Llego hasta aquí
Blitz
29 de diciembre de 1940
Desde principios de septiembre, Londres, al igual que otras ciudades británicas, estaban bajo el punto de mira de los bombarderos de la Luftwaffe. Se trataba de una guerra de desgaste en la que los alemanes pretendían aniquilar desde el aire la capacidad bélica e industrial y derrumbar moralmente a los británicos. La campaña fue un fracaso y lejos de desunir a los británicos, los hizo más fuerte, pero en esos últimos días de 1940 nadie sabía aún que saldrían victoriosos…
Londres vivía bajo la contante amenaza de bombardeos, los niños que no se habían evacuado en los primeros meses de la guerra, ahora habían abandonado la ciudad y esta era solo un espejismo fantasma lleno de adultos somnolientos (por dormir en los refugios) y cenicientos (el agua estaba cortada en muchos barrios y el polvo de los escombros y las cenizas de los incendios lo cubrían todo).
Tus personajes, si aún quieren embarcarse en esta aventura, pertenecen a la Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard, para entendernos) y tiene la responsabilidad de velar por los ciudadanos y los inmuebles antes, durante y después de los bombardeos. Son los que gritan a la gente para que corra a refugiarse, los que abren las puertas cuando acaba el peligro y los primeros que empiezan a quitar escombros para liberar a los atrapados bajo los cascotes. Afortunadamente, el barrio de los PJ no es de los más bombardeados, no están en el centro ni en la zona industrial, sino en una zona casi residencial del noroeste de Londres (Harrow).
Cuando crees los personajes, déjales tener bastante experiencia. Si fueran más jóvenes, estarían en el ejército lamiéndose las heridas después de Dunquerque.
Estamos en el invierno de 1940. Los británicos no tenían nada claro aún si podrían resistir los ataques alemanes por aire y por mar y el invierno estaba siendo duro: sin carbón y sin muchos productos navideños tradicionales. La moral no estaba baja (Churchill hacía buenos discursos y la familia real permanecía en Londres lo que era un buen revulsivo), pero ese ambiente preapocalíptico debe impregnar la partida. La gente estará triste, lloverá, habrá niebla, será de noche, se oirán incendios y explosiones en la calle, gente llorando, tímidos villancicos solitarios cantados por un solitario soldado de permiso y silencio, miradas bajas y bocas cerradas.
La partida empieza con una llamada de teléfono en la que piden a los PJ ir a una casa del barrio donde, al parecer ha caído una bomba. Los PJ tendrán que remontarse muy atrás en el tiempo para recordar otra bomba caída en la zona (nota: este enlace quizás te ayude). Junto a ellos irá un coche de bomberos. De hecho, los PJ podrán aprovecharse de la sirena de este para ir a su estela. Sea como fuera ambos llegarán casi a la vez.
La casa
La casa es la típica vivienda londinense de dos plantas que tiene en la parte inferior la cocina, el aseo, el salón y el comedor y en la parte superior las habitaciones y algún despacho. Aún está en llamas, el tejado ha desaparecido y la acera está llena de restos de madera y cristales. Las paredes parecen haber aguantado, pero la segunda planta se ha llevado la peor parte. Las casas adyacentes tienen los cristales rotos, pero salvo eso, no parecen muy afectadas. Los bomberos se esforzarán porque el fuego no se extiendan y protegerán las casas adyacentes (las inundarán de agua), alguna entrará para ver si hay supervivientes y saldrá enseguida diciendo que no, que no se oye, ni ve a nadie. El fuego es intenso, de esa clase de fuego que no invita a las heroicidades. Mientras estén allí escucharán alguna explosión secundaria, no muy fuerte. Si hay algún bombero cerca, les explicará que pueden ser acumulaciones de gas en las tuberías (una de las primeras cosas que se hace es cerrar el gas en los bombardeos).
