Grille:

el Azor nazi

Siempre me ha llamado mucho la atención que los Jefes de Estado de muchas naciones tengan a su disposición un yate, ya sea el Azor o el Bribón no se cuantos. Parece que la afición marinera es una cosa que va unida al cargo.

Los jefes nazis no deberían quedarse atrás respecto a otros gobiernos en este temas de la afición marinera y en 1934 botaron, en el astillero Blohm & Boss, un yate para el Alto Mando alemán. Lo llamaron Grille (que podría traducirse por Grillo), pero además de la desmedida afición alemana por llamar a las cosas con nombres de animales (tigres, panteras, elefantes), no hemos sido capaces de encontrar el por que de un nombre tan poco impresionante.

El Grille iba impulsado por cuatro calderas que hacían girar dos hélices haciéndole capaz de alcanzar una velocidad de 26 nudos. Además, para cubrirle de todo mal, llevaba tres cañones de 127 mm (que fueron cambiados a 3 de 105 en 1939, dos antiaéreos de 37 mm y cuatro ametralladoras antiaéreas de 20 mm (más una carga de unas 200 minas). De proa a popa alcanzaba los 135 metros, 13.5 de altura y poco más de 4 metros de ancho. Tenía un alcance de casi 10.000 millas náuticas a velocidad de crucero (15 nudos) y su dotación era de unos 250 hombres (tal vez excesiva para un yate).

Inicialmente fue diseñado como buque escuela y como buque de apoyo para los destructores (de ahí su capacidad de poner minas) y los submarinos, pero fue utilizado más como buque insignia para el alto mando naval nazi (concretamente por el grossadmiral Erich Raeder). Se sabe que Hitler estuvo a bordo en varias ocasiones en periodos vacacionales (antes de la guerra, claro).

Al comenzar la guerra, el Grille volvió a su función de barco militar y se utilizó como tendedor de minas en las primeras semanas de la guerra (en el mar Báltico). Colisionó con otro barco a principios de 1940, lo que lo mantuvo inactivo varios meses. Tras repararlo fue utilizado para tender minas en el Mar del Norte, pero en verano de 1940 fue retirado de este servicio en previsión de la operación León Marino (invasión de las Islas Británicas). Se le ancló en Ostend a la espera de que comenzara la invasión en la que tenía la misión de poner campos de minas defensivos en las playas de desembarco alemanas. En Agosto de 1941 volvió a echarse al mar, esta vez en las costas de Finlandia, poniendo minas para evitar el paso de los convoyes británicos a Rusia. Estuvo con esta misión hasta el verano de 1942 en el que fue retirado del servicio en primera línea y, finalmente, trasladado a Narvik donde sirvió como cuartel general flotante para el mando de los submarinos con base en Noruega. Aunque no participó directamente en ninguna batalla, se hubiera convertido en un objetivo importante si los Aliados hubieran sospechado su uso.

En Mayo de 1945, tras el armisticio, fue capturado por los británicos como botín de guerra, quienes lo vendieron al año siguiente a una compañía privada de viajes de recreo por el Mediterráneo, pero no por mucho tiempo porque en 1947 sufrió una colisión que lo mantuvo en el dique seco hasta que en 1948 fue comprado por los estadounidenses. Tres años después fue desmantelado en Bodenstown.