Xalîn, Lluvio 1547
Sólo un loco se adentra en una olvidada ruina sin haber estudiado antes su origen y las leyendas locales. Estas fueron las sabias palabras de Roba y la razón por la que los Cinco se adentraron en la biblioteca de Xâlin antes de acercarse a ver la maravillas de las cadenas de Pel.
Los eruditos del lugar les recibieron con esa fría cordialidad de aquel que piensa que les estás interrumpiendo el trabajo con tonterías. Las leyendas sobre las cadenas son tantas como ancianos de las islas. Cada uno se ha inventado una y estas han pasado de generación en generación, pero nuestros aspirantes a eruditos no desesperaron y consiguieron permiso para consultar los polvorientos legajos, cuanto más viejos, mejor, por supuesto.
¡Ay! La lectura no está hecha para todos los seres y no Tempesta y Valtar no tardaron mucho en encontrar otra ocupación. ¿Cuántas habitaciones crees que puede tener este sitio? Y, naturalmente, se perdieron y se toparon con un misterio más antiguo quizás que aquel que sus compañeros aplicados estudiaban en la sala de lectura. Sigue leyendo