Llego hasta aquí
LA TUMBA
Unos extraños informes indican que en lo más profundo de la selva de Nueva Zelanda, un ideterminado número de fuerzas hostiles están capturando o eliminando las patrullas de reconocimiento Aliadas. Un escuadra estadounidense será enviada a la zona para descubrir que está pasando.
LLEGAR A LA TUMBA
(Primera parte)
Todas las pistas conducen a los americanos a través de un sendero en la jungla que acaba en una extraña tumba indígena. El silencio, algo innatural en la selva neozelandesa, cubre toda la zona.
Los estadounidense.
El bando Aliado estará compuesto por una escuadra de doce soldados armados 8 con subfusil, 2 con ametralladoras ligeras y otros 2 como la dotación de una ametralladora pesada. Todos los soldados son veteranos. Colocarán en el lado derecho del tablero (donde indica el dibujo) a no más de 20 metros del borde del tablero. La moral de los soldados es de 16.
Los indígenas.
Los indigenas estarán compuestos de 8 escuadra de 8 individuos armados con lanzas y cuchillos de pedernal. Colocarán en los dos lugares indicados (la mitad en cada uno) a no más de 40 metros de ambos lados del tablero. La lanza se considera un arma 1,0,0 a efectos de las reglas de CeM (es decir, su alcance efectivo son 30 metros). El 25% de los indígenas son veteranos, el 50% son regulares y el 25% son novatos. Se repartiran al azar entre las diferentes unidades.
Condiciones de Victoria.
Los soldados americanos deben superar la barrera que suponen los indígenas y entrar en la tumba donde, si los informes no son falsos, se encuentran prisioneros algunos compañeros. Si, al menos, cinco soldados estadounidenses entran en la tumba, los americanos habrán ganado el escenario; si entran menos, el resultado quedará en tablas y si no entra ninguno, habrán ganado los indígenas. (ver segunda parte).
EL INTERIOR DE LA TUMBA
(Segunda Parte)
Los soldados estadounidenses han conseguido romper el cerco defensivo de la tumba y de adentran en su interior dispuesto a llegar a su centro y liberar a sus compañeros, pero la tumba es un lugar demasiado estrecho, demasiado oscuro, tal vez demasiado para los soldados acostumbrados a otro tipo de guerra.
Todos los pasillos tienen un ancho de 5 metros.
Los estadounidenses.
Entrarán por la zona indicada en el dibujo. Si estás jugando una campaña, entrarán tantos soldados como hayan conseguido sobrevivir a la primera parte (aunque no hubieran llegado a la tumba). Si no estás jugando la campaña, entrarán 6 soldados armados 5 con subfusil y uno con ametralladora ligera (todos veternaos). No podrán colocarse fuera del pasillo que da acceso a la primera sala.
Además, el jugador estadounidense colocará dos prisioneros en el altar de sacrificios. A efectos de juego, se considerarán veteranos, pero desarmados. Podrán armarse para combatir cuerpo a cuerpo si algún soldado estadounidense llegara a estar junto a ello. Mientras tanto, no pueden moverse.
Los indígenas.
Dentro de la tumba hay diez indígenas veteranos armados con lanzas a no más de veinte metros del altar de sacrificios (los denominaremos sacserdotes). Además, los indígenas supervivientes de las primera parte (ó 30 si no estuvieras jugando la campaña, en las mismas proporciones que la primera parte: 25, 50 y 25%) entrarán por la puerta trasera señalada en el mapa como entrada indígenas. Estos, deberán colocarse en el pasillo de acceso o fuera del mapa. Ninguno puede estar en la sala de sacrificios al principio de la partida.
Condiciones de Victoria.
Los estadounidenses ganan si rescatan a los dos prisioneros y salen de la tumba (pueden salir por la puerta de atrás, pero si sólo uno de ellos muere, la victoria será para los indígenas.
Regla especial para los prisioneros.
Matar a los prisioneros requiere cierto ritual (son un sacrificio), un indigena (concretamente uno de los diez que inician el escenario dentro de la tumba) puede matar a los prisioneros si pasa 5 ó más turnos junto a ellos. Debe ser el mismo indígena el que pase los cinco turnos. Si muere o se mueve, otro indígena deberá ocupar su lugar e iniciar el sacrificio desde el principio. Si los estadounidenses logran llegar a la sala de sacrificios (y mancillarla con su presencia) los sacerdotes indígenas no serán tan cautos con el ritual y podrán acabar con la vida de los prisioneros en un combate cuerpo a cuerpo o bien lanzándoles una lanza.
El resto de los indígenas no tiene autoridad tribal para acabar con los prisioneros, sólo los sacerdotes.
El altar de sacrificio da una cobertura de 5.