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Pervitín, metanfetaminas en la Segunda Guerra Mundial
¿Que son las metanfetaminas?
La droga que conocemos con anfetamina fue sintetizada por primera vez en Japón en el año 1887, pero no se le dio un uso médico hasta 1927, cuando se descubrió que aumentaba la presión arterial, dilatador nasal y bronquial, y con efectos sobre el sistema nervioso central. Las anfetaminas comenzaron a comercializarse en 1932 bajo el nombre comercial de Benzedrina.
La síntesis de otras anfetaminas continuó durante los años siguientes. La que nos ocupa en este artículo, la metanfetamina, fue sintetizada en 1919, también en Japón. Comenzó a comercializarse en 1938 bajo el nombre de Methedrina. En Alemania, antes de la guerra, comenzó a comercializarse bajo el nombre de Pervitín.
La metanfetamina es un potente psicoestimulante. Es un agente agonista adrenérgico sintético, estructuralmente relacionado con el alcaloide efedrina y con la hormona adrenalina. El compuesto, en su forma pura, es un polvo blanco, cristalino, inodoro, de sabor amargo, muy soluble en agua o etanol.
Es una droga que tiene una buena biodisponibilidad (capacidad de absorción y de hacer efecto en el organismo) tanto por vía oral, nasal, inhalada, rectal o intravenosa. (62,7% oral; 79% nasal; 90,3% inhalatoria; 99% rectal; 100% intravenosa)
La metanfetamina está indicada en el tratamiento de la narcolepsia, del desorden caracterizado por déficit de atención y también en el control de la obesidad. El último uso, aunque vigente, es poco aceptado en la actualidad; las indicaciones para narcolepsia y TDAH son reconocidas como terapéutica de segunda línea.
Efectos de las metanfetaminas
Aunque la estructura química de la metanfetamina es similar a la de la anfetamina, sus efectos sobre el sistema nervioso central son más pronunciados. La molécula de metanfetamina tiene la habilidad de cruzar muy fácilmente la barrera que separa al cerebro del resto del cuerpo, técnicamente conocida como barrera hematoencefálica. Esta habilidad permite que los niveles de sustancia en el cerebro alcancen unas 10 veces los niveles en sangre, logrando ejercer su acción casi exclusivamente sobre el sistema nervioso central.
Como la anfetamina, esta droga incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en tareas simples.
Las metanfetaminas tienen una vida media de 5 a 6 horas y su tiempo de actuación varía entre 1 hora o 1 hora y media cuando son ingeridas a varios segundos cuando son inyectadas en el torrente sanguíneo.
La metanfetamina se puede fabricar en un laboratorio básico usando procedimientos sencillos y reactivos relativamente baratos, generalmente de fácil acceso. Por esta causa, sobre todo en Estados Unidos, se han establecido normas legales sobre una serie de sustancias químicas que pueden servir como precursores o reactivos en la síntesis de esta droga, por ejemplo la efedrina. Estos factores se combinan para hacer de la metanfetamina una droga de gran circulación, cuyo abuso está muy extendido en Estados Unidos y en varios países de Europa.
El producto vendido en la calle se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza" en español (o bien: meth y crank, en inglés). El clorhidrato de metanfetamina consiste de pedazos de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" en español (ice, crystal, glass en inglés).
Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta 6 o 12 horas, y un uso mantenido puede mantener despierto a su consumidor durante días.
Adicción
La metanfetamina es un estimulante incluido por la Convención Internacional de Psicotrópicos en la Lista II, lo cual significa que la droga tiene un alto potencial de adicción y sólo es accesible por medio de prescripción médica. La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo.
Los adictos a esta sustancia, pueden permanecer despiertos durante varios días. Esto genera un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales somáticas (como fatiga, sueño, hambre) que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos casos, una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados con comportamientos violentos y delirios persecutorios, llegando a cuadros de disociación psíquica apenas distinguibles de los que caracterizan a una esquizofrenia de tipo paranoide. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se producen por sobredosificación y en casos de adicción crónica a dosis altas (especialmente por vía intravenosa); en estos casos se denominan psicosis anfetamínicas en la práctica clínica.
