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viernes, 29 de marzo de 2024


 

portada que la revista Time dedicó a este personaje.

ATTLEE, Clement

El hombre que derrotó a Churchill

1883-1967

Attlee fue un político inglés que nació en Putney, cerca de Londres y cuya figura quedó, tal vez, ensombrecida por los acontecimientos y por las personas que le rodearon. Estudió en Oxford y tomó contacto con las ideas socialistas mediante los escritos de Ruskin y Morris.

  En 1914 se alistó en el ejército luchando en Gallipoli y en Mesopotamia donde fue herido de gravedad en El Hanna. Regresó a Gran Bretaña y fue enviado en 1918 a Francia donde fue testigo de los últimos meses de la guerra con el rango de mayor.

Tras la guerra regresó a su trabajo en la Escuela de Economía de Londres y en 1919, ya como miembro del partido laborista, fue elegido alcalde de Stepney. En 1922, por esa misma circunscripción, fue elegido diputado por el mismo partido. En ese momento despegó su carrera política y tomo cierta relevancia en determinados círculos. De 1922 a 1924 fue secretario parlamentario de Ramsay Mac Donald. Cuando el partido laborista ganó las elecciones en 1924, le nombró Secretario de Guerra (una especie de Viceministro). Y entre 1929 y 1931 (en los difíciles primeros años de la depresión) fue nombrado Ministro de Trabajo y más tarde Canciller del Ducado de Lancaster.

En 1931, debido a la crisis económica, Mac Donald formó un gobierno de unidad nacional, pero Attlee, como otros ministros y diputados laboristas, rehusaron apoyar esa medida de Mac Donald y se pasó a la oposición en el parlamento colaborando estrechamente en este periodo con Landsbury quien se convirtió en el portavoz de la oposición en el Parlamento.

En 1935, Landsbury se retira de la vida política y Attlee se convierte en el jefe del partido laborista (aún en la oposición). Durante este periodo, Attlee se convierte en una especie de azote dialéctico de todos los gobiernos conservadores a los que acusa, principalmente, de ser muy blandos respecto a su política exterior. Durante la Guerra Civil española, por ejemplo, fue uno de los principales apoyos para el envío de voluntarios a las Brigadas Internacionales que luchaban con la República y en una ocasión, diciembre de 1937, llegó a visitar a sus compatriotas el frente.

En 1940, cuando Churchill es nombrado Primer Ministro y crea un gobierno de coalición nacional frente a la guerra, le pide, como jefe del Partido Laborista, que forme parte. Tengo una teoría personal sobre este hecho y es que Churchill (un perro viejo en política) le ofreció participar para conseguir que dejara de criticar al Gobierno. Si bien es cierto que tanto Attlee como Churchill habían estado atacando a Chamberlain (cada uno por su lado político) por su debilidad en política exterior y por su falta de previsión frente a la guerra. La verdad es que ambos se conocían y en aquellos momentos de la historia tenían más puntos en común que diferencias. Por tanto, que Attlee aceptara no es sorprendente, aunque que Churchill se lo pidiera, sí debió serlo. En las memorias de Churchill se puede observar que llegó a apreciar y respetar los méritos de su rival político. Parece ser, así lo afirman los historiadores, que el laborismo de Attlee consiguió frenar algunas de las ideas más radicales y conservadores de Churchill y que su presencia en el gobierno fue un buen contrapunto que equilibró las decisiones en esos días.

Como miembro del gabinete de Churchill, Attlee ocupó diferentes cargos:  desde Lord del Sello Privado (1940-1942), Ministro de los Dominios (1942-1943) y Presidente del Consejo (1943-1945).

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Acabada la guerra en Europa (aunque aún continuaba la del Pacífico), Attlee fue uno de los mayores instigadores de que se celebraran elecciones en el Reino Unido. Creía, no sin razón, que los británicos deseaban votar un nuevo parlamento. Churchill se oponía férreamente a esa idea ya que opinaba que el gobierno de coalición debía mantenerse hasta la derrota de Japón. No había ya dudas de que Japón iba a ser derrotado (su fuerza naval casi había desaparecido), pero se pensaba que aún quedaban algunos años de duro conflicto. Posiblemente, si ambos hubieran sabido que Estados Unidos iba a lanzar la bomba atómica apenas dos meses después, hubieran estado de acuerdo en retrasar las elecciones, pero no lo sabían y las elecciones se celebraron en Mayo de 1945 (apenas unos días después de la derrota de Hitler).

En esas elecciones y a pesar de la victoria sobre Hitler y la popularidad de Churchill como artífice de ese logro, el partido laborista ganó las elecciones y Attlee se convirtió en Primer Ministro. Churchill se lamenta en sus memorias que Attlee le derrotó porque el debió ocuparse de la guerra mientras él se podía ocupar de hacer campaña. Sin embargo, parece un lamento sin fundamento porque le sacó más de tres millones de votos y casi 100 escaños.

Como Primer Ministro, Attlee es el artífice de la recuperación económica de Gran Bretaña (junto el Plan Marshall por supuesto). Nacionalizó determinadas industrias (la aviación civil, las comunicaciones, el gas, la electricidad, el ferrocarril), reformó algunas instituciones como el Banco de Inglaterra y, sobre todos sus logros, introdujo el Servicio Nacional de Salud y cambió la política colonial británica, dando la independencia a muchos territorios como la India, Palestina, Egipto o Birmania y rompiendo con un estatus que se había vuelto anacrónico tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, aunque desde una perspectiva actual, sus medidas pueden parecernos interesantes e, incluso, correctas, hay que señalar que algunas (como la independencia de las colonias o la nacionalización de algunas industrias muy rentables) no eran populares entre la población más conservadora de la sociedad británica.

En las elecciones de 1951, el partido laborista perdió (aunque en realidad fue casi un empate técnico) y Attlee dimitió como Primer Ministro. Churchill fue elegido para ocupar su lugar. Attlee siguió como jefe del partido laborista hasta 1955 en el que renunció a su puesto. Un año después, la Reina le nombraba Lord y entraba a formar parte de la Cámara de los Lores.

Moría en Westmister (Londres), el 8 de octubre de 1967, a la edad de 84 años.

 

 

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Cita

«No pueden pedirnos que abandonemos a los nuestros en estas horas…»

Almirante Cunningham