Dentro de la complejidad que supuso el desembarco de Normandía, muchas de sus acciones se dividieron en operaciones independientes; seguían obligadas por las directrices de la operación principal (Neptune), pero tenían cierta independencia en los aspectos propios de cada operación.
Elmira es una operación de abastecimiento y refuerzo que se debían realizar después de las operaciones principales de las divisiones aerotransportadas estadounidenses. Elmira estaba destinada a enviar refuerzos a la 82ª división (cuyo cuerpo principal desembarco con Boston y los planeadores con Detroit).
En la operación de Elmira participaron 176 C47 que tiraban de 36 planeadores Waco y 140 planeadores Horsa. Se agruparon en cuatro formaciones: tres con 50 unidades (remolcador y planeador) y una de 26. Como eran muchos aparatos, cada formación partió con horarios diferentes entre las 19:00 y las 21:00, llegando a la zona entre las 20:30 y las 22:50. Los lugares de descenso eran los codificados como O y W, al norte y sureste de la ciudad de Sainte-Mère-Église. El objetivo de la misión, además de refuerzos y equipo, era llevar artillería de campaña para los paracaidistas. También transportaban unidades médicas, piezas antiaéreas, antitanque, ingenieros y vehículos ligeros (jeep). En total, 1.190 efectivos, 24 cañones de 105 mm y 75 mm, 13 cañones de 57 mm y 67 jeeps.
Las tropas alemanas de la 795ª división aún ocupaban terreno cerca de las zonas de salto habían ocupado la zona de salto de la operación Elmira y aunque las tropas paracaidistas en tierra habían movido el transpondedor para evitar a los alemanes y habían intentado avisar del cambio (la zona W era peligrosa), las formaciones no se dieron cuenta de ello y lanzaron los planeadores en el lugar previsto. Las dos primeras formaciones fueron recibidas con fuego intenso. Las siguientes dos formaciones tuvieron una suerte similar, pero como observaron el resultados de sus predecesores, algunos pilotos trataron de descender en lugares alternativos, no muy alejados de la zona inicial prevista. Además, además de sus predecesores, ellos llegaron a Francia cuando ya había anochecido, lo que dificultó las maniobras de aproximación.
Además de las dificultades en el aterrizaje, los soldados alemanes se infiltraron en la zona de descenso y atacaron a los planeadores con unidades separadas. Los paracaidistas se vieron rodeados de enemigos que les disparaban desde todas las direcciones. Las bajas ocurridas en la operación fueron debidas más a combate terrestre (sobre todo con artillería y morteros) que a derribos en vuelo o mientras aterrizaban. Se entregó bastante material a los paracaidistas, pero las pérdidas fueron bastante elevadas: 5 remolcadores perdidos, pero 92 dañados. La posición de la 82ª división fue bastante crítica hasta la llegada de la operación Freeport (un nuevo lanzamiento el día 7) y la llegada de las tropas desde la playa.