Si hacemos caso a las leyendas, el emperador fue el resultado de la unión de un gigante de hielo y una ogra gigante. Es bastante probable que fuera el propio emperador el que iniciara esa leyenda pues era amigo de la desinformación que le beneficiaba. Si sus enemigos creían que tenía un origen casi mitológico, acudirían al campo de batalla ya derrotados.
No se conoce el lugar de nacimiento del Emperador, pero sí sabemos que era un humano y que las primeras referencias que hay de él le sitúan en la ciudad de Ôs siendo un niño (unos 5 años). No es aventurado pensar que pueda ser natural de esa ciudad, pero ya en sus tiempos, la importante ciudad isleña era un importante puerto y pudo haber viajado hasta allí desde cualquier lugar de Eriloe.
A la edad de 16 años abandona la ciudad (parece que por problemas con un gremio local) y se dirige a Xalîn. En esta isla y en su hermana realizó diferentes trabajos junto a leñadores, pescadores, guías y prestamistas. Se dice que visitó el monasterio de Cafarna y allí decidió convertirse en aventurero.
Saltó al continente, a lo que ahora se conoce como Protectorado del Eö, y allí comenzó una prolífica carrera como saqueador de tumbas y aventurero. Tenía 20 años y poco a poco fue ganando cierta reputación de escurridizo, capaz de escapar de cualquier dificultad con el botín aún en las manos.
La fama y el orgullo le hicieron adentrarse cada vez más en territorio orco hasta que un día, recién cumplido los 25 años, fue capturado por una tribu ogra. Sus compañeros de viaje, murieron en el encuentro y eso ha dado a muchas especulaciones sobre la traición a sus compañeros, incluso se especula con que fuera capturado mientras exploraba y que cambiara su vida por la de sus amigos. Nunca estaremos seguros de ello.
Durante muchos años se pierde la pista del emperador, pero se sabe que estuvo con los ogros aprendiendo su cultura, su idioma y ganándose el respeto de este difícil pueblo. La siguiente referencia que tenemos de él es cuando gana, mediante combate, el liderazgo de la tribu ogra que le había acogido. Aquel fue el inicio de una carrera política en la que iría agrupando a su alrededor no solo a los ogros, sino a muchas tribus de la zona y convirtió el norte de Eriloe en un lugar más civilizado y acogedor. Los intelectuales, los magos y los disconformes eran bien recibidos. Poco a poco su poder se fue incrementando y supo rodearse siempre de los más valiosos en su campo.
Tenía 45 años cuando fue nombrado emperador en el norte y decidió volver a las tierras del sur con el botín, un enorme ejército, en sus manos.