Llego hasta aquí
¡Sanitario!
En ocasiones hemos hablado de personajes de la Segunda Guerra Mundial que fueron enfermeros en primera línea de combate. Posiblemente fuera éste uno de los puestos más peligrosos del frente. Armado con un botiquín había que esquivar las balas enemigas para acercarse a tus compañeros.
En general, los miembros del cuerpo médico del ejército vestían un uniforme similar (cuando no el mismo) al de la unidad en la que estaban asignados, pero se diferenciaban del resto de los soldados por los símbolos médicos (la cruz roja o similares). Su misión consistía, principalmente, en dar asistencia sanitaria que permitiera a un soldado herido o enfermo llegar al hospital de campaña. La medicina de campaña en la Segunda Guerra Mundial había mejorado mucho. Por ejemplo, en el ejército estadounidense, sólo se morían el 4% de los casos curables que llegaban al hospital. Por ello, la labor de los sanitarios (de los personajes sanitarios en las partidas) es fundamental. Son ellos los que detienen la degradación del cuerpo y le permiten resistir hasta que un médico (con material adecuado) puede curarlos.
Para realizar su tarea, tras su dedicación, lo más importante era su equipo médico. Este solía llevarse en dos o más mochilas pequeñas y lo llevaban repartido de forma que sí perdían una mochila podían encontrar todo el material en la otra; también podían, en los casos necesarios, dar una mochila a otro sanitario o soldado y continuar ellos por otro lado. Principal consistía en:
Tabletas de acido acetilsalicílico (nosotros las conocemos como aspirinas, pero en esa época, Bayer sólo trabajaba para el ejército alemán). Llevaban ingentes cantidades de este medicamento y lo utilizaban para calmar los dolores leves.
Compuestos catárticos. Término que oculta una serie de medicamentos destinados a eliminar sustancias nocivas del organismo (lo que ahora llamaríamos antibióticos, más vomitivos y demás lindezas).
Esparadrapo. Por metros, servía para casi cualquier cura.
Lapiz y etiquetas. Los sanitarios catalogaban a los heridos en función de su gravedad y para ellos les hacían una marca en una eitqueta que sujetaban al cuerpo.
Imperdibles de varios tamaños. En ocasiones los imperdibles eran el sustituto de los puntos quirúrjicos y aunque no eran muy "médicos" sujetaban una herida el tiempo suficiente para llegar al hospital. También se usaban los imperdibles para sujetar las etiquetas.
Termómetro. Generalmente acababa roto.
Unguentos para quemaduras. Sobre todo en algunas ramas del ejército (como la artillería), las quemaduras eran muy habituales. Estos unguentos se fabricaban con ácido bórico.
Morfina. La morfina se suministraba, generalmente, en ampollas autoinyectables. Una ampolla podía dormir una zona pequeña del cuerpo (una rodilla, una mano, etc.); dos un miembro (brazo, pierna); tres te dejaba insensible y cuatro o cinco podían llegar a matarte. Por este peligro, a los soldados, en sus kit de primeros auxilios personales, sólo se les daba una ampolla de morfina. Si necesitaban más, tenía que ponérselas un sanitario.
Conjunto de herramientas para intervenciones. Un bisturí, algunas tijeras o forceps y cosas así. Nada muy grande ni que les permita hacer una operación quirúrjica. Este material se utilizaba en casos extremos cuando había que cerrar una vena o sacar una bala.
Camilla, generalmente de tela y enrrollada sobre los palos. Cada dos sanitarios llevaban una. Algunos ejércitos tenían un modelo sin andas (los palos) pero diseñado específicamente para introducir los fusiles.
Cantimplora extra. Además de la propia como soldados, los sanitarios solían cargar con una segunda cantimplora para dar agua a los heridos.
Generalmente se piensa que los sanitarios no iban armados. La Convención de Ginebra, entre otras, prohibía que el personal sanitario fuera armado o que los vehículos bajo bandera de la Cruz Roja fueran atacados o utilizados en el combate. Sin embargo, ni todos los ejércitos fueron respetuosos con estas normas (por ejemplo, los británicos derribaron los aviones alemanes de la cruz roja que sobrevolaban el Canal de la Mancha en busca de pilotos) ni los sanitarios las cumplían una vez se enfrentaban al enemigo por primera vez. Esto no quiere decir que todos los sanitarios de primera línea fueran armados con un fusil o un subfusil, pero algunos "adquirían" una pistola no reglamentaria para sentirse más seguros.