Autor: Sergio Jurado
Ofi es un sistema solar de importancia menor muy próximo a la frontera iroiendi, en el sector Bedia. El sistema Ofi es doble, con dos estrellas (una gigante azul y una subgigante azul) en torno a las cuales giran dos planetas habitados.
La capital del sistema es Ofi II, el planeta Arehuhbe (gentilicio de los habitantes: «arehuhbos»), un planeta de clima cálido, atmósfera estándar y una población de poco más de ochenta millones de habitantes. La rotación del planeta es extremadamente lenta, 79 días estándar. En torno a Ofi II orbita una única luna deshabitada llamada Ohvuduzo.
El otro planeta del sistema es Ofi I, más conocido como Ulfi (gentilicio de los habitantes: «ulfíes») que, pese a ser de mayor tamaño, tiene menos de veinte millones de habitantes debido a su atmósfera rara. Su rotación es terriblemente lenta: 196 días estándar, alternando largos períodos de luz y oscuridad.
Casi tres cuartas partes de los habitantes de Ofi son humanos, siendo los jional la segunda especie más numerosa.
Demografía
Los habitantes de Ofi son mayoritariamente humanos. Si bien, entre ellos existen dos etnias distintas:
Los arehuhbos son musculados y atléticos pero bajitos, con una altura media de 165 cm. De pelo oscuro y tez olivácea, con ojos verdes o marrones. Su cultura es, comparada con la de otros planetas de la RFP, bastante conservadora (léase anticuada y tradicional), motivo éste por el que muchos jóvenes arehuhbos abandonan el planeta para viajar a otros mundos en donde no se sientan tan coartados por el peso de la tradición y las convenciones sociales. Las mujeres suelen llevar el pelo trenzado en diseños complejos y los hombres suelen dejarse bigote y perilla de chivo, que a menudo trenzan y decoran con abalorios. Ambos sexos suelen vestir túnicas cortas de colores terrosos ceñidos a la cintura con fajines de colores brillantes, faltriqueras y una especie de sandalias llamadas catafractas.
Por su parte, los ulfíes son descendientes de los habitantes «originales» del planeta Ulfi. Tienen la piel tostada y los ojos, pequeños, negros y muy juntos, con una caja torácica desproporcionadamente grande que les hace parecer paticortos. El motivo es claro: sus pulmones son un 15% más grandes que la media humana. Gracias a ellos y otras pequeñas adaptaciones, son capaces de soportar sin problemas la leve toxicidad de la atmósfera de su planeta. Los no-ulfíes que visiten el planeta deben quedarse a resguardo, en el interior de los edificios especialmente habilitados, emplear respiradores o someterse a procesos de purificación de la sangre (medicación y una hora diaria en una cámara de oxigenación) durante su estancia. Los médicos que han examinado a los ulfíes han encontrado trazas de manipulación genética deliberada, probablemente destinada a provocar una rápida adaptación a la rara atmósfera y la intensa luz que el planeta recibe de sus dos soles. Los ulfíes visten con ropas amplias de color blanco, adaptadas al caluroso medio en el que viven. La mayoría llevan cananas, machetes y otros pertrechos útiles. Raramente salen de casa sin un arma, el desierto de Ulfi es un lugar peligroso en el que habitan animales feroces.
El resto de la población de Ofi es mayoritariamente jional. Los jional de Ofi descienden de una oleada de inmigración que llegó desde Calene hace tres siglos. Los jional se aclimataron sin problemas al clima de Arehuhbe, muy similar al de su planeta natal. Hoy en día constituyen el 40% de los habitantes de Arehuhbe (y en torno a la cuarta parte de los habitantes de todo Ofi). Su cultura ha permanecido bastante fiel a la de su planeta natal debido a la relativa «cercanía» de éste. De hecho, es un secreto a voces que todas las semanas parte desde Ofi alguna nave jional con destino Calene y viceversa, lo que constituye una violación de la prohibición de que las naves civiles viajen al interior del brazo Alfeiron.
Historia
Ofi II (Arehuhbe)
Primera colonización
La primera referencia al sistema Ofi aparece en una antigua carta espacial sheller de la época en que esta especie surcó por primera vez la negrura del espacio. Se trata de una escueta anotación en el diario de a bordo de una nave exploradora, en la que se señala que su nave ha descubierto un sistema con dos estrellas en torno a las que orbitan dos planetas, uno de los cuales potencialmente habitable. Aparte de eso, que se sepa los sheller nunca más volvieron a poner un pie en el sistema.
