Pangea – Silbato dwaldur

Silbato dwaldur - la fotografía en realidad es un silbato de la cultura Hopewell (Ohio, EEUU, 400 a. C.)

Los dwaldur fabrican silbatos con los huesos largos de sus enemigos tras devorarlos. Prefieren usar los huesos de los brazos, aunque se han visto silbatos con huesos de la clavícula e, incluso, costillas. Suelen tener un puño de largo y un orificio acanalado que es el que produce el sonido. La médula interior es un manjar y se la comen, pero el interior del hueso es limpiado y limado a conciencia para afinar el instrumento.

El exterior del hueso se graba con dibujos y adornos geométricos a gusto del propietario. Existe una leyenda que asegura que las tallas las hacen con los dientes, pero, la realidad es que las hacen con instrumentos punzantes y que su aparente tosquedad es fruto de la inexperiencia artística de su fabricante.

De cada víctima sólo se puede fabricar un silbato y esa tarea corresponde a aquel que lo venció en combate. Él elegirá el hueso y lo preparará a lo largo de muchas jornadas. Un guerrero dwaldur puede fabricar muchos silbatos a lo largo de su vida, pero solo usará aquel que considere más relevante, el enemigo más prestigioso. El resto de silbatos los guarda y forman parte de su ajuar funerario, aunque si muriera en combate, sus silbatos se destruirían.

El sonido del silbato es agudo, casi en el límite auditivo y los dwaldur tocan los silbatos antes del combate como una forma de darse valor y amedrentar al enemigo. Se debe pasar una TA de Coraje para no ser amedrentado por el sonido (+3 a todas las acciones); los dwaldur tienen un -5 a esa tirada, pero la dificultad final vendrá marcada por el número de silbatos que suenan al unísono (a mayor número, mayor dificultad).

Las gentes de Pangea que no son dwaldur creen que estos los utilizan como una forma de comunicación y que pueden formar mensajes con ellos que se transmiten con facilidad entre las montañas. Quizás haya algo de verdad en ello, pero, hasta la fecha, ningún dwaldur ha confirmado esta posibilidad. Son celosos con sus secretos.

Además, fuera del pueblo dwaldur, se cree que son poderosos talismanes capaces de espantar a los enemigos (en especial a los animales salvajes). La única forma de tener un silbato dwaldur es robándolo (o matando a su portador original) por lo que no es una buena idea ir enseñándolos cuando hay dwaldur delante. En verdad, el agudo sonido del silbato puede hacer huir a algunos animales (TA de intimidar), en especial a los que tengan oídos sensibles (como los felinos).

Algunos comerciantes venden con mucho secreto silbatos de origen dwaldur. Contarán una rocambolesca historia de cómo los han conseguido y exagerarán sus propiedades. En general, esos silbatos son falsos y están fabricados con huesos de animales o de fallecidos no dwaldur. Puede que su sonido se parezca a los originales, pero no tienen sus mismas propiedades. Cualquier dwaldur los reconocería con facilidad (TA de Hueso y marfil), pero las demás razas tendrán más difícil descubrirlo hasta que estén frente a frente con un brontotigre.

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