Autor: Sergio Jurado
El bilsang es un juego inventado por el escritor Mike Resnick y el actor y escritor Alex Wilson (quien, por cierto, ha publicado artículos en la revista Dragon) que se integra en el Universo Birthright, una ambientación de ciencia-ficción surgida de la mente del primero. Estas reglas están descritas en la novela Pirata, publicada en castellano por la editorial Timun Mas y que recomiendo encarecidamente a todos los amantes del space-opera ligero y de los piratas espaciales.
En su hipotética adaptación al universo EXO, el bilsang sería un juego humano y, más concretamente, refepero, ya que se basa en la idea de que los jugadores tratan de desplegar un sistema de boyas de vigilancia a lo largo de la frontera verriana. Lo inventó un tecno llamado Bilsang con el objeto de pasar las largas horas de viaje durante la segunda guerra contra los insectoides. Bilsang formaba parte de un grupo de tecnos de la 2ª Flota encargados mantenimiento del sistema de boyas que permitían detectar las naves enemigas que se internaban en la República. La localización de estas boyas era (y aun hoy sigue siendo) sumamente secreta ya que, al estar situadas tan cerca de territorio enemigo, son extremadamente vulnerables ante las incursiones. Por este motivo, las pequeñas naves a bordo de las cuales viajaba el personal encargado de su despliegue y mantenimiento tenían orden de llevar a cabo una «navegación silenciosa», lo que significaba que viajaban con el mínimo de sistemas activos, intentando minimizar su huella energética ante los sensores. Estas precauciones se extremaban incluso más durante la fase final de aproximación a una boya. El procedimiento consistía en saltar a una distancia prudencial de la misma y viajar durante varios días a velocidad de deriva, con los motores apagados y encendiéndolos solo para corregir el rumbo. Esto era necesario para asegurarse de que no existía actividad enemiga en las inmediaciones. Durante estos lentos y tediosos tránsitos se prescindía de todos los aparatos electrónicos no esenciales, lo que incluía los sistemas de ocio como consolas de holojuegos y reproductores de holofilms.
Como resultado de esto, los tecnos asignados a bordo de estas naves debían pasar días y días recurriendo a medios de entretenimiento considerados anticuados, como son la lectura de novelas lineales (denominadas así por disponer las letras en líneas paralelas y carecer de interactividad con el lector), los deportes de interior (como los bolos espaciales o la petanca G0) y, por supuesto, los «primitivos» juegos de mesa.
El Bilsang pronto se convirtió en un juego muy popular, no solo entre los equipos de boyas sino también entre los demás militares del frente. Incluso a día de hoy sigue siendo muy practicado por los miembros de la Armada. En todas las Flotas se llevan a cabo torneos anuales de bilsang y, de hecho, cada tres años se convoca un gran torneo que reúne a los campeones de las distintas Flotas de la Armada, con un premio equivalente a una triple paga y un mes de permiso para el ganador. Los miembros de la 2ª Flota se enorgullecen de que sus representantes suelen ganarlo prácticamente todos los años. El actual campeón de la Armada es un veterano y malhumorado tecno de la 2ª Flota llamado Neo Cazalla López, quien se ha proclamado vencedor del torneo en cuatro ocasiones consecutivas.
Bilsang: juego para dos jugadores
Preparativos
Piezas necesarias: veinte piezas más o menos similares (monedas, tuercas, contadores de Magic, etc.).
Disposición: las veinte piezas, denominadas boyas, se distribuyen sobre la superficie plana en cuatro hileras de cinco. La distribución de las cinco hileras representa la frontera verriana, por lo que llamaremos frontera a dicha superficie de juego.
Juego
Ejemplos de movimiento inicial:
Movimientos no aceptados
Está prohibido jugar con las dos boyas que el jugador ha empleado en el movimiento inmediatamente anterior aunque, por el contrario, sí que se permite mover una de dichas boyas en combinación con otra.
Ninguna de las boyas debe separarse de la frontera verriana. Todas las boyas deben tener por lo menos una boya en una casilla contigua, aunque sea en diagonal. Así pues, un movimiento que pasara de esta configuración:
Penalizaciones
Si uno de los jugadores se encuentra con que no tiene la posibilidad de desplazar dos boyas en la dirección requerida, puede intercambiar la dirección de su juego con el otro jugador. A modo de penalización, el otro jugador, en la jugada siguiente, tendría que mover una única boya.
Ejemplo: el jugador 1 mueve las dos boyas en dirección horizontal y el jugador 2, a continuación, no puede mover dos en dirección vertical. El jugador 2 cambia de orientación y mueve dos boyas también en dirección horizontal. A continuación, tendrá que ser el jugador 1 quien mueva las boyas en dirección vertical pero, entonces, tendrá que mover una única boya hacia arriba o hacia abajo, y no las dos que habitualmente se requerirían.
Si uno de los dos jugadores se encontrara con que no puede mover dos boyas en ninguna dirección procederá a retirar una de las boyas de la frontera. Dicha boya se considerará destruida por el enemigo, siendo denominada «boya perdida». Ambos jugadores tienen que guardar todas sus boyas perdidas en un montón aparte. El jugador puede elegir la boya que se perderá pero con la condición de que, al retirarla, no quede ninguna otra boya desconectada de la frontera.
Objetivos del juego
La partida de bilsang finaliza cuando solo queda una boya en la frontera. Gana el jugador que haya acumulado un número menor de boyas perdidas.
Los jugadores veteranos de bilsang saben emplear las penalizaciones en provecho propio para cambiar la orientación de sus jugadas cada vez que le convenga y no solo cuando no le quede más remedio y retirar las boyas de acuerdo con sus intereses en el juego.