Nadie sabe cómo ni cuándo llegaron los humanos a Ofi. Ningún documento se ha conservado de aquella época, y las primeras referencias fiables provienen de los exploradores vetteranos que «redescubrieron» el sistema en el año 311 dV. En esta época, los ulfíes ya presentaban las modificaciones anatómicas adaptativas a su peculiar atmósfera (la atmósfera de Ulfi es rica en óxido nitroso, tóxico para los humanos en concentraciones abundantes o tras una exposición prolongada).
Pese al ambiente adverso a la vida humana, según los datos recopilados por los historiadores de la Primera Expansión, el «Augurato de Ulfi» fue uno de los pequeños estados que florecieron durante los Años Oscuros. El Augurato era en realidad una tenue alianza formada por una docena de reyezuelos de los dos planetas habitados del sistema Ofi, ligados entre sí mediante vínculos de parentesco y vasallaje. La alianza estaba liderada por los «Augures», una monarquía con tintes teocráticos de Reyes-Profetas que gobernaban desde su ciudad sagrada, Uésca, sita en Ulfi. Se estima que a pesar de su pretencioso nombre, el Augurato estaba formado por una población de menos de 350.000 habitantes.
A muchos historiadores les resulta extraño que, siendo Arehuhbe (que entonces no se llamaba así) un planeta mucho más habitable que Ulfi, fuera en éste último en donde estuviera situada la capital del Augurato, la sagrada ciudad de Uésca. Esto es atribuible a motivos estrictamente religiosos; según los historiadores, los Augures creían que Uésca se alzaba en un nexo de energías telúricas que favorecían sus visiones. En realidad, todo esto sea atribuible a las potentes alucinaciones inducidas por la exposición prolongadas a las altas concentraciones de óxido nitroso que se dan en dicha región.
Contacto con la República
Según los diarios de la misión de los exploradores vetteranos que llevaron a cabo el «primer contacto» con los ofíes, éstos contaban con una flotilla formada por ocho o nueve naves espaciales (aunque solo tres de ellas tenían un tamaño superior a un carguero ligero y ninguna con capacidad de viaje sublumínico operativo). De hecho, es sabido que, incluso antes de la llegada de los vetteranos, los ofíes comerciaban con los mercantes independientes que esporádicamente visitaban el sistema. Y entonces, la República de Vettera volvió sus codiciosos ojos hacia ellos…
Una súbita serie de desafortunados desencuentros diplomáticos seguidos del ataque a una nave comercial que viajaba bajo bandera federal por parte de una nave militar ulfí (los historiadores no se ponen de acuerdo sobre si el capitán de la nave atacante actuó o no bajo órdenes del gobierno de Ofi o de si se trató de una provocación deliberada por parte de Vettera con el objetivo de crear un casus belli que les permitiera anexionarse el planeta) desembocaron en una brevísima guerra de conquista y toda la familia real ulfí muerta o bajo custodia, así como con Ofi asimilado por la fuerza dentro de la República de Vettera.
Sin embargo, una vez derrotados, resultó que la RFV carecía de un auténtico interés en establecer una presencia permanente en este remoto lugar, ya que su política de expansión estaba en ese momento centrada en dirigirse rápidamente hacia los extremos de los brazos Omega, Curete y Homo. Además, tampoco parecía rentable establecer una guarnición para vigilar un planeta levantisco que, aparte de arena y rocas, poco más tenía que aportar al conjunto de la República.
