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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

Abraxa Neter
Dep. Exohistoria
Universidad de Vettera

EL INICIO DE LOS AÑOS OSCUROS

Los años oscuros de la historia de la humanidad, un periodo de unos setecientos o más años antes de la Declaración de Vettera, ha atraído siempre la imaginación de los novelistas y de los productores de cine. Es una época de la que se sabe muy poco y en la que, aparentemente, cualquier idea puede ser encajada. Cuando intentas abordar este periodo desde un punto de vista más histórico siempre hay un enfrentamiento entre la imagen que el historiador tiene de la época y lo que las pruebas y documentos nos enseñan.

Por los restos hallados todo parece indicar que la expansión humana partió de un punto, al menos de una zona alrededor de la frontera actual entre la Federación y la R.F.P. Si se hace una correlación de las fechas de colonización y la posición galáctica se podría obtener un plano como el que se muestra a continuación:

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Aparentemente se muestra una colonización centralizada. Sin embargo, si reducimos las escalas temporales (o acercamos la escala del mapa) se observa un fenómeno curioso que ha venido a llamarse: "colonización en racimo". Al parecer, salvo casos puntuales, los sistemas estelares próximos fueron colonizados en fechas muy cercanas. Todo parece indicar que desde el planeta original de la humanidad se mandaban naves con más de un equipo colonizador hacia un punto donde se habían descubierto una serie de sistemas cercanos con posibilidades de tener planetas habitables. Cuando se alcanzaba el primero de estos sistemas y se llegaba al primer planeta habitable, se colonizaba, parte de la población de la nave y parte de los equipos eran desembarcados. Se exploraban, con métodos a distancia, los sistemas cercanos y se determinaban los posibles objetivos. La nave partía al siguiente objetivo dejando a la colonia primera a su suerte (nada indica que mantuvieran la comunicación, ver más adelante). El ciclo se repetía hasta que la nave, sin más equipos de colonización moría en el último sistema. Además de las evidencias arqueológicas, este hecho está corroborado por los descubrimientos de la segunda expansión. Las naves de Vettera descubrieron muchos mundos gracias a las indicaciones de los mundos cercanos.

La expansión humana tiene un aparente centro por donde podría estar localizado el planeta original, pero es aventurado decir si está ahí o, simplemente es el punto de partida de las expediciones subespaciales. Una posibilidad sería que las naves humanas viajaran a ese punto como zona de partida de su expansión, pero que, realmente, el planeta estuviera en otro punto, incluso extragaláctico como algunos han afirmado. Cualquier afirmación en este sentido es atrevida mientras no se descubra ese supuesto planeta original. Lo único que muestran las dataciones de los inicios de las colonias humanas en los diferentes planetas es que van siendo más antiguas cuanto más nos acercamos a esa zona que hemos comentado en la Federación y también, desgraciadamente, más imprecisas en cuanto a la fecha.

Todos los historiadores parecen tener claro que el inicio de los años oscuros fue una diáspora desorganizada de la humanidad a las estrellas. Sin embargo, donde ya no se ponen de acuerdo es en el motivo de tal desorganización ni siquiera en su posible origen.

Cuando tuvo lugar la segunda expansión, los exploradores de Vettera fueron encontrándose planetas habitados por humanos que, evidentemente, no eran los planetas originales de la raza humana. Además, y este es un hecho bastante clarificador, encontraron diversas etnias o grupos culturales que no existían en la Vettera original. Hoy día los sociólogos hablan de una especie de pancultura humana y la aparición del emtradre ha reducido a meras excentricidades muchos idiomas. Sin embargo, en aquellos mundos redescubiertos se hallaron no sólo grupos culturales diferentes, sino especies humanas diferentes que en Vettera no existían en aquel momento. Había cierta uniformidad en cada planeta, pero bastante heterogeneidad en la galaxia. ¿Podrían ser todas estas diferencias producto de una evolución diferenciada durante los años oscuros? La mayor parte de los biólogos está de acuerdo en señalar que el periodo conocido como años oscuros es insignificante comparado con los tiempos necesarios para un cambio evolutivo. Entonces, ¿esta diversidad era propia del planeta de origen? Y aquí surgía una de las grandes dudas de la primera expansión. Si el planeta original estaba poblado por gentes de diferentes etnias raciales y culturales, ¿por qué se emigró en grupos homogéneos?

