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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

APROXIMACIONES

En la galaxia de Exo, las naves espaciales salvan las grandes distancias entre las estrellas introduciéndose en el subespacio. Casi todo el mundo tiene claro cómo entra una nave en el subespacio: enfila su proa al punto de destino, acelera todo lo que puede para ganar energía y en el momento adecuado activa su motor subespacial. Sin embargo, ¿qué demonios hacen las naves cuando salen del subespacio y vuelven al espacio normal? La velocidad con la que salen es, generalmente, igual o superior a la velocidad con la que entraron, pero con la principal diferencia que cuando entran en el subespacio apuntan al vacío sideral y cuando salen, salvo error, apuntan hacia una estrella, la cual, debido a la velocidad, suele acercarse con rapidez.

La respuesta a qué hacen las naves es sencilla: frenar. A la maniobra de frenado se le llama aproximación y el presente artículo trata sobre las formas de aproximación más habituales.

Aproximación directa.

La aproximación directa es la más sencilla de todas. La nave, según emerge del subespacio gira 180 grados e inicia el frenado mediante el uso de sus motores. Cuando la velocidad relativa al planeta ha bajado lo suficiente, la nave vuelve a girar 180 grados y ya maniobra como una nave normal en la aproximación final.

Aunque es la más sencilla, no es la más utilizada debido a que el consumo de combustible es mayor que con otros tipos de aproximaciones, la fuerte desaceleración es incómoda para los ocupantes y para la propia estructura de la nave que se ve sometida a grandes esfuerzos que acortan su vida útil. Y finalmente, la nave, al girarse para frenar pone delante (considerando el movimiento) los enormes motores de aceleración. Considerando que estos tienen la costumbre de andar soltando muchos fotones (además de otras cosas), eso implica que los sensores de la nave se quedan parcialmente ciegos; sobre todo en la zona de la nave que queda inmediatamente delante.

Las naves civiles generalmente no utilizan esta aproximación, salvo que tengan una emergencia, pero las naves militares sí suelen hacerla. Para ellos el tema de costes y durabilidad de la nave no es tan importante. Además, sus sensores suelen ser bastante mejores que los de las naves civiles y pueden desplegar sensores robot que vayan por delante de la nave, justo en la zona ciega por el escape del motor.

Aproximación gravitatoria o indirecta

En esta aproximación la nave intenta aprovechar la gravedad del planeta o de un planeta del sistema para que le ayude en el frenado de la nave.

Hay que tener en cuanta que los sistemas de navegación de una nave espacial no guardan los datos de las posiciones de todos los planetas de un sistema. Pueden memorizar un sistema concreto que se visite con frecuencia, pero no pueden memorizar todos los sistemas estelares. Por los tanto, en general, la nave no sabe dónde va a estar el planeta en el momento en el que sale del subespacio. Sin embargo, con los datos que sí posee de la trayectoria, es capaz de localizar al planeta y posicionarlo en breves segundos.

La rutina, por tanto, de estas aproximaciones es hacer un barrido de sensores al sistema estelar y localizar todos los cuerpos del mismo. Entonces se determina la trayectoria más óptima aprovechando los planetas. Generalmente se busca frenar con el propio planeta de destino, pero si no es posible (no existe o está saturado de tráfico), se intentará frenar con algún gigante de gas cercano para reducir la velocidad a algo más manejable y, entonces, hacer la aproximación al planeta. Para calcular esta trayectoria, el navegante debe superar una TA de astronavegación.

Una vez conocida la trayectoria, la nave gira (generalmente en un ángulo superior al necesario para orientarse a la trayectoria) y empieza a acelerar. Esto obliga a la nave a cambiar de dirección y cuando enfila correctamente la trayectoria calculada por el navegante. La maniobra es muy sencilla y, si quieres puedes considerarlo una acción automática para un piloto experimentado. A este cambio de trayectoria se le denomina "Fase de Orientación".

La nave apaga los motores y de deja llevar por su inercia y por la atracción del planeta; lo que implica que, poco a poco, va aumentando de velocidad, pero poco comparado con la velocidad que llevaba. Cuando la nave cruza el perihelio de la órbita (el punto más cercano al planeta), la gravedad del planeta dejará de acelerarle y empezará a frenarle. Es en este momento cuando la nave gira casi 180º y empieza a frenar. Durante todo el frenado, la nave va orientando su proa al planeta. La potencia usada de los motores es menor que en el caso de la aproximación directa ya que la nave se ayuda de la gravedad planetaria. La pérdida de velocidad hace que la órbita sea cada vez más cerrada y que, por tanto, la gravedad no pierda tanta efectividad con la distancia. Cuando la nave ha alcanzado la velocidad correcta (la de maniobra si el planeta es el planeta de destino), los motores de detienen y la nave se coloca en órbita para la aproximación final. A esta parte de la maniobra se la llama fase de frenado y el piloto de la nave deberá superar la correspondiente TA.