Lo que se espera de los PJ es que controlen el perímetro, que entren en las casa adyacentes para comprobar que no hay nadie (y sacarlos y llevarlos a un refugio si los hubiera; alguna gente era muy cabezota con eso) y evitar que se acerquen los curiosos y los amigos de lo ajeno. Puedes alimentar la tragedia de la escena con algún perro ladrando a las llamas o alguna rata huyendo ardiendo (nota: mejor que la cacen porque allá donde muera provocará otro incendio).
Cuando los bomberos acaben y aseguren la casa, empezará su trabajo policial.
La investigación preliminar
Su trabajo consiste en identificar a los dueños de la casa y localizarles, se supone que estarán en un refugio, para ayudarles luego a recuperar todo lo que se pueda y trasladarlo a una nueva residencia (fuera de Londres). Sin embargo, cuando entren en la casa descubrirán cosas raras que irán llamando su atención:
Si algo les debe quedar claro en la primera escena es que "algo huele a podrido en Checoslovaquia". No tendrán claro qué ha pasado o qué está pasando, pero esa no es una casa normal tras el impacto de una bomba alemana. Que la planta baja haya sobrevivido tanto es raro y cualquier bombero se lo dirá. Las bombas suelen atravesar el edificio por su propio impacto y detonar en la plantas inferiores (sobre todo si el edificio no está reforzado de alguna manera y este no lo estaba).
Profundizando en la investigación
Su misión primordial, como policías, es encontrar al caballero y al niño y contarles que la casa ha sido alcanzada por los bombardeos y que la mujer (supuestamente madre y esposa) ha fallecido. ¿Por qué se quedó en la casa después de la alarma es algo que podrían preguntarles? Claro, esta no será su única vía de investigación. A continuación te comentamos los posibles destinos y lo que podrán averiguar en ellos.
El vecindario
Preguntar a los vecinos o acudir al refugio local será, posiblemente, su primera opción. Allí les dirán que la casa estaba ocupada por una pareja de refugiados checos y si les enseñan las fotos, les dirán que no saben quién es el niño. Sugerirán que quizás lo sacaron de Londres (como otros miles de niños), pero ellos no los han visto.
Nota: el niño de la foto no se parece nada a sus padres.
No saben en qué trabajan, pero se ausentaban con regularidad, así que debían tener algún trabajo para el gobierno checo en el exilio o para el gobierno británico. Él se daba cierto aire militar y ella parecía una secretaria (en realidad, no, pero los vecinos son sexistas de 1940), pero eran discretos y no se trataban mucho con los vecinos. No les extrañó porque a saber qué les había pasado en su país, pobrecillos.
Quizás se les ocurra preguntar de quién era la casa antes de que llegaran los checos. De un alemán, dirán, pero debió abandonarla cuando regresó a Alemania.
Si les preguntan por la explosión, le dirán que sí, que claro que la oyeron, que primero cortaron la luz (un procedimiento habitual en las alarmas de bombardeo) y luego oyeron la explosión. Y sí, pasó muy poco tiempo entre una cosa y otra. Normalmente pasan 20 minutos entre la alarma de ir a los refugios y las primeras explosiones. Tuvieron miedo de que hubiera pillado a alguien en la calle.
La morgue
Para que el forense dé prioridad al caso tendrán que comentarle que creen que hay algo turbio, si ya piensan que los checos son espías alemanes, es una buena forma de apremiarle. Si no lo hacen, el forense no dará resultados hasta después de nochevieja.
El forense confirmará que la mujer murió en la explosión y que esta le pilló muy cerca. Sobre el cuerpo, quemado, han encontrado restos de ropa gruesa (como un mandil de soldador) y lo mismo llevaba en las manos. Añadirá que las quemaduras de la mujer no se corresponden a un incendio normal, sino que alguna sustancia le cayó encima ardiendo. Confirmará que el cadáver es de una mujer y que nunca ha tenido hijos (esto lo dirá si le preguntan, no es una información relevante para el caso).
