Llego hasta aquí
EL TEMPLO:
Una aventura en la China milenaria
En 1937, aprovechando unos incidentes contra soldados japoneses en Manchukuo, los japoneses iniciaron la invasión de China en una gran ofensiva. Las diferentes fuerzas políticas que operan en China consiguen un acuerdo "in extremis" para colaborar entre ellos para detener el avance de los japoneses, conocido como acuerdo de Sian que, resumiendo venía a decir que las tropas comunistas se unían al ejército Chino (como VIII Ejército), se le asignaba una zona de operaciones (al norte del río Hoang-Ho) para ellos solos y ellos reconocían la figura de Chiang Kai-Chek como jefe militar.
Fue un acuerdo que permitió cierta coordinación entre las fuerzas nacionalistas y comunistas y, sobre todo a estas últimas, les permitió no preocuparse por sus rivales políticos y enfrentarse a los japoneses a los que contuvieron bastante acertadamente durante dos años (también achacable a una falta de interés japonés en las pobres provincias de Suiyuan, Sanshi y Shensi y su precaución de no molestar a la URSS). Sin embargo, en el frente nacionalista, aún había una miríada de intereses y demasiados caciques locales más preocupados por la defensa de sus propiedades que por un plan nacional de resistencia a la invasión. Sin mencionar a los descontentos con el Acuerdo de Sian que habían visto sus propiedades en manos comunistas. De hecho, en algunas ocasiones los nacionalistas siguieron dando más importancia a la represión de su pueblo que a la defensa frente al invasor. Algunas acciones (como la voladura de diques) perjudicaron más a los campesinos que a los japoneses y fueron el germen para que el comunismo se extendiera por algunas zonas de china previamente nacionalistas en el Acuerdo de Sian.
Japón se aprovechó de esta debilidad política de sus rivales y siguiendo las líneas férreas chinas (la única vía de comunicaciones decente) fue penetrando cada vez más en territorio Chino. Capturó Pekín, Nanking, Shangai y casi todas las poblaciones importantes chinas (agrupadas todas en las ricas provincias del norte). A finales de 1939, la política militar japonesa cambió y evitó los avances por tierra para realizar una serie de desembarcos en la costa (su dominio del mar era indiscutible). Estos desembarcos iban dirigidos contra las pocas poblaciones importantes que les quedaban a los chinos: Amoy, Suautou, Cantón, etc. En 1940 casi toda la capacidad de producción industrial china había caído en manos japonesas y en Europa había comenzado ya la Guerra Mundial en la que los japoneses tenían ciertos intereses. El conflicto Chino japonés quedó en una especie de status quo: a los japoneses no les interesaba ir más allá y los Chinos no tenían capacidad de contraatacar (exceptuando algunas acciones guerrilleras por parte de los comunistas).
ANTECEDENTES
Si te fijas en el mapa anterior, hay una zona que hemos señalado con el nombre de Anhwei. Es ahí donde se va a desarrollar la partida de este número de Kommando. En el centro de la penetración japonesa señalada hay una ciudad de nombre Wuhan y los japoneses han seguido la línea férrea en dirección a la ciudad de Kaifeng (importante nudo de comunicaciones hacia Pekín y Puchou). Sin embargo, la línea férrea siguen en manos de los chinos nacionalistas, sobre todo porque es una región bastante difícil con escasos caminos.
En las últimas semanas, dos patrullas (de unos 15 hombres cada una) han desaparecido en la zona marcada en el mapa como Anhwei, justo en la zona casi aislada por los japoneses. Para el Alto Mando Nacionalista hay varias explicaciones posibles para este hecho:
El Alto Mando teme que si envían otra patrulla esta volverá a desaparecer si cualquiera de los tres supuestos es cierto y no tiene efectivos suficientes para enviar allí en número mayor. Por ello ha decidido formar una unidad especial compuesta de soldados de "todas las facciones". Si sólo uno de ellos sobrevive, ya saben que habrá pasado.
Así pues, el director de juego deberá crear el grupo de personajes (o añadir personajes al ya creado para que, al menos, haya un personaje de los siguientes:
No es obligatorio, pero como opción se pueden añadir otros personajes para dar más colorido a las tiranteces entre el grupo:
Deberás explicar a los personajes que la única razón por la que están juntos es su odio hacia los japoneses y que, aparte de eso, se fían muy poquito de las facciones contrarias (comunistas vs nacionalistas) y un poco más de su propia facción. [Nota: Las tiranteces entre los comunistas de Mao y los de Yeh Ting eran debidas, principalmente a eso, unos eran de Mao y los otros de Yeh; aunque con objetivos políticos comunes, a Mao no le agradaba mucho la popularidad creciente de Yeh.] Los jugadores comunistas iniciaran la partida con una confianza al oficial (nacionalista) de 5, mientras que los nacionalistas leales a otro cacique (si los hubiera) empezarán con 8.
