Los filtros de amor son una filfa para embaucar a las personas crédulas o desesperadas. Del mismo modo que hay gente que se aprovecha de una situación de necesidad de salud vendiendo remedios milagrosos, las personas que desean tener el cariño y atención de otra caen como palomos en este tipo de engañifas.
En Eriloe, sin embargo, algunos filtros sí funcionan. Es obvio que no son fáciles de encontrar ni de producir. Se presentan en varias formas. Las más comunes son las siguientes:
Un ungüento que se prepara a través de pasta de las flores lunares, unas plantas que florecen en las cálidas noches veraniegas de las marismas de Eriloe. Se recogen en ciertas noches con mucha humedad, en las que siempre pesa una neblina densa en el lugar. Se secan durante treinta días y posteriormente se machacan y mezclan con aceites naturales. Se aplica a través de la piel. La excusa para aplicarlo es la de un emplasto curativo de algún tipo.
De las mismas plantas, pero en forma líquida. Se mezcla en este caso con algún tipo de bebida licorosa de alta graduación ya que ha de ingerirse para que surta efecto y hay que enmascarar el amargo sabor que tienen. Sigue leyendo