También dirá que no es checa sino alemana. No tiene pruebas, pero hay marcas de desnutrición en la infancia y se corresponden con los años difíciles de Alemania, no de Checoslovaquia y, además, la mujer tiene algunos tratamientos dentales que no se practican en Checoslovaquia (un diente agujereado para llevar una carga de veneno, por ejemplo).
Nota: si no sospechaba que estaban ante una pareja de espías, ha llegado el momento de que empiecen a hacerlo.
Artificieros de la policía o una unidad de artilleros del ejército
Es de imaginar que tus personajes no son especialistas en explosivos. Si quieren información sobre la bomba, podrían hablar con alguien de alguna unidad especializada. Él les podrá indicar que las bombas de artillería dejan residuos característicos (restos de la carcasa) que son fáciles de identificar. Si no hay restos de la bomba, es que no era una bomba, no se desintegran ni desaparecen.
Si llevan al especialista a la casa, les confirmará las sospechas. No ha sido una bomba de aviación sino una bomba de fabricación artesanal y detonada en la segunda planta. Les señalará algunos restos que les habrían pasado desapercibidos y que son sustancias con las que se pueden fabricar explosivos. Aventurará que estaban fabricando algún derivado del amonal.
Nota: el amonal es muy famoso en España porque ha sido un explosivo utilizado por ETA, pero en la Primera Guerra Mundial era el explosivo utilizado en los torpedos y minas. Su gran dificultad es que arde en contacto con el aire (que es lo que le pasó a nuestra amiga espía al prepararlo).
Otra cosa que les informará el experto es que en el lugar hay recipientes suficientes para fabricar mucho explosivo y que la explosión no fue tan grande (se hubiera llevado las otras dos casas). O bien hay más explosivo que aún no ha detonado (cualquier búsqueda en la casa será infructuosa, pero será mejor que la hagan) o bien cuando se produjo la explosión no estaba en la casa.
Nota: la pregunta es: ¿si no está en la casa, dónde está?
Experto en telecomunicaciones
Es bastante probable que tus personajes no sean especialistas en telecomunicaciones y que, para ellos, todas las radios sean iguales. Si le llevan el aparato a algún especialista (puede ser un dependiente de una tienda de equipos de radio, que no habrá muchos en Londres, o, mejor, algún militar del ejército o de la aviación).
El especialista les confirmará, tras abrirlo, que se trata de un modelo volksempfänger (traducción literal: radio del pueblo) que ha sido modificado: le han quitado todos las marcas de fábrica y modificado el ancho de banda de recepción. Además de las sintonías normales (por lo que podría pasar por una radio normal), recibe onda corta. Para ello, se necesita una antena de unos 3 metros de alto por encima de obstáculos.
El experto podría enchufar la radio o los jugadores, tras descubrir la antena de la chimenea (si no lo habían hecho todavía). No se escucha nada porque, entre otras cosas, no hay nadie emitiendo, pero si lo encienden a las once de la noche de ese mismo día 29 escucharán una voz en alemán que dirá: "Die Uhr wird Ende des Jahres fallen" (el reloj caerá al acabar el año). Lo repetirán una y otra vez durante 15 minutos.
Nota: "Reloj" es el nombre clave para el parlamento británico, en realidad para el Big Ben, llamado realmente Torre del Reloj.
Nota: no es necesario que los PJ se queden personalmente escuchando la radio. Estas son las típicas cosas que se dejan en manos de personajes secundarios (o becarios) mientras ellos realizan otras investigaciones. El ayudante les informará cuando ocurra la transmisión.
Aduanas
En aduanas les explicarán que ambos pasaportes, el checo y el británico, son falsos, pero necesitarán estudiarlos con mucho detenimiento. Es decir, son falsos, pero muy buenos. No están hechos por un falsificador local, sino por un experto.
Además, si buscan los nombres de los pasaportes, los dos nombres checos aparecen como inmigrantes entrados en el país en 1938. No les acompañaba ningún niño. La agencia de inmigración no puso ningún reparo a su entrada. Los nombres ingleses no han salido nunca del país y menos en los últimos días.
