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LA ARMADA FRANCESA
(1ª parte)
Nos acercaremos a una nueva Armada que, a pesar de las apariencias, estuvo activa casi toda la guerra, aunque con bastante mala fortuna.
Durante la Primera Guerra Mundial, las tropas alemanas ocuparon el noreste del país. Posiblemente por un error logístico o por falta de visión, esos "departamentos" franceses eran donde estaban los principales astilleros del país. Esto quiere decir que mientras el resto de los países tenían cierta "escalada bélica marina", los franceses se mantuvieron aparte en cuanto a construcción y desarrollo de buques navales.
Cuando se celebró la conferencia de Washington en 1922, Francia no puso objeciones a las limitaciones de tonelaje que establecía el tratado pues no tenía intención de fabricar barcos tan grandes y, mucho menos, no tenía intención de fabricar portaaviones los que no veía mucha utilidad. De todas formas, aunque hubiera tenido intención, posiblemente no hubieran podido llevar a cabo tales proyectos. En los años posteriores a la guerra, Francia se vio sacudida políticamente en muchas direcciones y los gobiernos iban cambiando en cuestión de meses. La construcción de las gran flota naval que Francia necesitaba como potencia mundial llevaba mucho más tiempo que lo que tardaba un gobierno en nombrarse y caer.
Parece mentira, sin embargo, que en este clima de inestabilidad política, la cartera de Ministro de la Marina conservara cierta estabilidad y ministros como George Leygues o François Petrie duraron lo suficiente en sus cargos (en varios gobiernos) como para plantearse la modernización de la Armada francesa. Su sola voluntad no bastaba para encontrar fondos con los que modernizar una flota que se caía a cachos, pero sí fue suficiente para que el gobierno aprobara una serie de construcciones entre 1925 y 1931. Numéricamente hablando no fueron muchos los barcos construidos ni de mucho tonelaje, pero sentaron las bases (y de ahí su importancia) para que los constructores navales franceses se pusieran al día en conocimientos técnicos sobre fabricación naval. 5 cruceros, 24 antisubmarinos, 8 destructores y 55 submarinos se encargaron. No fue tarea fácil porque el gobierno aprobaba los planes de fabricación año a año y siempre había el peligro no sólo que impidiera la fabricación de más barcos, sino que paralizara los ya en fabricación.
Como se puede ver, la fabricación de grandes buques (acorazados) no fue una prioridad para Francia en aquellos años. El primer "crucero de combate" (casi acorazado) propuesto para su construcción lo fue en 1927, pero aún seguía perteneciendo a la filosofía de la Primera Guerra Mundial donde los acorazados eran pesados y lentos buques de escolta. Los alemanes asombraron al mundo en 1929 al enseñar sus "acorazados de bolsillo" y rápidamente Francia se puso manos a la obra para contrarrestar esta amenaza. El resultado fue elDunkerque , un acorazado rápido, bien blindado y con poderoso armamento, el primer, por decirlo así, acorazado moderno francés. La rapidez de los nuevos buques insignia obligó a rediseñar todos los barcos de apoyo para que pudieran alcanzar velocidades similares y así, en 1935, nacieron los destructores rápidos franceses, pero que no llegaron a aparecer en gran número por culpa del inicio de la guerra (y la derrota de Francia, claro está).
El escenario prebélico francés cambia radicalmente desde el momento en el que se dan cuenta que Alemania ha pasado de ser una nación derrotada en la guerra (la Primera) a ser una nación preparándose para la guerra. La denuncia del Tratado de Washington (que limitaba el tamaño y la cantidad de los barcos), el de Versalles, donde se establecían los términos de rendición y la evidente remilitarización alemana metieron prisa en el cuerpo de los políticos franceses y lo que antes era muy costoso de hacer (muchas trabas políticas), ahora era sencillo y para 1936, aproximadamente, se puede afirmar que la maquinaria de construcción naval francesa estaba al 100%. Afortunadamente había tenido los años previos para aprender y los modelos que se estaban fabricando tenían buenas prestaciones. Desgraciadamente, en 1936 ya era tarde para completar todo el proceso.
Se puede decir que en 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, la flota francesa era buena, en cuanto a calidad, pero escasa en cuanto al número de buques modernos. Aunque la flota era numerosa (muchos barcos de la guerra anterior estaban en servicio aún), el número de buques realmente operativos no era muy grande. Comparativamente hablando, la flota francesa podía ser ligeramente superior a la Alemana y de un tamaño similar a la italiana, pero a diferencia de estos dos países (futuros enemigos), Francia tenía un enorme imperio colonial donde tenía que desplegar sus barcos.
Cuando Francia firma el armisticio en 1940, la Armada francesa, que sólo había participado en alguna escaramuza, tuvo distinta suerte (o bien abandonaron Francia o se quedaron en ella). Se puede decir que gran parte de la flota francesa escapó a las garras alemanas, aunque desde el punto de vista Aliado, la mayor parte de la flota estaba en manos de Vichy (lo que a la larga podía significar lo mismo).
- De los barcos que abandonaron Francia (no sólo operativos, hubo barcos ya botados, pero no terminados del todo, que se echaron al mar antes del Armisticio):
- De los barcos que no abandonaron Francia:
En conclusión, la mayor parte de la flota francesa, aunque antigua, fue destruida sin utilizarla realmente en combate. Supongo que si lo hubieran sabido, se habrían ahorrado algunos francos en su construcción.