyenda dice que cuando el responsable protocolario de la ceremonia de firma del tratado le pidió una bandera roanesa para colocarla junto a la de la República en la sala donde se iba a celebrar el acto, Dienteverde miró a su alrededor, lanzó un zarpazo con su garra de combate contra una de las cortinas que adornaban la estancia, la arrancó de cuajo y tendiéndosela al funcionario republicano le dijo: "toma, pon esto".
El nombre verdadero
Otra costumbre que llama poderosamente la atención a los foráneos es la creencia que los nativos sostienen acerca del poder de las palabras, ya que piensan que las palabras tienen poder, y que el conocer el "nombre verdadero" de una persona hace que se tenga poder sobre ella. Por este motivo los roaneses nunca le dicen su verdadero nombre a nadie, y nadie lo suele conocer excepto sus padres, hermanos, cónyuges o su señor. En su lugar son habitualmente conocidos por un sobrenombre que haga referencia a alguna de sus características físicas o mentales. De hecho, tal importancia es la que se le da al "nombre verdadero" que decírselo al cónyuge es una parte esencial tanto de la tradicional ceremonia nupcial roanesa como de la jura de fidelidad a un señor.
Manos, dedos y uñas
Entre las muchas costumbres roanesas consideradas absurdas y anacrónicas por los ciudadanos de otros planetas destaca la obstinación de estos por mantener el uso de una unidad monetaria propia. Esta divisa coexiste con el estándar de la R.F.P., pero como solamente es de curso legal en Roan y Talwan, su utilidad resulta extremadamente limitada.
Existen tres tipos de monedas roanesas, que son denominadas respectivamente Manos, Dedos y Falanges. Cada Mano está formada por cinco Dedos que a su vez están formados por dos Falanges. Físicamente se presentan en forma de finas láminas hexagonales de pequeño tamaño, acuñadas en una aleación metálica que incluye una cantidad variable de oro. Las monedas están grabadas por ambas caras: en una puede verse la marca que indica el valor pecuniario de la moneda y el año en que ésta fue acuñada, por el otro se muestra el retrato del Primero entre los iguales que presidía el Consejo de señores ese año.
A día de hoy una mano equivale aproximadamente a 17,3 estándares, sin embargo esta moneda solamente puede ser cambiada en Roan. Pese a lo absurdo que resulta su mantenimiento en la actualidad, a muchos roaneses tradicionalistas les gusta conservar el uso de su divisa por motivos de mero orgullo nacionalista. Estos roaneses seguramente mirarán con mayor simpatía a un extranjero que las emplee durante su visita al planeta, pudiendo incluso llegar a ofrecerle descuentos extras o precios más bajos que si no lo hiciera.
Como curiosidad, es sabido que entre los miembros de la 3ª Flota existe desde tiempos de su creación la costumbre de llevar una moneda roanesa colgada del cuello, a modo de amuleto de la buena suerte. Cuando un soldado muere, sus compañeros le colocan la moneda bajo la lengua para que pague al oscuro dios de la muerte los servicios prestados.
La familia y la vendetta
Para un roanés no hay nada más importante que la familia. Pase lo que pase siempre se puede contar con ella y hay que prestar apoyo a un familiar en cualquier circunstancia en que éste pueda hallarse. La familia es el núcleo social de la sociedad roanesa. Se respeta a los ancianos por su experiencia y su sabiduría, y muy especialmente a las mujeres. Éstas gozan de los mismos derechos que los hombres e incluso de más, ya que solamente ellas pueden convertirse en matronas, las "mujeres sabias" que organizan la casa y dirigen a los esclavos.
El clan es el siguiente eslabón de la cadena. Formados por cuatro o cinco familias que viven el mismo asentamiento y están conectadas entre sí por lazos de sangre. A los miembros del clan se debe mostrar casi el mismo grado de fidelidad que a la familia directa, ya que es con ellos con quienes podrás contar cuando te encuentres en problemas. Según la tradición, siempre debe prestarse ayuda a tu familia al menos hasta el cuarto grado de consanguinidad y tercero de afinidad, si bien esto no siempre es respetado. Las acciones de un miembro del clan repercuten en el honor de todo el clan, de modo que si éste comete actos indignos trae la vergüenza sobre todos sus parientes.