La solución adoptada al respecto por la Comisión de Reparaciones de Guerradel Senado de la RFV fue, como tantas otras adoptadas durante esta época, draconiana: los úlfíes fueron «desahuciados» de su mundo a la fuerza, obligados a abandonar su planeta natal, divididos en quince grupos separados y realojados a la fuerza en sendos planetas del brazo Omega cuya colonización había sido declarada «prioritaria» por motivos galectoestratégicos. La RFV de esta época no se andaba con chiquitas en sus esfuerzos de reunificación de la especie humana…
Por supuesto, en apenas dos generaciones todo trazo de la cultura ulfí se había diluido de sus descendientes, que fueron fagocitados cultural y étnicamente por otros contingentes de colonos. Por su parte, excepto por un puñado de renegados ulfíes que evitaron obstinadamente su captura y deportación (y que pronto verían su nivel tecnológico retroceder hasta niveles pre-espaciales), Ofi pasó a convertirse en un sistema despoblado y sin interés. Y así permanecería durante los siguientes dos mil años…
Segunda colonización
Ofi no volvería a ser colonizado hasta finales de la Segunda Expansión. En el año 2288 dV., la primera de una serie de naves coloniales aterrizó en Ofi II. En realidad, los «colonos» eran en su mayoría antiguos combatientes del bando perdedor en una guerra civil en un planeta del sector Nenera llamado Huhbe, a quienes los vencedores les habían dado la oportunidad de abandonar el planeta, junto con sus familias, al amparo de la oferta realizada por un consorcio de pequeñas empresas que había adquirido los derechos de colonización sobre el planeta.
Los colonos bautizaron extraoficialmente el planeta como Arehuhbe («Nuevo Huhbe» en su lengua natal), si bien la denominación que aún a día de hoy aparece en todos los documentos oficiales es la de Ofi II. Todos los colonos llegaron al planeta con un contrato de trabajo que les vinculaba laboralmente al Consorcio durante los siguientes 99 años (lo que en la práctica significaba que se trataba de un contrato vitalicio). Éste es un tipo de contrato moralmente discutible pero legal en muchos planetas de la RFP. En palabras de algunos senadores de la oposición: «el Senado de la República no aprueba el esclavismo, pero a veces lo disimula muy bien».
Como suele ser natural en las colonias fronterizas y más en una fundada en estas condiciones, los habitantes de Ofi II nunca han tenido un fuerte sentimiento de pertenencia a la RFP. Durante la segunda guerra Verriana, Ofi II se convirtió en un puerto de escala para las naves militares que regresaban del frente, motivo por el cual se instaló una pequeña base militar en el planeta y se reforzó su guarnición con una fragata que había sido retirada de primera línea. Por desgracia, al contrario que en otros mundos la presencia de la Armada no trajo consigo un beneficio económico al planeta: las pocas naves que recalaban en este lugar solían tener prisa por regresar cuanto antes a sus planetas de origen (los permisos eran breves durante el conflicto) y los militares de paso apenas gastaban dinero en los negocios locales.
Hace trescientos años, coincidiendo con una oleada de inmigración jional procedente de Calene, los primeros agentes iroiendi llegaron al planeta y comenzaron a subvertir la sociedad de Ofi, haciendo prender la llama del descontento a causa de la prolongada guerra en la que, según ellos, les había metido a la fuerza el gobierno federal.
En el año 3341 dV. se libró la batalla de Ofi, que en los libros de Historia apenas se reseña como una escaramuza entre la flotilla local y un destructor verriano muy dañado que había escapado de la batalla del Pie de Rey. Tras un prolongado combate, la nave verriana se precipitó sobre Arehuhbe, causando cientos de miles de muertos y una verdadera catástrofe medioambiental. Durante la siguiente década gran parte de la población se vio obligada a abandonar el planeta y reubicarse en otros sistemas cercanos.
Por supuesto, los agentes iroiendi no tardaron en capitalizar la terrible devastación causada por los verrianos. Dando un paso más, el último siglo ha visto el nacimiento de Arehuhbe Renacido y Orgulloso (ARO), un grupo nacionalista radical que propugna la secesión del planeta, la liberación del «yugo» federal y la expulsión de todos los extranjeros que ocupan puestos relevantes en las empresas locales. ARO lleva a cabo acciones violentas de forma intermitente contra ciudadanos y compañías extraplanetarias afincadas en el planeta, habiendo sido la más destacada el asesinato de un delegado diplomático federal hace doce años.
Como resultado de las acciones de ARO, la mayoría de los foráneos que por motivos profesionales se ven obligados a vivir aquí desconfían de los nativos, en cada uno de los cuales ven a un potencial terrorista. Esto resulta bastante injusto, ya que el apoyo a ARO es ferviente pero minoritario entre la población, y la mayoría de los nativos no comulga con sus métodos, aunque sí con algunas de sus ideas más moderadas (la protección y fomento de la Cultura nativa frente a las influencias externas, obligación por ley a que en las empresas se reserve a nativos al menos la mitad de los puestos directivos, etc.).
