Llego hasta aquí
EL MAR,
INMENSO MAR
En una escena de una película de submarinos muy famosa, el capitán del buque protagonista recibe un mensaje de otro de sus compañeros de manada indicándole la posición de un convoy enemigo.
A priori, indicar la posición de los barcos enemigos en un punto del mar no tiene mucho problema. cada punto de la superficie terrestre tiene asociada una latitud y una longitud y se puede dar su localización con precisión milimétrica. Este válido sistema cartográfico suponía un problema durante la Segunda Guerra Mundial Los sistemas de detección de la posición eran muy anticuados (comparados con nuestros modernos GPS) y saber la latitud y la longitud en la que se hallaba un buque era, en muchas ocasiones cuestión de confianza. Una situación de combate, el cielo nublado o estar dentro de un submarino en una inmersión podían ser suficiente para no poder calcular la posición de la nave. Una de las primeras cosas que se aprendía al navegar en un buque de la época era que la posición del barco es siempre aproximada, nunca exacta.
A efectos estratégicos es importante saber en que zona o zonas está operando el buque y por ello muchos países desarrollaron un sistema cartográfico marítimo que simplificaba las tareas de dar y calcular la posición mediante la latitud y la longitud. Era un sistema aproximado que se controlaba siguiendo la derrota del barco sobre la carta de navegación. Dicho de otro modo, desde un punto en el que se hubiera comprobado la posición (ya sea porque era un puerto o porque se realizó una medición fiable con el sextante u otro instrumento) el oficial de derrota o navegante iba marcando la trayectoria que seguía el barco encima de las cartas de navegación. mediante el compás del puente sabía la dirección del buque y podía trasladarla a la carta y sabiendo la velocidad y el tiempo transcurrido podía transformarla en una distancia sobre esa línea. Este sistema, naturalmente, era muy inexacto. Una variación de una décima de grado en la dirección (debido a corrientes subterráneas o fuertes vientos) y a lo largo de la jornada el buque tendría una desviación de kilómetros. Igualmente, la velocidad no era constante, las olas o las corrientes hacían que la velocidad variara intermitentemente. Por ello, una de las primeras tareas del navegante al iniciar su turno o, en el caso de los submarinos, al emerger era llevar a cabo una comprobación de la posición. Sin embargo, aunque era inexacto, el sistema aportaba la precisión suficiente para las decisiones estratégicas. Sólo había que encontrar un sistema de referencia en las cartas navales.
Casi todos los países desarrollaron su propio sistema de referencia, pero en este artículo comentaremos el sistema que la marina alemana utilizaba para dar informaciones navales estratégicas (preferentemente hundimientos enemigos). Dejamos para otros artículos el sistema de los Aliados. En la película a la que hacíamos referencia al principio (por cierto, Das Boot; muy recomendable), el capitán recibe la posición del convoy con un sistema de dos letras y cuatro dígitos emparejados dos a dos. Le dicen algo así como: AK-4623. Veamos lo que significa:
Como se aprecia, todo el mar Atlántico estaba dividido en zonas y cada una de estas zonas tenía como referencia dos dígitos alfanuméricos. Así, el AK del ejemplo, hace referencia a una zona en mitad del Atlántico norte a medio camino entre Terranova e Inglaterra, al sur de Groenlandia (una zona llena de convoyes Aliados, sin duda). La deformación de los sectores del ecuador hacia los polos (pareciendo estos últimos más grandes) es debida a la proyección. La Tierra no deja de ser una esfera y proyectarla sobre un plano suele tener estas consecuencias.
Cada una de las zonas estaba dividida a su vez en una serie de sectores. En general repartidos de la forma que muestra la figura, pero que en sectores que no tenían una forma cuadrada (como en nuestro caso) podía haber algún sector que no existiera. Por ejemplo, la zona AK no tiene el sector 1.
A su vez, cada uno de estos sectores se podía dividir en nueve subsectores y así sucesivamente hasta el infinito. Afortunadamente para los navegantes, los alemanes sólo dividían 4 veces los subsectores aunque su sistema (conocido como sistema de cuadriculas) permite, en teoría, una división infinita y, por tanto, una precisión extrema. Cada uno de los sectores o subsectores se nombraba por el dígito (de 1 a 9), empezando, de izquierda a derecha, por el sector de mayor superficie y siguiendo por orden de mayor a menor tamaño.
Por tanto, en el ejemplo que estamos usando, estamos en la zona AK en el sector del centro a la izquierda (4), de éste en el centro a la derecha (6), del siguiente, arriba en el centro (2) y arriba a la derecha (3) en el último. O lo que es lo mismo: