Ser un veddio es ser alguien orgulloso de tus raíces, alguien muy apegado a la tradición. La familia, lo primero. El clan, lo segundo. El planeta, lo siguiente. Y por último, la especie entera. Puede que existan rencillas entre ellos, pero en los últimos años han mostrado un bloque monolítico frente a las demás especies como muestra de orgullo.
Esto no era así antes. Cuando fueron una civilización galáctica (cosa que no han olvidado) eran? como los humanos. Más divididos que unidos, avanzaban a base de peleas intestinas por el control de los demás. La guerra que perdieron frente a la actual RFP les ha hecho cambiar de actitud y cerrar filas en torno a los suyos.
Esto está ayudando a generar un sentimiento de camaradería que anteriormente era difícil de encontrar entre miembros de distintos clanes. No quiere decir que esta situación haya desaparecido (existe de puertas para dentro y de manera habitual) pero sí que se ha relajado esta actitud con creces.
En la actualidad se están extendiendo de nuevo (sobre todo por el sector Coco) y son la punta de lanza de expansión de la RFP y en algunos planetas como raza mayoritaria. Los combates en los que están envueltos les aporta a ojos de los suyos más gloria para sí mismos y sus clanes. Nada hay más importante para un veddio que el honor y la gloria que obtiene en combate.
A pesar de ser reacios a interactuar sobre todo con los humanos (los cuales, no lo olvidemos, fueron sus esclavos durante un tiempo) se han acostumbrado a trabajar con ellos y obtener ciertos beneficios de los que se aprovechan: viaje espacial, armamento, etc.
Un veddio es una combinación ecléctica de tecnología moderna (humana pero adaptada a sus particulares características) y antigua, propia que representa un trozo de su cultura y tradición: ejemplos de ello son sus ropajes tradicionales, sus cuchillos y armas primitivas de carácter ritual (pero que aún se usan para hacer la guerra o dirimir disputas: [08561 ), sus tatuajes, sus cicatrices, etc. (si quieres saber más: 07142 )
Son monógamos y toman pareja de por vida. Nunca se casarán de nuevo si su cónyuge fallece por cualquier causa. Podrá tener una nueva pareja, pero nunca se reconocerá como matrimonio a efectos legales de herencia, paternidad, etc. Esta tradición genera muchos problemas en ocasiones y es una de las clásicas situaciones de enfrentamiento entre clanes que se enquistan durante generaciones. Son muy protectores con sus retoños.
Son valientes y arrojados y encabezan por lo general los combates. Eso les ha valido una fama de guerreros aguerridos y duros que son difíciles derrotar. A diferencia de los olieros, los veddios planifican y no se lanzan a lo loco contra el enemigo.
Siempre han jugado, no obstante, sobre todo en al RFP un papel de villano o de enemigo interior del que hay que guarecerse. Esto es fruto de la antigua guerra humano-veddia y es una tendencia difícil de revertir. Las últimas actuaciones del Gobierno de la RFP como el indulto a los piratas veddios o las concesiones de tierras en planetas del sector Coco han ido encaminadas a relajar esta situación, pero es un hecho que los veddios son vistos como el hombre del saco por muchos ciudadanos de la RFP. Y en ocasiones se nota de manera obvia. No es extraño el negocio que no permite a los veddios entrar o que no contrata personal veddio.
Los veddios adoran las sagas épicas orales o escritas que narran o leen en sus celebraciones especiales. También les gusta la poesía de batalla, en la que Juvan Pakkaira es una auténtica sensación. Son relatos del día a día de una compañía militar veddia narrada en verso y resaltando valores como el honor, la valentía o la camaradería. Son también unos consumados creadores de arte digital en 2D y la Universidad de Vettera tiene una enorme sección dedicada a ello, que los veddios consideran que es un robo y apropiación cultural de los tiempos de la guerra.
Su gastronomía es, por el contrario, demasiado espartana. Priman más el aporte calórico que la presentación o el sabor. La sopa de sangre y tripas de bardo y su repugnante olor es legendaria entre los viajeros espaciales. Están empezando a añadir variedad a su dieta, pero va poco a poco. Las tradiciones mueren despacito.