Hay varias teorías para explicar este fenómeno. La más aceptada es que en el planeta original, las diferencias étnicas y culturales iban acompañadas de una diferencia política o nacional y que la expansión no fue única sino que fueron varias. Sin embargo, los detractores aseguran que una estructura de esas características haría el planeta muy inestable políticamente y con gran tendencia a los conflictos lo que impediría un desarrollo tecnológico conjunto y que todas las unidades políticas alcanzaran las estrellas en un periodo similar. Hay quien asegura, sin embargo, que la expansión no vino motivada por un deseo de alcanzar las estrellas sino por un deseo de librarse de los grupos menos poderosos, una cuestión racista en pocas palabras. Esto significaría que hay por ahí un planeta con una especie humana desconocida y que no existe en ningún otro lugar de la galaxia. Como ese planeta aún no ha sido encontrado, esta teoría es una pura especulación. Por último, hay quien asegura que la homogeneidad no es una cuestión inicial sino posterior. Y para apoyar esta teoría argumentan que se encontraron planetas multirraciales. Según esta idea, las naves subespaciales de la primera expansión irían pobladas de forma heterogénea, pero con alguna raza mayoritaria. Tras los años oscuros, esa mayoría había impuesto sus costumbres a los demás, presentando una apariencia homogénea. Incluso, argumentan, la existencia de dos o más grupos mayoritarios podía propiciar la evolución hacia un sistema homogéneo fruto de la combinación de todos ellos.

Independientemente del origen, hay un hecho que perturba también a los historiadores. ¿Qué pasó para que todos los planetas perdieran el contacto entre sí y con el planeta original? Se puede entender la desaparición de algunos planetas, pero qué pudo justificar la pérdida de todos en todas partes. Los que han estudiado este tema dividen el problema en tres preguntas y cada teoría da diferentes respuestas:

¿Cómo pudieron perder los planetas el destino del que provenían?

La idea más aceptada es que el planeta del que partieron las naves no deseaba ser encontrado. Es muy posible que en aquella época, los humanos fueran conscientes de la existencia de otras razas inteligentes en la galaxia e incluso es posible que supieran que no todas eran amistosas. Ocultar el planeta de origen era una forma de asegurar al resto de la humanidad frente a posibles alienígenas hostiles más poderosos. Si esto fuera así, las naves colonizadoras deberían saber que iban en un viaje sin retorno y, la verdad, muchos restos arqueológicos en estos planetas parecen indicar que así era, dado el aprovechamiento y desmantelamiento de la nave para fundar la colonia. Claro que esto genera una pregunta a la que aún nadie ha dado una respuesta satisfactoria. ¿Cuál debía ser el estado del planeta original para que los colonos quisieran abandonarlo y romper todos los lazos con él?

¿Cómo pudo perder el planeta de origen los destinos a los que mandaba las naves?

Esto es más complicado. Si se acepta como válida la teoría de varias entidades políticas dentro del mismo planeta, es muy posible que los destinos se mantuvieran en secreto para evitar que los rivales políticos pudieran trasladar el conflicto al universo. Debería, entonces, haber muchos registros parciales de los planetas de origen, lo que convierte la pregunta en muchas preguntas sin respuesta, pero para las que se puede especular soluciones parciales: invasiones, errores humanos, cataclismos, etc. Si se acepta la teoría de los destierros masivos, es lógico que no se deseara guardar registro de donde se enviaban a los desterrados. Una vez acabado el éxodo, estos registros habrían sido eliminados para evitar que cualquier generación posterior pudiera ponerse en contacto con ellos. La colonización en racimo, además, complicaba el registro, pues el punto de origen podía saber el sistema al que había mandado la nave originalmente, pero eso no implicaba que conociera dónde, finalmente, había realizado las colonizaciones.

¿Cómo pudieron perder la comunicación EPR?

Es un hecho conocido que los sistemas de comunicación instantánea (los EPR) son anteriores al desarrollo de los viajes subespaciales. Y hasta hace poco no había ninguna teoría válida sobre el porqué se perdió dicha comunicación. Sin embargo, en los últimos años, gracias a un estudio sobre el desarrollo histórico de los EPR, se ha abierto una nueva luz sobre este tema. Debemos imaginarnos que hace 4000 años, los EPR no eran como los conocemos ahora. Actualmente, un EPR portátil es capaz de trasmitir miles bits de información de forma instantánea, pero en aquella época, probablemente, sólo fueran capaces de trasmitir 2 ó 4 bits de información. Además, el tamaño de los aparatos eran miles o millones de veces más grandes a los actuales. En conclusión: se cree que cada nave llevaba un sólo EPR y que éste estaba conectado a un sistema centralizado. Cualquier atentado, cataclismo, ataque, etc. que hubiera afectado a esa central de EPR, dejaría al planeta original sin posibilidad de comunicarse con sus colonias. Muchos autores creen factible un suceso así. Además, en las colonizaciones en racimo, sólo uno de los planetas conservaría el EPR, el resto se verían privados de él.

Como puede observarse, no está nada claro el inicio de los años oscuros y aunque la teoría del planeta original es la más seguida, no es la única. Para algunas religiones, fue un ser supremo quien desperdigo a la humanidad por todos los planetas para defenderlos de una entidad maligna. Aunque puede causarnos cierta hilaridad escuchar estas palabras, ¿alguien podría negar algo así tras la aparición de los iroiendi y los skardar?

 

 

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«La democracia es la mayor máquina de guerra jamás construida.»

D. Eisenhower