Número: 183. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
La nieve ha estado muy presente en la Segunda Guerra Mundial. La campaña de Rusia, los combates en el norte de Finlandia y Noruega, la Batalla de las Ardenas en diciembre de 1944 son escenarios donde la nieve ha sido una de las protagonistas. El frío es una de las primeras consecuencias de la presencia de nieve. Si esta no se derrite es porque hay temperaturas por debajo de cero grados centígrados y en las batallas mencionadas la temperatura fue bastante inferior.
Para saber si el frío afecta a un personaje, deberá superar una TA de Vitx3, pero cada cuánto tiempo debe realizar esta TA dependerá de las circunstancias. Cuanto más parado y sin hacer ejercicio esté el personaje, menos tiempo pasará entre tirada y tirada. Por otro lado, cuanto más frío haga, más continuas serán las tiradas. Debes entender, sin embargo, que estamos hablando de horas, no de minutos. Salvo en entornos realmente hostiles (un marinero que se cae al agua en el Ártico, por ejemplo) el frío es un enemigo paciente que va ateriendo tu cuerpo poco a poco.
La primera TA de congelación fallada solo afectará a los puntos de moral (1, 2 o 3 en función de lo indicado en el dado de daño, o calidad, más alto). La pérdida de moral volverá al personaje cada vez más arisco y molesto, dispuesto a discutirlo todo, excepto cuando tantos puntos como su voluntad que empezará a darle todo igual. ¡Estamos condenados a morir en este frío! Esta pérdida de moral será continua en las TA posteriores, pero, además, perderá tantos puntos de vida como los indicados en el dado de daño más bajo (tipo 0). Los puntos de vida se perderán en la localización indicada por el dado de localización, salvo que no sea una extremidad, en cuyo caso se repartirá equitativamente entre las cuatro extremidades, empezando a repartir por las piernas.
Las extremidades afectadas se volverán lívidas (más claras que la piel normal, como si no llegara bien la sangre) y perderán sensibilidad. Todas las actividades delicadas a realizar con esas extremidades (como montar un arma, manejar un sistema de puntería de artillería, etc.) estarán penalizadas con +1GD. La lividez es tratable con la habilidad de Primeros Auxilios o Medicina. Unos calcetines secos y un poco de papel de periódico hacen maravillas.
Si el daño recibido en una extremidad es igual o supera el valor de la resistencia, habrá empezado a congelarse. Utilizarla será doloroso y todas las actividades físicas en las que intervenga (aunque sea estar de pie en el caso de un pie) estarán penalizadas con +1 GD. En este punto, la extremidad es aún recuperable, pero necesita tratamiento médico en un hospital de campaña.
Si supera el doble de la resistencia en la habilidad, la extremidad estará congelada y gangrenándose. El personaje estará enfermo, delirando y no podrá realizar ninguna actividad. La extremidad se podrá salvar si le cogen inmediatamente los médicos (y son buenos), pero le quedarán secuelas (como una cojera) y tendrá un +1GD a las actividades con esa extremidad. Si es militar y es viable, será licenciado y enviado a casa.
Uno de los problemas de la nieve es el reflejo de la luz sobre su superficie. Daña la vista y hace que ver a largas distancias sea más complicado (penaliza las TA de observación con un grado de dificultad). Por otro lado, los objetos son más visibles (al estar todo blanco) y salvo que vayan camuflados (vestidos de blanco) las tiradas de observación serán más sencillas a media y corta distancia (-1 GD). También se puede descubrir a los enemigos apostados por su respiración. Los francotiradores más experimentados metían nieve en su boca para evitar que su respiración les delatara.
Es difícil ocultar los rastros en la nieve y muy fácil descubrirlos y seguirlos. Debes tenerlo en cuanta para cualquier intento de rastreo, camuflar u ocultar.
Por el contrario, el frío hace que los sonidos lleguen más lejos. Las TA de escuchar estarán bonificadas con un grado de dificultad para los intentos de escuchar ruidos lejanos. Además, muchos de los ruidos que serían inaudibles en condiciones normales, pasarán a ser acciones automáticas en condiciones de nieve y frío.
La nieve bajo el peso de los vehículos se convierte en barro o hielo y dificulta la movilidad de estos. Los vehículos con ruedas pueden patinar y tendrán menos adherencia. Sus valores de aceleración se reducirán a la mitad. Los vehículos de orugas, sobre todo los más pesados, podrían quedar empantanados en el barro. Cualquier fracaso alto en una tirada de Conducir indicará esta eventualidad.
El frío perjudica las mecánicas de los vehículos. Sus aceites se vuelven más densos y les cuesta más funcionar. Las averías son más habituales. Además, los dedos protegidos con guantes o ateridos por el frío no son buenas herramientas para trabajar en un motor que también está helado. Cualquier reparación en estas condiciones tendrá un grado de dificultad adicional y los tiempos de reparación se duplicarán.