LA TANQUETA URSUS

La caballería polaca

Es de todos conocido que cuando los alemanes entraron en Polonia en 1939, el ejército polaco no estaba tan modernizado como sus agresores. Se narran muchas historias sobre la valentía y el arrojo de los oficiales de caballería cargando contra las unidades panzer alemanas. Sin embargo, la realidad es que los polacos tenían unidades blindadas, no muchas, pero sí algunas que dieron lugar a algunos enfrentamientos blindados en los primeros días de combate. La mayor parte de los blindados polacos eran extranjeros adquiridos en Yugoslavia o Inglaterra, pero algunos eran de fabricación propia. Este es el caso de la tanqueta Ursus.

En 1929, el ejército polaco recibió los primeros Carden Lloyds Mk IV adquiridos a Gran Bretaña. Desde un primer momento quedó claro que las prestaciones publicitadas por la casa fabricante no se parecían a la realidad demostrada en las pruebas realizadas por el ejército polaco. Aún así, a falta de un modelo mejor, se adquirieron varias unidades, pero, a la vez, se inició un proceso de investigación y desarrollo para fabricar una tanqueta propia. Fruto de esa investigación es la serie Ursus que, como se puede apreciar en la fotografía, tiene muchas deudas con el modelo británico.

En 1939 salieron los dos primeros modelos de la serie Ursus. Eran dos prototipos denominados TK 1 y TK 2. Ambos modelos (llamados genéricamente modelo 30) sólo se diferenciaban en el motor. El primero llevaba un modelo T de la casa Ford de 22 CV y el segundo un modelo A de la misma casa de 40 CV. Ambos eran descubiertos y montaban una ametralladora Hotchkiss con poco arco de disparo (lo que reducía su capacidad operativa). Respecto al modelo británico presentaban mejoras en el sistema de amortiguación lo que mejoraba sus prestaciones campo a través.

Las pruebas con estos prototipos sirvió al ejército polaco para definir unos criterios de producción que darían nacimiento al TK 3 en 1931 que es el modelo más numeroso de la serie (unos 300). La principal diferencia con el TK 2 era que la cámara de combate iba cubierta con lo que la dotación tenía cierta protección contra los ataques con granadas u otras bombas ligeras.

El modelo 3 dejó de producirse en 1933 porque un año antes se habían introducidos ciertas mejoras que dieron lugar al TK S. Un modelos con la ametralladora en un montaje esférico que la daba mayor arco de acción, un motor más potente (un Fiat de 42 CV) y una mayor protección que volvió a bajar sus prestaciones en campo a través. De este modelo se llegaron a construir 400 ejemplares hasta 1935, pero muchos aún estaban operativos cuando los alemanes atacaron Polonia.

La última evolución de la serie Ursus fue la 4 TP. Era una modificación bastante importante que mejoraba las prestaciones de la tanqueta (volvía a subir su velocidad) y elevaba su velocidad máxima de nuevo a 55 Km/h. Su mayor aportación al diseño era, sin embargo, la incorporación de un cañón antitanque de 20 mm de la casa Jurek. Sin embargo, el desarrollo del 4 TP fue muy lento y en 1939 ninguna unidad había salido aún de las líneas de montaje. Frente al clima de inseguridad que se vivía en Europa, el gobierno decidió montar los cañones de 20 mm ya fabricados en algunos vehículos TK S ya en servicio, dando lugar al TK S-D. Esta modificación no fue tampoco muy rápida y sólo 20 unidades estaban disponibles en septiembre de 1939.

Los polacos no habían desarrollado un criterio militar en favor de las unidades blindadas (a semejanza de otras naciones como Inglaterra o Francia) y por ello sus unidades de carros se utilizaban como refuerzo para las unidades de infantería y no como unidades diferenciadas. Así, los polacos dispusieron que una compañía de tanquetas TK debía estar adscrita a cada división de infantería y a cada división de caballería. Esta dispersión de efectivos blindados, que nunca llegó a completarse al 100%) resultó completamente ineficaz frente a las concentraciones de carros panzer.

Tras la invasión, muchos Ursus yacían en el campo de batalla destruidos por los alemanes y por los soviéticos. Muy pocas unidades sobrevivieron y, que se sepa, ni los alemanes ni los soviéticos los usaron militarmente en ninguna campaña. Probablemente ninguno sobreviviera a 1939.

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