Registro civil
No es este un sitio muy visitado en el invierno de 1940, pero podrán buscar información sobre los nombres británicos que aparecían en los pasaportes británicos. Ambos son vecinos de Londres fallecidos hace 10 años. Están sus certificados de defunción en el registro.
No existe la informática. Buscar información en el archivo del registro civil es algo tedioso y lento para lo que hay que armarse de paciencia.
El parlamento
Tras visitar todos los sitios anteriores, es probable que los jugadores decidan visitar el parlamento sin ser conscientes de que aquí es donde se desarrollará la escena final de esta aventura. No importan si van al principio dejándose guiar por las fotografías, hasta la tarde del día 31 no pasará nuestro espía a colocar las bombas.
Sin embargo, si pasan antes, podrán ver desde dónde se tomaron las fotografías y descubrir que estas, en apariencia casuales, están fotografiando todos los puntos de acceso al parlamento.
Podrán descubrir quién es el niño de las fotos si se las enseñan a algunos de los guardias del parlamento. Estos le reconocerán como un mozalbete que hace unos meses (antes del último traslado de los niños, antes del inicio del Blitz) merodeaba por la zona haciéndose pasar por guía y sacándoles unos chelines a los visitantes extranjeros (llamarles turistas sería exagerado).
¿Qué ha pasado?
Ha llegado el momento de que te contemos qué ha ocurrido, aunque tenemos que remontarnos unos años atrás.
En 1938, Alemania empezó a preparar su campaña bélica europea. Sabía que sus pretensiones expansionistas no se iban a encontrar siempre con la debilidad franco-británica: España, Austria, Checoslovaquia, todo parecía haber funcionado, pero el siguiente mordisco quizás fuera demasiado. Realizó algunos planes tan poco elaborados como viajes turísticos por zonas como las Ardenas, con agentes tomando fotos y haciendo planos de todos los caminos. Nuestros dos protagonistas, la mujer muerta y el hombre desaparecido, se infiltraron en Gran Bretaña a provechando la huida de checoslovacos a las islas. Dos agentes, de inquebrantable compromiso nazi, que debían estar disponibles para lo que pudiera surgir. En principio, estaban dormidos, recopilando información y materiales, para cuando hiciera falta, pero la Batalla de Inglaterra no iba por buen camino y el mando alemán decidió activarlos para dar un golpe a la moral británica. El objetivo es destruir el Big Ben, la famosa torre del reloj al lado del Parlamento británico. El alto mando creía que si demostraban esa capacidad en un momento clave (fin de año), los londinenses perderían su resolución hasta el punto de exigir la negociación de la paz con Alemania a su gobierno. Naturalmente, la voladura del Big Ben no valdría por si sola, por ello llevan varias semanas castigando la ciudad con bombardeos aunque en ella no hay ningún objetivo militar importante.
El plan de estos agentes era fabricar varias bombas, transportarlas y detonarlas junto al Big Ben. Sin embargo, terminada la primera, les dio miedo tenerlas almacenadas en casa (alguna indiscreción vecinal) y llevo la primera de ella a ocultarla a un parque cercano (en un zulo preparado con antelación) mientras el otro agente, más experto en explosivos, preparaba la segunda. Eso les hizo ir más lentos, pero quedaban varios días y no iban apurados. Hizo lo propio con la segunda, aunque ya era de noche, mientras la agente se quedaba preparando la tercera. Este momento coincidió con el apagón de la red eléctrica a causa del bombardeo alemán de la pasada noche. Manipular explosivos con la luz apagada es una idea pésima. A la pobre agente no le dio tiempo a hacer nada y la bomba explotó matándola y destruyendo parte de la casa. Afortunadamente, aún no estaba armada del todo y la detonación no fue tan grande, pero algunas sustancias aún en preparación cayeron en su cuerpo y la quemaron completamente.