La familia y el clan son tan importantes porque son los encargados de llevar a cabo la vendetta sobre cualquier agresión u ofensa que haya podido sufrir uno de sus miembros. La vendetta consiste nada más y nada menos que en "ajustar las cuentas" con aquellos que hayan atacado a un miembro del clan. Evidentemente esto suele provocar continuas espirales de violencia a lo largo y ancho del planeta, que a menudo terminan con la completa destrucción o desbandada de una de las partes implicadas. La única solución alternativa a que todo termine en un baño de sangre suele ser el pago de compensaciones, económicas o de otro tipo, por parte del bando perdedor. Evidentemente, la familia también ayuda a cobrar el pago de las compensaciones determinadas por un juez de paz (ver el sistema judicial más abajo).
Las ferias rojas
Los clanes de una misma zona se reúnen cuatro veces al año, durante toda una semana, para que sus componentes puedan comerciar y relacionarse entre ellos. La función principal de estas ferias es triple, sirviendo por un lado como simple mercado trimestral, por otro para que los miembros solteros de los clanes se conozcan y por último para que se administre justicia y se den a conocer las nuevas leyes que han sido dictadas ese trimestre por el señor o por el Consejo de señores.
Los comerciantes a pequeña escala que normalmente van recorriendo los asentamientos tienen una cita ineludible en la feria. Suelen vender objetos tecnológicos y otros productos "de lujo" que los clanes no pueden fabricar ellos mismos, por lo que habitualmente viajan fuertemente armados. Ellos, a su vez, los adquieren de manos de los comerciantes que regresan de una tournée comercial por la República.
Durante la feria, los solteros gozan de completa libertad para relacionarse con quien deseen. Para fomentar el ambiente de fiesta, la primera noche se realiza llamado "baile de los liguros"; los liguros son un inofensivo insecto nocturno similar a una luciérnaga. Los jóvenes, ataviados con máscaras que imitan la cabeza de un liguro, beben, bailan y se divierten hasta el amanecer en torno a una hoguera, momento en que todas las máscaras son arrojadas a la misma. Tradicionalmente, se espera que los solteros de ambos sexos se comporten castamente hasta el matrimonio, si bien esta regla se ha relajado bastante en los últimos siglos, según se dice debido a la perniciosa influencia recibida a través de la GWW y los holofilms que llegan a Roan desde el resto de la R.F.P.
La función legal de las ferias es igual de importante, ya que es también durante esta reunión cuando los llamados "jueces de paz" imparten justicia. Los jueces de paz son juramentados que forman parte del séquito del señor que domina la región; acuden a la feria para dar a conocer las nuevas leyes dictadas por el señor y administrar la justicia en su nombre.
La Justicia roanesa emana de los señores y se administra en su nombre por los jueces de paz. Antes de la feria puede solicitarse al señor que imponga justicia sobre un determinado pleito. Éste envía a dos o tres de sus juramentados en calidad de pesquisidores para que se entrevisten con las partes implicadas y realicen las investigaciones previas que crean necesarias. Si los juramentados ven necesaria la intervención del juez de paz se lo comunican al señor, catalogando a las diversas partes como demandante o demandado y emplazándolas para la próxima feria de sangre. Los pesquisidores también tienen potestad para dictar medidas provisionales hasta la fecha del juicio. Si dichas medidas no son obedecidas, el señor declarará proscritos a los infractores.
Los jueces de paz son los encargados de resolver los casos que se les presenten, actuando con el apoyo de los pesquisidores. Las partes son quienes deben encargarse de aportar testigos que apoyen sus posturas. La parte que sea considerada demandante debe reunir a cuantos testigos pueda para que respalden su versión de los hechos.
Las audiencias se producen durante toda la feria, en riguroso orden de incoación de los casos. Si alguna de las partes no compadece es declarado proscrita. Antes de comenzar a declarar, los testigos juran solemnemente decir la verdad, toda la verdad y solamente la verdad. Sin embargo, el valor de su testimonio varía en función de la posición social del testigo.
