Estos días hemos terminado de ver la serie Vagrant Queen que ha estado emitiendo la cadena SyFy y nos ha sorprendido los pocos comentarios sobre ella que han aparecido las redes sociales de Exo, como si hubiera pasado desapercibida. Es cierto que no es la mejor serie de ciencia ficción de la parrilla televisiva (competir con Mandalorian es complicado), pero tiene muchos detalles Exo que nos han encantado. Presenta una galaxia bajo el omnipotente poder de una república que no es tan «buena» como le gusta aparentar y, sobre todo, es una galaxia sucia, llena de claroscuros, donde las leyes del mercado se imponen a todo.
Vagrant Queen es la adaptación de un cómic de la empresa Vault y que fue definido por la editorial como: «lo que hubiera sido Star Wars si la hubieran dirigido los hermanos Coen». Quizás la frase encaje en los cómics (no los he leído), pero para la serie de televisión es un poco exagerada.
La serie
Vagrant Queen se centra en un personaje al que luego se añaden dos compañeros. Es un grupo de gente que sobrevive a base de hacer negocios no siempre legales: ladrones, contrabandistas, saqueadores, reciben muchos nombres. Las situaciones a las que se enfrentan siempre están un poco en el límite y toda la trama se complica con la interferencia de un oficial de la república que trata de atrapar a la capitana.
Elida, el personaje central de la serie, es la heredera de la antigua monarquía que fue depuesta por la actual república. Ella era pequeña cuando esto ocurrió (aún no era mayor de edad) y muerta su familia decidió buscarse la vida lejos de la capital, del oropel y la riqueza. Se cambió de nombre, de apariencia y se labró una buena reputación como forajida.
En Exo, Elida se ajustaría bien a ocupaciones como cazarrecompensas o comerciante. Sabe pilotar la nave, sabe disparar y entiende de negocios.
Isaac es un personaje de la tierra en donde trabajaba como burócrata (más o menos) que es absorbido por un agujero de gusano y enviado al otro extremo de la galaxia (donde transcurre la serie. Decide convertirse en «transportista» con la esperanza de reunir el suficiente dinero para conseguir una nave que sea capaz de hacer el viaje de vuelta a la Tierra donde están su mujer y su hijo. Isaac no conoce donde se ha metido, es un poco bravucón y tiene más fortuna que pericia. Sus valores morales no coinciden con los de Elida y la mitad de la serie se la pasan odiándose a muerte por ello.
En Exo podría ser un camorrista o, incluso, un estafador.
Amae se une al grupo después de que Isaac y Elida acaben en un sitio muy turbio. Ella les ayuda y, al final, decide irse con ellos en la nave. Es una buena técnico que consigue sacar el mejor partido a la nave y que trata a las máquinas con empatía.
En Exo sería una tecno y aunque no existe una raza como ella, podría ser una crelin por la apariencia física y una cromter por sus comportamientos rozando la inocencia.
El antagonista de los protagonistas es Lazaro. Es un personaje que procede de la revolución (aunque su origen no es tan revolucionario) pero que ha sido menospreciado y ninguneado por los ahora héroes de la revolución. Ve en la captura de Elida la oportunidad de redimirse y sentarse en la mesa de los mandamases, pero su obsesión le corroe por dentro hasta convertirse en lo que más odia.
En Exo tendría el perfil de político.
La trama es un alegato contra las revoluciones. Dicho así suena un poco clasista y parece como si romper el orden establecido estuviera mal, pero en realidad critica que esa ruptura se produzca empujada por oportunistas e interesados. La República de Vagrant recuerda mucho a la Revolución Francesa (al periodo posterior con Robespierre y amigos). Incluso el oficial que les persigue, Lazaro, tiene, al final, cierta semejanza al Napoleón que volvía victorioso y aclamado a París antes de proclamarse emperador.