El segundo agente escuchó la explosión cuando regresaba de esconder la segunda bomba e imaginó lo que había pasado. Pasó la noche en un refugio lejos de casa y el día siguiente se perdió entre el bullicio londinense sin atreverse a ir a casa. La siguiente noche (del 30 al 31) la pasaría en otro refugio (en esta época los refugios se abrían, en especial el metro, para que la gente durmiera allí aunque no hubiera alertas de bombardeo). Todos sus compañeros de refugio pensaron que era alguien al que la noche había sorprendido en la ciudad antes de poder volver a su barrio (tampoco era raro que pasara).
La mañana del 31, el agente se dirigirá al escondite, pero no llegará a él hasta la tarde, cogerá las dos bombas en una mochila (bastante aparatosa) y se dirigirá al Parlamento. Su idea es coger una barca en la zona de Millbank (río arriba) y aprovechando la noche, dejarse llevar hasta el Parlamento. Una vez allí, y oculto bajo el puente de Westminster, se escabulliría hasta la torre, dejaría las cargas y pondría un detonador para que le diera tiempo a volver a la barca y dejarse llevar hasta la zona de Charing Cross. Su plan es hacerlo coincidir con media noche. En ese momento no habrá mucha gente en la calle y las luces estarán apagadas por temor a los bombardeos.
La escena final
El objetivo de tu grupo de personajes será evitar el atentado, pero dependiendo de la investigación previa no tendrán muy claro cuando ni qué (salvo que hayan escuchado y comprendido el mensaje de radio). Tienen pruebas circunstanciales y les será difícil convencer a sus superiores para que les presten muchos hombres varios días (si no saben qué va a ser en fin de año) o el día de fin de año (si saben cuándo va a ser). Que tengan ayuda o no dependerá de su capacidad para convencer a los demás, a los jefes, de ello. Los ayudantes, por otro lado, no estarán muy animados: es fin de año y esos pretenciosos policías solo quieren ganar puntos con los jefes.
Otra cosa que debes tener en cuenta es que el parlamento británico es enorme y protegerlo por fuera y por dentro no es posible con pocos hombres (si han visto o leído V también querrán proteger el metro, aunque puedes recordarles que ningún metro circula por la noche porque las estaciones están llenas de gente durmiendo). Además, toda la zona está a oscuras para evitar atraer la atención de posibles bombardeos alemanes. En otras palabras, no se lo pongas fácil y hazles ver que sin una adecuada planificación es probable que dejen muchos agujeros para el terrorista. Y no, me temo que no les dejarán encender las luces del perímetro para mejorar la visibilidad ni les dejarán andar por ahí con linternas encendidas.
La escena de la vigilancia del Parlamento tiene que ser estresante. Engáñales con falsos avistamientos, ruidos extraños. Mantenles en tensión hasta la medianoche.
El agente no cambiará sus planes, pero no es un loco suicida. Él no quiere morir y se entregará antes que inmolarse con las bombas. Eso sí, puede explotar si recibe algunos disparos en la zona del pecho o el abdomen por la espalda. En vez de darle a él, dará a las bombas, que arrasarán todo en un área de 20 metros alrededor de él (daño IV+20). Estaría bien que le apuntaran a la cabeza o a las piernas.
Si le detienen después de colocar las bombas o no le descubren, pero sí a las bombas, quedará la desagradable misión de desactivarlas. Es una tarea sencilla (el agente no tenía previsto que nadie las fuera a desactivar), pero si los PJ carecen de la habilidad de Explosivos, llevárselas en una barca al centro del Támesis es una buena idea. El agua incrementará la potencia de la bomba, pero solo morirán algunos peces (y no es que al Támesis le queden muchos a su paso por Londres en estos años).
Comentario final
La partida no está basada en hechos históricos. Que sepamos, nunca hubo un plan alemán para destruir el Big Ben, pero no es menos cierto que en los duros días del Blitz, cuando las bombas alemanas caían por toda la ciudad, su campana se seguía oyendo todas las noches. No se le podía ver pues las luces se apagaban, pero el sonido era una nota de normalidad en la noche de la ciudad del Támesis. Si el Big Ben sonaba, es que aún había alguien resistiendo.