Ofi II en la actualidad
Sistema político
Durante el último milenio, Arehuhbe ha permanecido en poder de sucesivas encarnaciones del Consorcio comercial que se hizo cargo de la colonización, el cual actualmente existe bajo la denominación de «Consorcio de Entidades Corporativas de Ofi» (CECO). Por supuesto, la inmensa mayoría de las empresas que lo fundaron han desaparecido o han sido sustituidas por otras que adquirieron de una u otra forma su participación en el mismo.
En la actualidad, este Consorcio está formado actualmente por una docena larga de empresas que son quienes nombran al Premier, mediante voto ponderado en virtud de sus respectivas aportaciones económicas a los Presupuestos Generales Planetarios. Con todo, el sistema no es totalmente antidemocrático ya que los ciudadanos de Ofi pueden influir en la elección mediante su voto, siempre que acrediten trabajar para el Consorcio (el llamado «voto laboral», que representa un 10% del total del voto) o bien si están en posesión de un determinado número de acciones de las compañías integradas en el mismo (el «voto accionarial», otro 15% del total del voto). El resto (10% del total de los votos) proviene del llamado «voto popular», entre todos los habitantes censados en Ofi II.
El Premier, más correctamente denominado Premier Ejecutivo, es elegido cada cinco años, pudiendo repetir cargo en un máximo de cinco ocasiones. Preside el Consejo Ejecutivo, que está formado por un representante de cada una de las compañías que integran el CECO. Una cámara de representación de las compañías intenta sin mucho éxito dar el pego como poder Legislativo mientras que un Cuerpo de Funcionarios Judiciales de diversas categorías hace lo propio con el Judicial. El actual Premier responde al nombre de Vin Fannir, que ocupa el cargo desde hace ocho años. La sede del gobierno es la conocida como «Cámara del Comercio», situada en la capital de Arehuhbe, la ciudad de Anirti, el más populoso centro urbano de Arehuhbe.
Ejército
Aunque en su día llegó incluso a contar con una fragata ligera (que resultó destruida durante la batalla de Ofi), actualmente la flota defensiva de Ofi apenas está formada por una única corbeta clase Tempestas, dos patrulleras P-60 Rayo, seis patrulleras clase Rehilete y dos alas completas de cazas trialón, de los cuales probablemente solo la mitad está en condiciones de despegar.
La flotilla de Ofi tiene su base en una estación orbital que gira en torno a Arehuhbe, si bien las patrulleras y, ocasionalmente, la Tempestas realizan patrullas por el sistema. Desde el advenimiento de los iroiendi y la nueva situación como «punto caliente» debido a la cercanía del sistema a la nueva frontera, muchas voces críticas (provenientes de los grupos de presión que representan a los «nativos») han pedido que Arehuhbe se rearme y adquiera más naves de combate modernas. No obstante, tal inversión es considerada un despilfarro de dinero por la mayoría del Consorcio («Actualmente no estamos en guerra, ¿para qué necesitamos naves militares?») por lo que no es probable que la flota planetaria sea reforzada a corto plazo.
Otros datos
En los últimos años el movimiento independentista de Ofi ha dado un giro radical y especialmente siniestro: algunos de sus líderes han empezado a propugnar la secesión de la RFP y la incorporación del sistema al Estado iroiendi. Por supuesto, esto no es algo casual sino el fruto de la perturbadora labor que los agentes iroiendi llevan décadas desarrollando en Ofi. Lo normal en una situación así es que un grupo exo de la 1ª BriPel hubiera tomado cartas en el asunto hace tiempo pero, hasta ahora, el CECO se ha resistido a hacer una petición oficial al Senado, afirmando que se trata de un problema de estricto orden interno.
Con objeto de atajar el problema del terrorismo, la legislación en Arehuhbe es bastante restrictiva respecto a la posibilidad de que los civiles porten armas: solo se permite la posesión de armas de caza o por parte de profesionales de la seguridad privada, y siempre con autorización administrativa. Los extranjeros visitantes pueden obtener un permiso temporal para conservar sus armas si así lo solicitan, pero tendrán que aportar una muy buena razón para ello y, además, tramitarlo llevará tres o cuatro días.
