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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

Pie de trinchera

Durante la primera guerra mundial muchos soldados sufrieron el pie de trinchera. Se trata de una infección de los pies causada por el frío, humedad y condiciones de insalubridad. En las trincheras del campo de batalla, los soldados permanecía por horas sin fin en trincheras anegadas de agua, durante ese tiempo no podían cambiarse el calzado ni los calcetines, que estaban empapados. Los pies progresivamente se entumecían y la piel se tornaba roja o azul, indicando una falta de riego sanguíneo. Si no se trataba a tiempo, el pie de trinchera se complicaba con la gangrena del miembro y precisaba la amputación del pie o incluso de la pierna.

Pie de Trinchera

El pie de trinchera fue un problema especialmente grave en los primeros momentos de la guerra, debido a la inexperiencia de todos los combatientes, desde los soldados a los mandos, pasando por los sanitarios. Durante le invierno de 1914-15 20000 soldados británicos fueron tratados por este problema.

Pie de Trinchera

¿Qué es el pie de trinchera?

El pie de trinchera es una problema médico causado por la exposición prolongada de los pies a condiciones ambientales de frío, humedad y falta de higiene. Es uno de los muchos síndromes de inmersión del pie.

Los pies afectados se adormecen, se ven afectados por eritrosis (se vuelven rojos) o cianosis (se vuelven azules) como resultado de un riego sanguíneo inadecuado. Posteriormente puede aparecer un olor desagradable, relacionado por estadios iniciales de necrosis. El empeoramiento del cuadro lleva a una hinchazón de los pies, formación de ampollas por la fuga capilar y úlceras abiertas, que pueden ser colonizadas por hongos (úlcera tropical).

Pie de Trinchera

Si el proceso continúa sin ser tratado, suele terminar con gangrena, que precisará de un tratamiento más agresivo como la amputación del miembro afecto. Por otra parte, si es tratado adecuadamente puede tener una recuperación normal y completa, aunque se caracteriza por un gran dolor a corto plazo cuando el pie recupera la sensibilidad. También deja como secuela una mayor susceptibilidad en el futuro a sufrir el mismo proceso, al igual que otras lesiones relacionadas con el fría.

Proceso de la enfermedad

El pie de trinchera se provoca cuando los pies están húmedos y fríos, y suele mediar un calzado demasiado apretado. A diferencia de las lesiones por congelación (frostbite), el pie de trinchera no precisa de temperaturas cercanas al punto de congelación, pudiendo ocurrir con temperaturas de unos 16º Celsius.

El pie de trinchera se divide en 3 estadios En primer lugar el pie sufre vasoconstricción, debido al frío y humedad dentro del calzado, ocasionando una falta de oxígeno en los tejidos. El pie se vuelve frío y blando al tacto, sufre ligera hinchazón, descoloridos y adormecidos. Si el pie es recalentado en este estadio, el tejido dañado se vuelve rojo por la vasodilatación y se sufre cierta hipersensiblidad, las molestias solo duran unos días o incluso unas horas.

Pie de Trinchera

En un segundo estadio las células resultan dañadas por la falta de riego. Cuando los vasos se abren los tejidos se hinchan por el exceso de líquido. En este momento un síntoma característico es el hormigueo constante. Cuando se recalienta en este estadio aparecen las ampollas que dejan paso a heridas con el lecho necrótico. En este estadio ya puede aparecer la gangrena. La recuperación puede durar entre 2 y 6 semanas, y serán necesarios analgésicos fuertes para tratar el dolor.

En un tercer estadio, que puede durar semanas o meses, la hinchazón cede y el pie parece volver a la normalidad. Durante esta fase el individuo refiere un incremento en la transpiración, mayor sensibilidad al frío, así como grados variables de dolor y pinchazos. El tratamiento cuando llega a este estadio es difícil, el recalentamiento dará paso a ampollas y úlceras, el tejido necrótico será mayor, la gangrena es frecuente. En los casos que se traten eficazmente la recuperación puede durar más de 6 meses durante los cuales el dolor será casi insoportable.

Pie de Trinchera

Tratamiento

La prevención es la clave en el tratamiento de este problema. Es importante limitar la exposición al frío, tanto para prevenir como para tratar el problema. Es imperativo mantener el pie seco dentro del calzado.

Cuando es inevitable la exposición al frío y a la humedad el pie debe ser secado y elevado siempre que sea posible, deben cambiarse los calcetines y los zapatos por otros secos.

Cuando el problema aparece el tratamiento debe ser instaurado lo antes posible. Este tratamiento no es muy diferente al de las heridas por congelación, que consiste en: Limpiar y secar cuidadosamente el pie. Evita materiales sintéticos como vinilos o goma que no transpiran. Vestir tela o piel que pueda absorber la humedad. Utilizar calcetines limpios y secos diariamente. Utilizar talco para mantener la humedad a raya. Si aparecen los primeros síntomas aplicar calor durante 5 minutos. No utilizar los calcetines mientras se descansa.

Si aparecen heridas el pie es muy susceptible a la infección. El pie debe ser inspeccionado cuidadosamente diariamente, especialmente entre los dedos, buscando signos de infección. Es posible utilizar agentes secantes para controlar la humedad. El cloruro de aluminio se usa ampliamente en los trópicos.

Pie de Trinchera

El pie de trinchera en Comandos de Guerra.

Son muchos los escenarios en los que un pj puede estar en riesgo de sufrir el pie de trinchera, pero podemos decir que los que están en mayor riesgo son aquellos que combatan en el frente ruso, donde las condiciones de frío extremo favorecen la aparición de este tipo de problemas, o los que estén en el frente pacífico, las junglas del sureste asiático, que pusieron a prueba la resistencia de los pies de los soldados americanos. En general cualquier soldado que tenga que caminar durante horas sin cambiarse el calzado está en riesgo de sufrir este problema.

A efectos de juego cualquier pj que, estando en el frente, expuesto a condiciones extremas de humedad y/o temperatura, y que no se siga las recomendaciones para prevenir el pie de trinchera, secado de pies, cambio de calcetines o botas, debe hacer una TA de Vitalidadx3 cada 6 horas. No superar la tirada implica que el pj comienza a tener síntomas de pie de trinchera, pero a diferencia de los daños por frío extremo en este caso el daño es siempre en los pies y será daño tipo 0. En este momento el pj puede descansar, secar sus pies, cambiar el calzado y recalentar los pies durante unos minutos, en ese caso recuperará todos los puntos de daño y podrá continuar su actividad. En el caso de no descansar y tomar medidas para la siguiente tirada tendrá un modificador de +5 (TA difícil) a las siguientes TA de vitalidadx3. Cuando el daño recibido supera el valor de la resistencia el pie de trinchera estará en el estadio 2, cuando el daño recibido sea más del doble de la resistencia el pj sufrirá gangrena.

 

 

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Cita

«No tenemos que excusarnos, la RAF ha bombardeado Berlín.»

Churchill