Otro problema que acarrea el consumo de la metanfetamina es la llamada "boca metanfetamínica", nombre dado al deterioro de los dientes provocado por los largos periodos de sequedad bucal y pobre higiene oral durante los periodos de consumo intenso. A estas causas se añade que, debido a la supresión de apetito, los usuarios consumen bebidas altamente carbonatadas y endulzadas, lo cual deteriora aún más los dientes, llevando a los usuarios a describir sus dientes como "ennegrecidos", "podridos" o "cayéndose a pedazos".
Las metanfetaminas en la segunda guerra mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto los americanos, británicos, alemanes y japoneses proporcionaron a sus tropas drogas estimulantes, como la cocaína o las metanfetaminas, para disminuir la fatiga, elevar la moral y aumentar la resistencia y la concentración.
La metanfetamina demostró ser superior a la cocaína para este uso en dos aspectos. En primer lugar, podía ser administrada por vía oral en forma de pastillas, ya que tiene una buena absorción gastrointestinal, frente a la cocaína que es pobremente absorbida por la mucosa gastrointestinal. La cocaína tenía que ser esnifada o inyectada. En segundo lugar, la metanfetamina oral tiene unos efectos más duraderos, alrededor de 7 horas, mientras que la cocaína requiere consumirse en intervalos más frecuentes para conseguir iguales resultados.
La metanfetamina y la Wehrmacht
Tras su lanzamiento comercial en 1938, el Pervitín se convirtió en poco tiempo en un éxito de ventas entre la población civil alemana. El fármaco llamó la atención del doctor Otto Ranke, director del Instituto de Fisiología General de la Academia de Medicina Militar de Berlín, que estaba buscando una droga que convirtiese a los combatientes alemanes en supersoldados.
En septiembre de 1939, Ranke probó el Pervitín en noventa estudiantes universitarios, y concluyó que podía tener una utilidad militar. Introducido a modo de prueba durante la invasión de Polonia, acabó siendo distribuido de forma masiva entre los soldados de la Wehrmacht.
En la primera mitad de 1940, especialmente durante la campaña de Francia, el ejército alemán suministró a sus tropas grandes cantidades de Pervitín e Isophan (una versión ligeramente modificada producida por la empresa farmacéutica Knoll). Solo entre abril y julio fueron distribuidas más de 35 millones de pastillas, con tres miligramos de principio activo cada una.
El fármaco era enviado a las direcciones médicas de la Wehrmacht con el nombre en clave de OBM, y desde allí se distribuía directamente a las tropas. Los pedidos podían hacerse incluso por teléfono, si se necesitaba un envío con urgencia. En la etiqueta estaba descrito como "estimulante", y en las instrucciones se recomendaba una dosis de una o dos tabletas "sólo cuando sea necesario, para combatir el sueño".
El Pervitín se consideraba un fármaco útil para situaciones en las que los soldados se pudiesen ver sometidos a un estrés extremo. En un memorando destinado a oficiales médicos de la Kriegsmarine se explicaba: "Todo funcionario médico debe ser consciente de que el Pervitín es un estimulante altamente diferenciado y poderoso, una herramienta que permite, en cualquier momento, ayudar de manera activa y eficaz a ciertos individuos dentro de su rango de influencia a alcanzar un desempeño superior al promedio".
En enero de 1942 un grupo de 500 soldados alemanes del frente este, capturados por el ejército rojo, trataron de escapar. La temperatura era de menos 30 grados y, según escribió en su informe el médico asignado a la unidad, a las 6 horas de la huida la nieve les llegaba por la cintura. "Los soldados estaban exhaustos y se comenzaron a tumbar en la nieve". El mando de la unidad decidió darle Pervitín a las tropas. "Hora y media después" escribió el doctor, "los hombres comenzaron a comentar que se encontraban mejor, comenzaron a marchar en orden de nuevo, sus espíritus se elevaron, y ellos se mostraron más alerta".
Muchos médicos se percataron de que la efectividad de la droga disminuía con el consumo continuado, y de que en muchos casos aparecían efectos secundarios como sudoración o alteraciones hemodinámicas, esto llevó a que apareciera una creciente preocupación en las autoridades. Leonardo Conti, ministro de Salud del Reich, trató de restringir el uso del fármaco. Lo consiguió solo en parte, ya que la Wehrmacht no estaba dispuesta a renunciar a él. En julio de 1941 el Pervitín fue clasificado como una sustancia prohibida, pero ese mismo año se enviaron diez millones de pastillas a las tropas. En las nuevas instrucciones la información sobre los riesgos apenas difería de las anteriores.