Las órdenes son claras: deben ir al extremo del saliente japonés y seguir el frente por el lado este hasta descubrir que ha pasado con las dos patrullas.
Respecto al equipo, les darán transporte para ir hasta allí y cada uno deberá llevar el armamento propio (un fusil, un par de granadas y, con suerte, alguna ametralladora ligera). El Alto Mando no les proporcionará equipo especial (¡Que se creen, Comandos?)
LA VÍA FÉRREA
Los jugadores se acercarán hasta la zona en un camión viejo y destartalado que les dejará sobre la vía férrea a primera hora de la mañana. Deberán seguirla hacia el sur hasta encontrar o localizar a los japoneses y una vez hecho, desviarse a la izquierda (al este) y sin perder contacto con las defensas japonesas seguir avanzando hacia el sur.
Los japoneses controlan la zona desde una elevaciones que les permiten dominar varios kilómetros al norte de su posición. Si los personajes deciden acercarse de día, los verán y les estarán esperando. La patrulla estará compuesta de 10 soldados japoneses armados con fusil y un vehículo blindado japonés Tipo 91 sobre la vía férrea. Los soldados japoneses no les perseguirán si se alejan de la vía. Es decir, no se separarán mucho de la protección del vehículo.
Una tirada de rastrear por la zona, les permitirá descubrir huellas de las patrullas dirigiéndose al sur. El terreno alrededor del ferrocarril tiene mucha vegetación (casi selvático) y es fácil descubrir ramas rotas y pisadas en el suelo. Las patrullas chinas no tuvieron ningún cuidado en ocultar su presencia.
EL CAMPO MINADO
Dos días después de penosa marcha por la selva siguiendo las huellas (suponiendo que se paren a dormir), el terreno selvático finaliza en un enorme campo de arroz que se abre hacia la izquierda. El terreno está embarrado, pero no está cubierto de agua y las plantas parecen algo mustias y alicaídas. Una tirada de conocimientos permitirá saber que los campos de arroz, normalmente, están cubiertos de agua hasta los tobillos. Una tirada de descubrir fácil les revelará un cuerpo entre las cañas. Va vestido con el uniforme chino y todo parece indicar que es un miembro de una de las patrulla. El cuerpo debe llevar unos quince días allí, huele a podrido y con la humedad diversas criaturas reptantes salen de sus orificios (tirada de moral para el que le dé la vuelta). Otra tirada de descubrir fácil sobre el cuerpo permitirá adivinar que ha muerto de una violenta explosión en sus pies.
Hay un segundo cuerpo unos doscientos metros campo adentro del arrozal. Sólo es visible desde el primer cuerpo, no desde el borde del campo y si se acercan a él verá que su estado es similar al primer cuerpo. Entre ambos cuerpos hay varias pisadas en fila india. Por si los personajes no se han dado cuenta (que no lo habrán hecho), acaban de meterse en un campo de minas desplegado por los japoneses. Volver sobre sus propios pasos no es muy difícil, pero, posiblemente les haga perder la pista de la patrulla.
Para salir del campo deberán superar cuatro tiradas de descubrir para ver las minas ocultas en su camino. Dependiendo del grado de colaboración entre los personajes, conque las pase uno será suficiente o, si este no colabora, será necesario que las pase, además, algún otro. La idea es que las minas no matan, sólo hieren, así que considera que si alguno pisa alguna, ésta le hace un daño II simplemente (usa la tirada de descubrir para calcular el daño). De todas formas, puedes, si quieres, hacer que el personaje no pise accione la mina sino que, al pisarla, se quede inmóvil. Es aquí cuando las lealtades entre el grupo pueden tomar cierta importancia. Si deciden salir del campo minado a tiros (disparando a las cargas), los japoneses acudirán a ver que está pasando y barrerán el campo con una ametralladora de posición acompañados de 6 soldados con fusiles. La precipitación dificultará las tiradas (y la nocturnidad también).
Al salir del arrozal encontrarán el rastro de las patrullas que se siguen dirigiendo al sur.
ATAQUE JAPONÉS
Mientras se dirigen al sur, los japoneses habrán descubierto su viaje (probablemente en el campo de minas) y les habrán seguido de cerca. La primera noche que acampen, un pelotón japonés (10 soldados) intentarán capturarlos con vida. Si los personajes los descubren en el intento, intercambiarán un par de disparos y volverán a sus posiciones. Puede que lo vuelvan a intentar más adelante (sobre todo si hace a alguno prisionero o si han matado a alguien).
MASACRE
Sin que los personajes se lo esperen, cuando estén cruzando un pequeño río al segundo día de viaje desde el arrozal, tres personas semidesnudas de raza china (aparentemente) y con tatuajes azules en el cuerpo aparecerán de repente en el agua. Estaban sumergidos a la espera de su paso y ocultos. Van armados con cuchillos largos, nada de armas de fuego, con lo que los personajes no deberían tener problemas para acabar con ellos.
