Llego hasta aquí



 Exo
 Ayudas
    Afición (82)
    Ambientación (339)
    Reglas (238)
    Equipo (280)
    Sucesos (254)
      Tramas
    Aventuras (183)
    Preg./Resp.
 Por autor
 Productos
 Enlaces
 





Licencia Creative Commons para el texto de la web (quedan excluidas de la licencia CC las ilustraciones)


jueves, 21 de noviembre de 2024


 

CARBUNCLILLO

En el año 2046, según la cronología de la R.F:P., una nave tyrana llegó al planeta Xrecca. El planeta no mostraba un excesivo interés para el imperio ya que tenía un exceso de actividad volcánica y aunque la atmósfera era respirable, los sucesivos terremotos y movimientos sísmicos desaconsejaban cualquier tipo de actividad de explotación en la superficie. Tras los estudios preliminares, la nave de investigación abandonó el planeta pensando que nunca nadie volvería a pisarlo y su nombre quedaría olvidado en los registros galácticos. En efecto, así fue, pero tan rápidamente como habían pensado.

Pocos días después de estos hechos se empezaron a conocer la primeras víctimas de una pandemia a nivel galáctico que aunque afectó principalmente a los tyranos, se extendió casi por toda la galaxia. La enfermedad fue denominada "Carbunco Theta" por la semejanza con otras enfermedades mortales. La situación fue bastante delicada y en algunos planetas llegaron a estallar verdaderas oleadas de pánico general (que hablando de tyranos no deja de ser algo más peligroso). Rápidamente se identifico al virus causante de la enfermedad (una variedad del Bacillus antracis). Sin embargo, lo que mantuvo en jaque a todos los investigadores es que el virus, aparentemente, no se trasmitía por ningún medio conocido. De hecho, los científicos, para tranquilizar a la población, manipulaban las cepas del virus sin ningún tipo de protección y, efectivamente, no caían enfermos. Los noticiarios empezaron a hablar del agente transmisor desconocido (ATD), pero a falta de un nombre, rápidamente terminaron por llamarlo carbunclillo. Un agente, invisible, que provocaba la transmisión.

Descubierto el virus, descubrir un antídoto fue bastante sencillo y pronto, la vacuna estuvo a disposición de todo el mundo. Sin embargo, nadie localizó al carbunclillo o agente transmisor. Fue años después, gracias a un equipo de investigación que seguía intentando descubrir el origen de la epidemia que se descubrió al carbunclillo. En realidad, había sido descubierto antes, pero nadie había relacionado los dos hechos. El carbunclillo era un pequeño mamífero marsupial de no más de 3 centímetros de longitud que se había habituado a vivir en las oquedades de los sistemas técnicos de las naves espaciales y de los edificios. Era muy prolífico y como los investigadores descubrieron era portador del virus del Carbunco Theta. La investigación sobre la expansión del carbunclillo en la galaxia, comparadas con la expansión de la enfermedad dictaminaron, sin lugar a dudas, que el animal era originario del planeta Xrecca y que la enfermedad era, por tanto, originaria de dicho planeta. Las autoridades tyranas ordenaron el bombardeo masivo y la destrucción de dicho planeta. Posiblemente, hasta la fecha, aquel acto fue la mayor destrucción provocada por un gobierno en tiempo de paz. De todas formas, la destrucción de su planeta originario no detuvo al carbunclillo ya que su presencia, gracias a los viajes estelares, se había extendido a toda la galaxia. Los investigadores tyranos crearon genéticamente una variante del carbunclillo con anticuerpos del "Carbunclo Theta". En poco tiempo, dicha variante genética, dominante respecto a la autóctona, acabo con la presencia del virus en los carbunclillos y la enfermedad se dio por erradicada de la galaxia.

Como hemos dicho, el carbunclillo es un pequeño mamífero que rara vez supera los 3 centímetros de longitud. Vive en los conductos de ventilación y de instalaciones de las naves y edificios y ha creado una especie de simbiosis con el hábitat tecnológico de las razas inteligentes. Es muy raro ver a los carbunclillos en asentamientos rurales donde tienen muchos enemigos naturales, pero en estaciones y naves espaciales se pueden llegar a convertir en un problema por su número. En realidad, el carbunclillo es bastante beneficioso para los seres inteligentes porque se alimenta de ácaros y microorganismos. Carece de dientes y en su boca tiene una especie de barbas (semejantes a las de las grandes ballenas oceánicas) a través de las cuales respiran absorbiendo el aire directamente del suelo. Las criaturas microscópicas se quedan adheridas a las barbas de donde una voraz lengua las retira cada poco tiempo. El virus al que deben su nombre se adhería fuertemente a estas barbas y la lengua no era capaz de desprenderlo. Debido al gran desgaste (se calcula que un carbunclillo muda las barbas completamente cada pocos días), el virus caía al suelo con los fragmentos desprendidos que si entraban en contacto con otros mamíferos, provocaba la enfermedad.

Físicamente parecen pequeños roedores, pero es muy fácil confundirlos con una pequeña mota de pelusa, excepto que se vean sus brillantes ojos negros y las barbas blancas. Los gatos domésticos parecen haber heredado una especial predilección por torturarlos. Realmente no se los comen, pero se sabe que los cazan implacablemente hasta que acaban con ellos. Se ignora el posible motivo.

Datos para Exo

Mundos que habita: varios, principalmente en el Imperio Tyrano
Hábitat: conductos de ventilación y de instalaciones
Tipo: Mamífero marsupial (la bolsa la lleva a la espalda)
Alimentación: microorganismos

CARACTERÍSTICAS

CUERPO: B+1
DESTREZA: C
INTELIGENCIA: D+4
PRESENCIA: B
INSTINTO: D+4
PSI: A

Habilidades

Escalar (CUE): 15
Nadar (DES): 0
Orientación (INT): 15
Pelea (DES): 2
Rastrear (INS): 15
Saltar (DES): 5
Sigilo (INS): 10

Capacidades

Ajuste al daño: CUE-5
Alerta: 3 x INS
Iniciativa: DES
Nadar
3 x CUE en m/as.
Puntos de Vida: 3xCUE

Capacidades Especiales

Resistente a las enfermedades: es inmune a casi cualquier enfermedad. Podría decirse que se alimenta de ellas.

 

 

Diario Sombra:

Subscríbete en Feedly

Redes Sociales:



Grupos de jugadores:




Cita

«No sé por donde debe empezar un relato, pero no por el principio.»

Stevenson