Entre la equipación de los soldados alemanes que estaban en el frente, se encontraba el kit alemán de primeros auxilios ('Persönlicher Verbandmittelsatz'), que contenía 2 vendajes, pastillas potabilizadoras, analgésicos (aspirina) desinfectante y Pervitín. El pervitín era conocido entre la tropa como "pastillas Stuka" o "píldoras de Hermann Goering".
Resultando significativo, ya que en el kit individual de primeros auxilios de las tropas aliadas no se incluía este tipo de estimulantes, lo cual no indica que no se utilizara, pero su distribución estaba sometida a un mayor control, frente a las tropas del eje, que disponían de las mismas en todo momento.
El consumo de la droga era habitual entre los soldados. En una carta fechada el 9 de noviembre de 1939, un joven soldado alemán escribió a sus padres y parientes de Colonia: "Las cosas están mal por aquí, espero que entendáis que solo soy capaz de escribiros cada dos o cuatro días. Hoy os escribo principalmente para pediros Pervitín..." El 20 de mayo de 1940 el mismo soldado escribía a sus familiares "Quizá podríais conseguirme algo más de pervitín para que pueda tener de reserva". El 19 de julio de 1940 escribió "Si es posible, enviarme algo más de pervitín". El hombre que escribió esas cartas era Heinrich Boell, ganador del premio nobel de literatura en 1972.
La droga del supersoldado
En los albores del final de la guerra, los nazis aún trabajaban en una píldora milagrosa para sus soldados. El 16 de marzo de 1944, el entonces vicealmirante Hellmuth Heye, que después sería miembro del parlamento con el partido demócrata cristiano, solicitó una droga "que pueda mantener a los soldados preparados para la batalla cuando se les pida continuar luchando más allá de los un periodo normal, a la vez que incrementa sus capacidades".
Poco tiempo después el farmacólogo Gerhard Orzechowski presentó a Heye su invención, la píldora D-IX. Esta píldora contenía 5 miligramos de cocaína, 3 miligramos de pervitín y 5 miligramos de eukodal (un analgésico derivado de la morfina).
Las primeras pruebas de esta droga fueron llevadas a cabo con internos del campo de concentración de Sachsenhausen. Tras suministrarles la D-IX, los prisioneros fueron obligados a marchar en círculos cargando con 20 kilos cada uno (la equipación estándar de un soldado aliado pesaba unos 16 kilos). Estos hombres fueron capaces de caminar entre 80 y 110 kilómetros antes del colapso. Animados por los resultados los científicos nazis planearon fabricar y distribuir la droga entre la tropa alemana. La invasión de Normandía en junio del 44, y los bombardeos aliados no permitió que pudiesen desarrollar su plan.
Las metanfetaminas en CdG
Las metanfetaminas tienen efectos en todo el organismo del consumidor. A nivel de sistema nervioso mejoran la alerta y elevan la moral y la autoestima. A nivel físico tienen efectos que podríamos resumir como "aumento del vigor".
Una hora tras la ingesta de una dosis de pervitín los Pj recuperarán todos sus puntos de moral, de forma temporal (apuntar el número de puntos recuperados por la droga). De la misma forma la pérdida de los mismos mientras están bajo los efectos de la droga (6-8 horas) se reduce a la mitad. El Pj también recibe un modificador de -5 a todas las TA dependientes de fue, vit, agi, vel, per, con y vol.
Como contrapartida el uso continuado de estas drogas provocan una merma en el Pj. Cuando el Dj determine que, debido al uso repetido y abusivo, un Pj se ha hecho adicto a las metanfetaminas , debe hacer una TA. El d+ determinarán el tiempo en horas tras el cual el Pj siente necesidad de tomar la droga. En el caso de no disponer de la misma tendrá que hacer una TA de vitalidadx3. En caso de no superarla perderá tantos puntos de moral como indique el dL y tendrá un modificador de +5 a las TA de fue, vit, agi, vel, coo, per, con, vol y car. Este modificador es acumulativo para las siguientes TA, de tal forma que el Pj puede quedar incapacitado en poco tiempo.
Fuentes consultadas
http://www.guerrillaexplorer.com/...
http://www.red-alliance.net/...
http://nonsei2gm.blogspot.com.es/...
http://commons.wikimedia.org/...
http://www.dailymail.co.uk/...
http://www.druglibrary.org/...