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martes, 3 de diciembre de 2024


 

Katiushka:

el órgano de Stalin

200

Los alemanes tenían un "lanzador de humo" que resultó ser un arma demoledora contra la infantería. Hablamos del Nebelwerfer o "Screaming Mimmies" que les llamaban los estadounidenses. Los Katiushkas, a diferencia de estos, habían sido diseñados específicamente para la función que desarrollaban y, por ello, eran, tal vez, más demoledores.

Su nombre oficial no era el de Katiushka (aunque es con el que ha pasado a la historia), ni el de María Ivanova (como también lo llamaban los soldados rusos). Su nombre era: Boievaia Mashina que si nuestro oxidado ruso no nos engaña significaba algo así como vehículo de combate. La concepción era muy simple o, al menos así nos lo parece ahora, pero en realidad requirió un desarrollo de varios años (diez) por parte de dos científicos de la Universidad de Leningrado: Artomiev y Tikomirov. Lo complicado del Katiushka fue el desarrollo del proyectil propulsado de 82 mm, el resto son unas simples rampas de guía instaladas sobre un camión, preferentemente un ZIS o un GAZ. El primer modelo fue denominado BM-13

El proyectil se encendía mediante un mecanismo eléctrico que se accionaba desde la cabina. El cohete empezaba a empujar el proyectil a lo largo de la viga que le servía de guía y cuando llegaba al final de la misma ya llevaba velocidad suficiente para volar por su propio impulso hasta el objetivo. El arma era capaz de disparar 16 cohetes en intervalos de pocos segundos y tenía un alcance superior a los ocho kilómetros. Su sistema de lanzamiento tenía poco desgaste y se calculó que un Katiushka podía disparar 3000 proyectiles antes de que fuera necesario reparar la guía. Sin embargo, eran difíciles de apuntar (lo que suplían con su gran potencia de fuego) y el fuego del cohete delataba la posición de los vehículos de lanzamiento tras la primera andanada. Esto se evitó en parte haciéndoles disparar desde posiciones fuera de la vista del enemigo y, aprovechando su calidad de camiones, haciendo que se movieran tras cada andanada. Las mayores virtudes de los Katiushkas fue, sin embargo, su bajo coste de producción (comparado con los cañones convencionales) y su gran capacidad de desmoralización de las tropas enemigas. Una batería de 8 Katiushkas con 16 proyectiles cada una con explosión que puede afectar a varios metros alrededor es demasiado cuando lo disparan contra tu posición. En palabras del general Emerenko:

"Experimentamos por primera vez ese estupendo arma en Rudnia, al noroeste de Smolensk. Por la tarde del día 15, la tierra fue sacudida por los tremendos estallidos de sus cohetes. Como cometas de cola roja, las granadas fueron lanzadas al cielo. Los alemanes escaparon presas del pánico, y también nuestros mismos soldados, que por motivos de seguridad no habían sido advertidos del empleo de esta nueva arma."

En 1941, los soviéticos no disponían aún de muchas de estas armas y cuando los alemanes atacaron tan sólo pudieron desplegar algunas unidades de prueba. Eran armas altamente secretas y los soldados eran adiestrados en la necesidad de impedir que fueran capturadas por el enemigo. Fueron muchas las unidades de Katiushkas destruidas por los propios rusos en los primeros avances alemanes. Además, los soldados no podían dejarse coger prisioneros para evitar que pudieran hablar de las armas, así que muchos murieron junto a ellas, otros tuvieron que vestirse con las ropas de camaradas caídos para evitar que los alemanes descubrieran que eran artilleros de Katiushkas y otros tuvieron que infiltrarse entre las tropas alemanes para poder retornar a sus propias líneas. La vida del artillero de los Katiushkas no fue fácil en esos primeros compases de la guerra.

Al primer modelo le siguieron pronto otros: el BM-8 con 40 proyectiles de 82 mm y el BM-31 con 8 proyectiles de 132 mm, pero cuyo funcionamiento era muy similar al del primer modelo, sólo cambiaba el número de proyectiles o la potencia de estos. Para principios de 1942, el ejército ruso estaba muy bien equipado, disponiendo de varias brigadas y divisiones a lo largo de todo el frente. Curiosamente, la mayor concentración en una batalla de este tipo de armas no tuvo lugar hasta el final de la guerra, hasta la Batalla de Berlín donde, según los cálculos, había unos 20 vehículos por cada kilómetros de frente. O, dicho de otra manera que asusta más: ¡un vehículo Katiushka cada 50 metros!

Los BM no pueden concebirse como un arma de artillería clásica como las descritas en Comandos de Guerra. Era más bien un arma de saturación. No buscaban abatir un objetivo concreto, sino llenar una zona de explosiones bien para detener un ataque enemigo, bien para preceder un ataque propio. Por ello, aunque en las tablas vienen indicados los dados, es preferible que siempre que dispares estas armas en tus partidas las trates como fuego de artillería pesado según las reglas de la página 163-a64 del manual (artillería pesada).

Comparándolas con las armas alemanas a las que hacíamos mención al principio (los Nebelwerfer), los rusos ganaron. El arma alemana es bastante más precisa y robusta, pero la movilidad y el bajo coste del arma soviética no tuvo rival en ningún ejército de la Segunda Guerra Mundial.

DATOS PARA COMANDOS DE GUERRA

Datos
Inicio:
Final:
Tipo:
Long.:
Anch.:
Altu.:
Peso:
V:
Acel.:
Aut.:
Dot:
BCF:
BCL:
BR:
BCP:
BA:
BB:
BTF:
BTL:
BTP
A:
CAAM:
PA:
C: (ver nota)
CC:
HE:
AP:
Cad:
BM-13
1941
1945
lanzcoh
4,70
2,10
2,70
9
40
4
200
1
15
15
8
8
-
8
-
-
-
-
-
-
16
82
IV+8/8
-
1
BM-8
1942
1945
lanzcoh
4,70
2,10
2,70
10
40
4
200
1
15
15
8
8
-
8
-
-
-
-
-
-
40
82
IV+8/8
-
1
BM-31
1942
1945
lanzcoh
4,70
2,10
2,70
9,5
60
5
300
1
15
15
8
8
-
8
-
-
-
-
-
-
8
132
IV+10/10
-
1

Nota: Cada cañón (guía) sólo puede disparar una vez. En realidad es un cohete. La cadencia hace referencia a los disparos de cada proyectil.

 

 

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Cita

«El pueblo sabe que no tiene nada que temer de nosotros, pues en todos nuestros actos nunca hemos perjudicado a los ciudadanos.»

La Voz