A la serie le pillo la pandemia y eso llevó a que su estreno se retrasara en España (por el tema del doblaje) y que cuando la viéramos ya supiéramos que había sido cancelada por su baja audiencia en Estado Unidos. El problema de las series de ciencia ficción no es que sean peor que otras y por eso las cancelan tan pronto, sino que son caras de producir (más que una serie de abogados o médicos que se pasan todos los capítulos en el mismo sitio) y eso hace difícil que sean rentables. Si además su estreno es en diferente fecha en todo el mundo, la cosa se complica. Sin embargo, la trama de la serie está completa. Cierto es que dejan un puñetazo a la segunda parte, pero la trama principal concluye entera. Te quedas con ganas de más, pero no insatisfecho.
Vagrant en Exo
Hay muchas ideas en la serie que son muy Exo. Ya hemos dicho que el ambiente es sucio, en la línea de otras series de ciencia ficción actuales, y eso encaja muy bien con nuestro juego que nunca fue el paradigma del blanco y negro social. Hay buenos, hay malos, pero ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos. Muy Exo todo.
Las naves son estrechas, con muchos equipos por medio que hay que ir esquivando para no abrirte la cabeza, sin sistemas de seguridad, con remiendos chapuceros y con inteligencias artificiales de las que nadie se fía. Esto es también muy Exo. No son naves de amplios pasillos en blanco (si eres rebelde) o en gris (si eres del Imperio), sino más bien pegotes de equipo pegados unos junto a otros. Motores grandes para salir corriendo y habitáculos pequeños. Ese ambiente es perfectamente exportable a tus naves de Exo.
Las armas se recargan, como si fueran móviles. De hecho hay varias escenas en las que el protagonista se queda sin energía porque se le ha olvidado recargar el arma. Las armas de Exo son también eléctricas y aunque nosotros hablamos de «pilas» intercambiables no de cargar el arma, este concepto de carga es muy interesante para introducirlo en alguna partida como resultado de alguna pifia.
Hay muchas especies alienígenas. La serie no profundiza en sus características ni en sus diferencias, pero presenta un buen montón de ellas. El presupuesto de maquillaje debió ser elevado. Las relaciones entre las razas son normales, de gente habituada a ver gente de otras especies todos los días y aunque hay tiranteces entre algunas, en general, conviven entre sí. Hay parejas inteespecies y a nadie le sorprende. Esto también me recordó mucho a Exo y me encantó.
Hay muchas situaciones de la serie que podrás extrapolar a Exo o que ya las habrás vivido en Exo. En una de ellas, por ejemplo, tienen problemas con el estacionamiento de la nave que no es más que un timo organizado por el planeta para sacar dinero a los turistas. Me recordó tanto a una partida que jugué en Olop que volví a mirar si estos de SyFy tenían cámaras espías en nuestra sala de juegos.
No todo es Exo, me temo, hay demasiada «mística» en algunas cosas (sobre todo hacia el final de la serie que no encajaría en la serie y hay campos de fuerza. No los usan mucho, pero aparecen. Hay una escena en la que nos dan a entender que para entrar en la república hay que cruzar por una estación de servicio porque el resto del espacio está cubierto por un campo de fuerza. Obviando la dificultad de poner una campo protector en tanto espacio, la idea de que el espacio de la república está «protegido» no es muy diferente a las boyas subespaciales que desarrolló la RFP contra los verrianos en la última guerra. Sin embargo, lo que si me encantó es la idea de esa estación espacial. Los pasajeros dejaban la nave en una especie de «túnel» de tránsito y mientras la nave era inspeccionada y avanzaba por ese pasillo, el pasaje tenía que pasar por la estación, enseñar papeles, equipajes y esas cosas. La estación no deja de ser un enorme centro comercial para dejarte los ahorros, además de un sitio muy interesante para hacer negocios. Como idea de estación de tránsito de un planeta me encantó. Le pones un par de lanzamisiles de intercepción para que nadie trate de colarse y ya tienes tu campo de fuerza.
La serie tiene pocos capítulos, diez, así que no es una inversión muy grande de tiempo y seguro que sacarás ideas para tus partidas de Exo. Y si no, siempre puedes utilizar las imágenes de los alienígenas para hacer de PNJ en tus partidas online.