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sábado, 23 de noviembre de 2024


 

Operación Lusty

La Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su fin y ya nadie dudaba que la victoria iba a ser para los Aliados, tanto en Europa como en el Pacífico. Era el momento de pensar en qué hacer después de la guerra, como obtener beneficios de la rendición incondicional alemana y, principalmente, como evitar que esos beneficios se los quedaran otros. Esa fue la motivación tras la operación Lusty (acrónimo de LUftwaffe Secret TechnologY).

La USAAF (fuerzas aéreas de Estados Unidos) tenía unos grupos de inteligencia especiales. 32 en concreto, conocidos como AIT (Air Technical Intelligence). Su misión era investigar el material aéreo enemigo derribado para aprender cómo combatirlo o copiar sus mejoras tecnológicas. Según avanzó la guerra, el acceso a material derribado se fue incrementando y los científicos de inteligencia quisieron ir un paso más allá y elaboraron una lista de las cosas a las que le gustaría echarle un vistazo, marcaron algunos aviones enemigos como prioritarios para su observación y captura.

Coronel Harold Ernest Watson - imagen de dominio público

La misión de obtener esa lista recayó a finales de abril de 1945 sobre el coronel Harold Ernest Watson, un veterano de los AIT, y así dio comienzo la Operación Lusty. Watson y su equipo, conocidos como los "Watson Whizzers" (que podría traducirse como los maravillosos de Watson) se encargaron de ir recorriendo el frente de combate (incluso un poco más allá) y se aseguraron que el equipo y las investigaciones prioritarias no se destruyeran accidentalmente o en un exceso de celo de los mandos militares.

El equipo de Watson estaba dividido en dos grupos: uno se encargaba de obtener aviones en servicio y el otro de obtener prototipos, motores (en especial motores cohete) y documentos de las investigaciones.

La operación Lusty aún continuó con la rendición alemana; de hecho, fue más fructífera tras la rendición. Watson incorporó a su equipo a varios pilotos de prueba alemanes y junto con ellos continuaron viajando por toda Europa capturando y empaquetando aviones para Estados Unidos. Para los pilotos alemanes fue una decisión sencilla pues tenían que elegir entre el campo de prisioneros o seguir volando. Para Watson también los fue porque aunque enemigos recientes, los pilotos alemanes conocían las localizaciones de los aeródromos donde se llevaban a cabo las pruebas y, en algunos casos, sabían pilotar los aviones que capturaban.

HMS Reaper - imagen de dominio público perteneciente al Imperial War Museums británico

El envío del equipo requisado planteó algunos problemas logísticos, pero al equipo de Watson le sonrió la fortuna. Los británicos, acabada la guerra, estaban deseando devolver todo el material estadounidenses que tenían en préstamo y arriendo. Uno de estos era el HMS Reaper, un portaaviones de transporte, y Watson lo aprovechó para llevarse sus recuerdos. Todo el equipo capturado fue enviado por tierra (en camiones) al puerto de Cherburgo (Francia) y allí, después de ser preparado para un viaje por mar, embarcado en el portaaviones británico HMS Reaper. Viajaron en el Reaper 16.280 objetos, 6.200 toneladas) y entre todo el equipaje viajaban algunas joyas de la aviación a reacción alemana como el Messerschmitt Me 262, el Arado Ar 234B (de hecho, los dos únicos supervivientes del Ar 234B iban en el Reaper) o el helicóptero Flettner Fl 282.

Flettner Fl 282 kolibri - imagen de dominio público

Tras la llegada a Estados Unidos y a pesar de que la Operación Lusty era una operación aérea, el equipo recibido fue dividido en dos: una parte fue para la Armada y otra parte para la Fuerza Aérea. 47 personas fueron las encargadas de clasificar y catalogar todo el equipo y se hicieron 2.398 unidades de investigación separadas. Tras pasar por varias dependencias, bases aéreas y laboratorios, los resultados de la operación Lusty fueron perdiendo actualidad tecnológica, pero gracias a una orden previa del general Hap Arnold (que ordenó que se conservara al menos un modelo de cada tipo), muchos de estos modelos acabaron en museos y hoy podemos verlos. El resto serían desmantelados.

La evolución aeronáutica estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial no hubiera sido posible sin los resultados de la operación Lusty.

Lusty en Comandos de Guerra

Los personajes pueden formar parte de los "Watson Whizzers" y recibir el encargo de obtener determinado equipo tras las líneas soviéticas o en una zona donde el ejército alemán aún no se ha rendido. También puede ir a una misión rutinaria y encontrarse con británicos, franceses o soviéticos intentando hacer lo mismo.

Otra posibilidad es que los jugadores sean los conductores de los transportes hasta Cherburgo y que otras naciones (o incluso nacionalistas que creen que los estadounidenses están robando los museos) se intenten apropiar de la carga.

Se podría hacer una interesante trama de investigación en el HMS Reaper con algún espía alemán que trata de hundir el barco para evitar que la investigación alemana caiga en manos estadounidenses.

 

 

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Cita

«Conquistaré Polonia en tres semanas con mi ejército motorizado.»

Hitler