Las ventajas de esta maniobra con respecto a la anterior es que gasta menos combustible y la nave soporta menos tensiones. También permite a la nave tener los sensores orientados hacia su punto de destino en casi todo momento y, además, durante mucho tiempo puede vigilar lo que hubiera al otro lado del planeta antes de hacer la fase de frenado. Como aspecto negativo, que la maniobra tarda más, entre tres y diez veces más que la aproximación directa.

Aproximación Gremal o "Loco Iván"

Esta aproximación es utilizada por algunos pilotos de cargueros, nunca por las naves civiles y casi nunca por los militares. La maniobra es muy similar a la gravitatoria, pero con la diferencia de que se calcula la trayectoria para que la nave pase rozando las capas exteriores de la atmósfera del planeta. Casi nunca se hace en planetas densamente habitados (su volumen de tráfico a baja cota es muy elevado) y los pilotos mercantes prefieren la seguridad de un enorme gigante de gas para llevarla a cabo. La TA de pilotar de la fase de frenado estará penalizada con +5 puntos debido a la dificultad de controlar la nave con las sacudidas de la atmósfera.

La entrada de la nave en la atmósfera provoca que ésta se frene por la propia fricción de la nave contra la atmósfera. Naturalmente la nave se calienta y el blindaje exterior sufre mucho, pero el tiempo ahorrado, respecto a la maniobra gravitatoria, es de la mitad a la cuarta parte. Cuanto más profundamente entra la nave en la atmósfera, más frena, pero más sufre la nave y más posibilidades hay de que parta en mil pedazos. Los pilotos mercantes (seres solitarios donde los haya) parecen divertirse retándose unos a otros para ver si hacen la aproximación cada vez a mayor profundidad. Entre los pilotos existe una frase: "hacer un profundo" que es el equivalente a "ha muerto". Cuando se dice que determinada persona ha hecho un profundo, es decir, ha hecho una maniobra Gremal demasiado profunda, se está diciendo que ha encontrado la muerte en el último viaje. Aunque la expresión empezó utilizándose sólo con los muertos en las aproximaciones, ahora la utilizan para cualquier muerte en accidente (aunque tenga lugar en el subespacio).

(Nota: Gremal es el nombre del primer piloto de carguero al que se le reconoce haber hecho dicha maniobra. Posiblemente no fuera el primero, pero sí es el primero que fue detenido por hacerla antes de que dicha forma de aproximación fuera aprobada y regulada por el Organismo de Navegación Espacial).

Aproximación perpendicular o aproximación Exo.

Esta maniobra la realizan casi con exclusividad las naves de los Grupos Exo, los pilotos comerciales privados y los pilotos de competición. La maniobra es similar a la gravitatoria, pero se realiza en el plano perpendicular a la eclíptica (el plano de la órbita del planeta). La nave pasa por debajo de la órbita, muy cerca de la atmósfera pero sin entrar en ella y empieza a frenar casi a plena potencia manteniéndose muy cerca del planeta mientras dan una o dos órbitas (dependiendo de la velocidad). En algunos casos, Grupos Exo, las naves tras salir del subespacio aceleran aún más para acercarse cuanto antes al planeta. Las tensiones de la nave son bastante importantes y la comodidad de los pasajeros brilla por su ausencia. Es una maniobra casi tan brusca como la directa y tarda sólo un poco más (como una vez y media), pero tiene la ventaja de no cegar los sensores de la nave.

A la última fase de la aproximación se la llama "frenado perpendicular" y los pilotos que deseen hacerla tendrán que superar una TA de pilotar penalizada con un +2.

 

Las consecuencias de fallar una TA de astronavegación para calcular la trayectoria de la aproximación o la de pilotar no suelen ser muy graves (excepto en la maniobra Gremal). En general, hay tiempo para corregir el error, lo que implicará un gasto adicional de combustible y de tiempo. Sólo las pifias deberían dar lugar a accidentes graves.

 

 

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Cita

«Mantuve abiertas las puertas del Caos, hasta que comprendí que podía cerrarlas cuando quisiera.»

Ipalw Izkai