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Operación Temple
La evolución de la guerra había puesto a malta en una situación delicada a mediados de 1941. El norte de África estaba en manos del Eje o sus aliados desde Marruecos a la frontera con Egipto, el sur de Europa, desde España hasta Turquía, tampoco tenía puertos amigos para los británicos y Malta, una pequeña isla en el centro del Mediterráneo solo podía alcanzarse desde Gibraltar o Alejandría.
Si bien la flota británica era superior en tonelaje a la italiana, estos contaban con la ventaja de la aviación con base en tierra. Cualquier flota que saliera al encuentro de los barcos italianos se la tendría que ver con dichos barcos y con toda la Reggia Aeronautica que trataría de darles caza. Llegar a Malta por la fuerza quedaba descartado, pero la isla necesitaba que la abastecieran y, por eso, el Alto Mando británico decidió confiar en la discreción de un mercante solo en el mar en vez de en la fortaleza de toda una flota. Así nació la Operación Temple.
El objetivo era hacer pasar un barco sin escolta a través del estrecho de Gibraltar, avanzar cerca de las costas españolas y de la Francia de Vichy bajo bandera falsa (española) y aprovechar las horas nocturnas para llegar hasta las 80 millas de malta, donde los aviones de la isla podrían dar escolta aérea al buque.
El barco elegido fue el Parracombe. Un buque de vapor fabricado en acero en 1928 y que tenía unas 5000 toneladas de desplazamiento. Se había botado en West Hartepool (Sunderland, Gran Bretaña) y era capaz de alcanzar los 10 nudos. Llevaba 47 tripulantes. En sus bodegas se transportaba 21 aviones Hurricanes desmontados, así como las armas y municiones necesarias para ellos (lo que incluía 68 lanzacohetes). La llegada de los aviones a la isla era vital para reforzar la defensa aérea de la misma.
Partió de Gran Bretaña el 17 de abril y durante el trayecto se le cambio la pintura a otra de tiempo de paz (para que no pareciera un barco militar). El cruce del estrecho de Gibraltar lo realizó escoltado por las corbetas Columbine y Gardenia la noche del 28 al 29 de abril, pero se internó solo en el Mediterráneo primero bajo bandera española y luego bajo bandera francesa mientras pasaba frente a la costa argelina.
Tenía orden de pasar cerca del cabo Bon (e extremo nororiental de Túnez) y a partir de ahí se le perdió la pista. Nunca llegó a Malta.
Se creyó que el barco había sido hundido por la aviación italiana cerca de la costa tunecina, pero después se supo que había chocado con una mina colocada por los alemanes en los alrededores del cabo Bon. De hecho, justo en el límite de las aguas territoriales de la Francia de Vichy. Solo sobrevivieron 18 tripulantes que alcanzaron la costa donde fueron capturados e internados por la Francia de Vichy.
No sería la última aventura en solitario de buques británicos intentando alcanzar Malta.