El juicio
Se lleva a cabo una tirada enfrentada de Dialéctica. La parte ganadora aplicará a la tirada de Juicio (ver más abajo) un bonificador igual al resultado del dado exo. Además, se aplican los siguientes modificadores a la siguiente tirada en función de los testimonios aportados a su favor.
- El testimonio de un libre tiene un valor de +1.
- El testimonio de un amauta tiene un valor de +3.
- El testimonio de un juramentado tiene un valor de +5.
- El testimonio de un esclavo carece de valor legal frente al de un libre, si bien sí podrá ser tenido en cuenta si no hay otros testigos en el caso (con un valor de +1).
- Un proscrito carece de honor, por lo que su testimonio carece de valor.
Una vez que todos los testigos de cada parte han aportado su testimonio se suman todos los bonificadores (Valor de testimonio), después ambos realizan una tirada de 3d10 (tirada de Juicio).
Si el resultado es igual o menor que el Valor de testimonio alcanzado, el juez de paz encuentra elementos a favor de su postura. Si ambos tienen éxito, el juez aplaza la sentencia hasta el día siguiente para poder pensarse bien el asunto. Al día siguiente se repite la tirada hasta que haya un ganador.
Si se llega al final de la feria sin que el juez haya tomado una decisión, ambas partes son convocadas a presencia del señor para una semana más tarde. Será él quien emita sentencia por este mismo procedimiento.
No hay ni que decir que con semejante sistema judicial, no es nada extraño que una de las partes intimide o soborne a los testigos de la otra antes de llegar ante el juez de paz.
Si en algún momento se demuestra fehacientemente que una parte o testigo ha mentido en su declaración, se le declara proscrito.
En el sistema judicial roanés no existen las penas de cárcel. Si alguien comete un delito del tipo que en otro planeta sería considerado como perteneciente al ámbito penal, y en especial si hiere, mutila o mata a alguien, los familiares del atacado podrán llevar al atacante a juicio. Si el juez de paz falla a su favor, éste simplemente decide a cuánto asciende la compensación económica que deberá ser pagada a la familia de la víctima así como las acciones que, de no ser abonada ésta por el demandado, los demandantes podrán ejercer contra el acusado sin que puedan ser recriminados ni llevados a juicio por ese motivo.
Por ejemplo: si un hombre ataca a su vecino y le corta la mano, su vecino puede llevarle a juicio, considerándosele en ese caso el demandante. Si el demandante gana, el juez de paz determinará el pago compensatorio que el demandado deberá pagarle. También establecerá las acciones que puede tomar libremente en caso de no que no quiera o no pueda pagarle. En este caso, lo más probable es que el juez dictamine que el demandante puede, a su vez, cortarle la mano al demandado.
Los juicios son muy rápidos, ya que los jueces emiten sentencia in situ. Ahora bien, que el juez de paz resuelva el caso no significa que tenga la obligación de hacer ejecutar las sentencias. Es decir, que las sentencias solamente tienen valor moral y, aunque en algunos casos especiales el juez puede decidir ordenar a los pesquisidores que administren la justicia en nombre del señor, normalmente se deja en manos de las partes lograr que se haga efectivo el pago de las compensaciones o acciones asimiladas.
Lo peor del sistema judicial roanés es que, previa aprobación del juez de paz, la parte perdedora tiene derecho de apelación mediante duelo, normalmente a primera sangre aunque en ocasiones también a muerte. Esto da pie a que muchos juicios terminen degenerando en simples baños de sangre en los que los fuertes se imponen sobre los débiles. Además, el hecho de que estos días festivos sean el momento elegido por muchos para ejercer su derecho a resolver en público sus propios duelos de honor son los que hacen que el nombre de "feria roja" no sea un mero nombre florido, sino una sardónica referencia a la cantidad de sangre que suele derramarse en ellas.
Ocio
En general, los roaneses dedican su tiempo de ocio a lo mismo que el resto de la población de la R.F.P: ver holopelículas, navegar por la GWW, escuchar música comercial o de alguno de los artistas locales (el estilo musical local suele ir acompañado con el rasgueo de una guitarra típica de Roan) y ver o practicar deportes.
