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El Istalve
Oriundos del antiguo Imperio de Oeon, los kelanos son una raza con aspecto de reptil evolucionados a partir de un animal marino del orden de los Quelonios. Aunque existen diversas subrazas, todas ellas comparten unas características físicas comunes: son más grandes y fuertes que la mayoría de las demás especies, alcanzando los dos metros y medio de altura. Comparados con los humanos, sus movimientos son bastante torpes y lentos. Como compensación adaptativa, su piel, generalmente de color gris, es muy gruesa y áspera, con un carapacho vestigial que envuelve parte del pecho y la espalda. Sus rostros arrugados enmarcan unos ojos negros sin párpados, con labios gruesos y una dentadura formada exclusivamente por molares. Carecen de pabellones auditivos, y su oído es bastante deficiente, siendo prácticamente sordos comparados con la mayoría de las otras especies. Los huesos de su cráneo son enormemente recios, formando una "corona" de la que surgen cinco protuberancias óseas.
Al igual que los verrianos, en los kelanos la transexualidad es un rasgo genético hereditario. Sin embargo, a diferencia de éstos (que solamente experimentan la metamorfosis en una única ocasión y siempre bajo circunstancias muy especiales) los kelanos son una especie de género alternante, pudiendo llegar a cambiar de sexo varias veces a lo largo de su vida, siguiendo complejos biociclos determinados por su acervo genético.
A pesar de que no son una raza belicosa, los kelanos siempre van armados con el Istalve, un arma de asta con cuchillas situadas a ambos extremos. El Istalve es tanto un arma como un símbolo del honor personal de su portador, por lo que solamente se separan de ella bajo las circunstancias más extremas.
El Istalve es básicamente una lanza con dos cabezas. No existe un modelo estandarizado, ya que cada uno de ellos se fabrica en exclusiva para su portador, pudiendo estar fabricado en infinidad de diseños y materiales. A menudo la parte superior puede separarse, de manera que sea más cómodo de transportar o que, de ser necesario, su dueño pueda usarla como arma de mano.
La mayoría de los kelanos creen en la reencarnación. Piensan que sus Istalves se van cargando con el "honor" que su propietario acumula durante toda su vida. También piensan que, al morir, sus almas van a parar a una especie de infierno, cuya salida deberán encontrar mientras combaten contra los demonios que lo habitan. Aquellos que logran encontrar la salida se reencarnan de nuevo. Los kelanos son siempre enterrados junto a sus Istalves, de manera que éstos les acompañen en la muerte y puedan usarlos para defenderse de los demonios que intentarán atraparles y devorar su alma. Aquellos cuyos Istalves hayan acumulado más honor serán más fuertes y tendrán más posibilidades de sobrevivir.
Evidentemente, en la sociedad kelana los delitos más graves son frecuentemente castigados con la confiscación temporal o la destrucción del Istalve del criminal. Lo que los deja indefensos en la otra vida.
Las características de un Istalve son idénticas a las de una lanza. Los que tienen la punta desmontable y son empleadas de ese modo son el equivalente a una espada corta. Sin embargo debido a su tamaño superior a la media, sus características son las siguientes:
Istalve (como lanza)
Fuerza: 5; Daño: +3; Parada: 7; Peso: 5 Kg.
Istalve (como espada)
Fuerza: 4; Daño: +2; Parada: 4; Peso: 2 Kg.