Por su ropa, lo que quede de sus pantalones, se puede pensar que son antiguos soldados chinos. Sin embargo, nada permitirá adivinar como han llegado a ese estado. En la otra orilla, en un terreno más selvático, descubrirán rastros (tirada de rastrear de un combate), huellas de huida precipitadas y otras más tranquilas. Son la primera y la segunda patrulla. La primera pasó tranquilamente, pero a la segunda la atacaron en el río obligándola a huir hacia el sur.
A la noche llegarán a una especie de planicie entre la vegetación con restos de una gran hoguera en el centro y los restos empalados de las patrullas. Todos los cuerpos muestran signos de torturas y de sufrimiento (nueva tirada de moral).
A media noche empezarán a escuchar tambores que provienen del interior de la selva, hacia el Este. Hay luna llena en el cielo.
EL POBLADO
La misión de los personajes consiste en enterarse que ha pasado con las patrullas y, de alguna forma, ya lo saben. Pueden volverse a sus respectivos ejércitos y contar lo que creen que está pasando, pero, también pueden quedarse un poco más y descubrirlo...
Si se aproximan a los tambores, descubrirán un poblado:
No es un poblado muy grande. Unas pocas chozas, un pequeño cercado para ganado y un antiguo templo sintoísta (esto lo sabrán con una tirada de Conocimientos, sino será un templo viejo y en ruinas). Delante del templo, en una especie de plataforma circular, verán a un hombre enorme vestido como un sacerdote tradicional. A su lado, vigilados por 6 hombres armados, hay 4 soldados chinos (pueden deducir que se trata de supervivientes de la patrulla. Delante de este grupo hay una especie de altar de madera (un tocón de un árbol enorme) con manchas de sangre y al otro habrá unas 50 personas (de las que 15 o así son mujeres y unos 10 niños). Todos llevan el torso desnudo y lucen tatuajes de colores azulados y rojizos (tal vez sean pinturas y no tatuajes). Ninguno lleva armas de fuego, pero los varones lucen enormes machetes. Son los niños los que tocan los tambores con poco ritmo, pero mucho entusiasmo.
Las difíciles condiciones de vida de la China rural inclinó a mucha gente hacia el comunismo haciendo que su número creciera cada día. Está claro que esas mismas condiciones habían provocado en aquel grupo una especie de locura mesiánica o religiosa. En un momento dado, el sacerdote se acercará al altar arrastrando a uno de los soldados. Lanzará un breve discurso a la concurrencia y sin mayores trámites seccionará el cuello del prisionero. Este boqueará e intentará respirar, pero lo único que saldrá de su boca será sangre, mucha sangre. Los espectadores romperán a gritar y a danzar alocadamente.
Si alguno de los personajes intenta escuchar lo que dice el sacerdote, descubrirá que habla chino, pero un dialecto raro, no es mandarín ni cantonés. Tan sólo el soldado nacionalista leal a Anhwei sabrá que es un dialecto de su tierra. Un dialecto muy reducido (lo habla muy poca gente) que él sólo comprende a media. Escuchará palabras de orden divino y de peticiones de ayuda a los dioses y de como los infieles deben regar la tierra para que crezcan las cosechas. Cosas sin mucho sentido.
Este es el final de la partida, los personajes deben decidir que hacer en este momento. Podrían marcharse e informar al Alto Mando de lo que está sucediendo. Sin embargo, los personajes nacionalistas no deberían ver con buenos ojos dejar a tres de sus compañeros vivos en manos de esa panda de locos (locos comunistas, sin duda); por otro lado, los personajes comunistas no verán con buenos ojos jugarse la vida para salvar a tres nacionalistas. En su mano está, pero si discuten mucho, los "locos" acabarán por descubrirles.
COMENTARIO FINAL
Como se puede apreciar, al final, el Alto Mando no llevaba razón. Sin embargo, Chiang Kai-Check utilizó excusas como éstas (la de las desapariciones no la de los fanáticos religiosos) para justificar una campaña de acoso al IV Ejército, el de los comunistas de Yeh Ting en la zona de Anhwei (al otro lado de los japoneses). Con el tiempo, a pesar de la amenaza japonesa y de la presión Aliada, aquello derivó en un ataque en toda regla en Noviembre de 1940 contra las fuerzas de Yeh Ting en el que murieron cerca de 8.000 de sus seguidores (más los que murieran en las represalias posteriores). Ese el fue el inicio de la ruptura del Pacto de Sian (colaboración antijaponesa) que fue deteriorándose poco a poco según pasaban los años, llegándose a casi un estado de Guerra Civil en 1943 que se convirtió en tal con la derrota de Japón en 1945.