Hay que destacar que los roaneses son muy aficionados a los deportes, sobre todo a las competiciones atléticas. Como en la mayoría de los demás planetas de la R.F.P., el Pel·les es un deporte extremadamente popular. En la liga planetaria compiten veinte equipos, todos ellos patrocinados por señores. Entre todos ellos los que más destacan son los Simún de Roan, equipo propiedad de la señora Bruja Sangrienta, que es el más habitual campeón de la liga planetaria y también compite en la sectorial. Otros deportes populares entre los roaneses son la llamada lucha roanesa (en el que los contendientes emplean presas para sacar a su contendiente de la palestra) y el atletismo (entre las cuales la prueba reina es una larga y peligrosa travesía por el desierto que dura varios días).
Curiosa es también la gran afición que los roaneses muestran por los juegos de reflexión, en especial por un complicado juego de estrategia llamado Conquistar o morir, en el que el tablero representa el desierto y los jugadores se enfrentan entre sí por conquistar el mayor número de pozos antes de que sus piezas mueran de sed. Entre los juegos de azar solamente destaca el Pakmi (ver página 105 de El Grito), un juego de dados traído a Roan por los obreros forasteros que se ha hecho muy popular entre los mineros de Talwan.
Pero la afición más pintoresca de los roaneses es sin duda la cría de urangos, una especie local de coleópteros cantores. El canto de los urangos es extremadamente melodioso y está determinado por su código genético, por lo que no hay dos urangos que canten exactamente del mismo modo. Los criadores pasan mucho tiempo realizando cruzamientos planificados para obtener los mejores ejemplares. Durante las ferias rojas los criadores llevan a sus insectos a competir entre sí; a menudo se cruzan fuertes apuestas sobre el resultado de estas competiciones, y ser el poseedor del urango ganador reporta gran prestigio a su criador.
Productos típicos
Roan no es conocido por exportar demasiados de sus productos autóctonos. La BABUP posee en Malecón una pequeña planta envasadora en donde procesa la pulpa blanda de una especie de cactus del desierto, con la que se elabora una bebida refrescante y ligeramente embriagadora que exporta a otros planetas como producto exótico.
Las otras dos grandes exportaciones planetarias son el cuarzo y el oro. Los orfebres roaneses son habilidosos aunque sus diseños resultan algo anticuados, por lo que siguen siendo unos grandes desconocidos para el gran público de la República. De hecho, el 86,4% del oro roanés es fundido y exportado en forma de simples lingotes, que posteriormente reciben gran variedad de usos en otros lugares. En cuanto al cuarzo, éste se emplea en todo tipo de equipos ópticos y electrónicos, aunque también con fines ornamentales.
En realidad el grueso de las exportaciones roanesas no viene del propio Roan, sino de los minerales extraídos en las minas de Talwan, y muy en especial del cotizadísimo trillium 3 explotado a través de la Vlastohe.
Post scriptum: una nota sobre el emblema de la 3ª Flota
Los lectores más perspicaces ya habrán descubierto las sospechosas similitudes entre la bandera oficial de Roan y el emblema de la 3ª Flota. Este parecido, por supuesto, no es casual. Cuando el alto mando de Vettera asignó al recién creado grupo operacional un logotipo similar en diseño y estilo a los de las dos flotas ya en servicio, éste fue mal recibido por la tropa, que no se identificaba emocionalmente con el mismo. Los psicólogos al servicio de la Armada realizaron pruebas con varios diseños que incluían variantes de la esfera alada republicana, pero no lograron obtener una respuesta positiva por parte de los soldados (muchos de los cuales eran antiguos piratas que habían luchado contra la R.F.P. durante años).
Finalmente se optó por apostar por un diseño radical sin ninguna relación con los diseños anteriores. Básicamente se trataba de una bandera de Roan con los colores invertidos. El truco dio buen resultado, ya que las estadísticas confirmaron que durante los seis meses inmediatamente posteriores a la implantación del nuevo emblema el desempeño del grupo operacional mejoró en un 8,2%.
Sin duda, un nuevo éxito para los expertos de la sección de psicomotivación de la Armada.