Anirti
Esta ciudad, la capital planetaria de Arehuhbe, es el mayor núcleo urbano del sistema Ofi. Con una población censada de ocho millones y medio de vecinos, aquí es donde vive la inmensa mayoría de los residentes extranjeros. Casi todos son empleados de la rama local de alguna corporación extraplanetaria integrante del CECO, siendo los demás personal diplomático, militar (sigue habiendo un pequeño enclave de la Armada dentro de la base de la flota planetaria local, en donde también existe un consulado federal) o personal al servicio de la Fundación Ágora, la principal institución universitaria del planeta.
Anirti está situada en una de las costas más frescas del planeta, gozando de una confortable temperatura media de unos 30 grados durante la mayor parte del año. La ciudad está situada en la desembocadura de un caudaloso río (Río Anirti) de casi un kilómetro de anchura, quedando dividida por éste. El centro administrativo y financiero de la ciudad así como su casco histórico están situados en la orilla sur, cubriendo casi toda la orilla norte interminables barrios dormitorio formados por largas hileras de casas unifamiliares. Numerosos aerocoches, embarcaciones y vehículos de todo tipo, tanto privados como públicos, lo cruzan continuamente llevando pasajeros de una zona a otra a cualquier hora del día o de la «noche» (el planeta gira en una lentísima rotación de 79 días…).
Ofi I (Ulfi)
Historia
El otro planeta del sistema, oficialmente denominado Ofi I y más conocido como Ulfi, está deshabitado o, más bien, para la RFP está deshabitado. A nivel oficial, se trata de un planeta pendiente de una futura colonización/explotación. En realidad, se trata de un planeta sin ley en donde viven casi veinte millones de personas, la gran mayoría de ellos humanos. De estos, más del 90% son nativos ulfíes, descendientes del puñado de renegados que hace milenios se negó a abandonar su mundo tras su conquista por Vettera. Los nativos se agrupan en clanes familiares que viven de la agricultura de mohos subterráneos y la minería rudimentaria. El resto de los habitantes de Ulfi son personas procedentes de Arehuhbe que se han instalado en el pueblo de Comuna, único enclave urbano del planeta.
Un último grupo está formado por los jional, que constituyen el 13% de la población total. Son descendientes de los colonos jional llegados hace tres siglos que no tuvo demasiados problemas para adaptarse a la vida en el desértico Ulfi. Suelen llevar una existencia como pastores nómadas, comerciando con la carne, leche, sangre y otros productos tanto con los clanes locales como con los enclaves mineros (a menudo sirviendo como enlace y mediador entre ambos grupos). Los jional de Ulfi viven y se desplazan en largas caravanas formadas por «reptadoras del desierto», masivos camiones-oruga a bordo de los cuales transportan sus rebaños de un oasis a otro.
En ocasiones se producen enfrentamientos entre mineros, clanes y pastores jional, aunque pocas veces el asunto va más allá de unas cuantas escaramuzas. Pese a todo, el desierto de Ulfi está sembrado de ruinas de enclaves arrasados, minas abandonadas y reptadoras destruidas, testigos de una pequeña batalla que fue llevada a sus últimas consecuencias.
Cornalones jorobados
Los rebaños de los jional están formados, mayoritariamente, por cornales (ver enlace aquí: ). Los cornales fueron traídos a este lugar por los mineros humanos; sin embargo, fueron los jional los que adquirieron un gran número de estos animales y se dedicaron exclusivamente a su cría. Como siempre, estos sorprendentes animales se adaptaron rápidamente a su nuevo entorno y, en apenas unas generaciones, dieron lugar a una nueva especie: los cornalones jorobados de Ulfi.
Los cornalones de Ulfi se diferencian de sus antepasados en que han perdido la mayor parte de su pelo, sustituyéndolo por un pelo corto de color arena. Además, han modificado su sistema pulmonar para poder respirar la densa atmósfera de Ulfi. Sin embargo, la adaptación más aparente ha sido la reducción de su tamaño y la aparición de una giba dorsal. Los cornalones jorobados no poseen las virtudes Muy fuerte o Pellejudo, pero a cambio han adquirido otras:
Respiración adaptada: el cornalón es capaz de respirar sin dificultad en la exótica atmósfera de Ulfi. Sin embargo, podría tener problemas en ciertas atmósferas ligeras.
Giboso: el cornalón puede acumular agua y grasas en su giba, haciendo que no necesiten beber durante largos períodos de tiempo.
Comuna
La mayoría de los habitantes de Comuna son prospectores y mineros que, regularmente, prueban suerte en expediciones de búsqueda de ópalos en la franja más tórrida del planeta (en donde pueden llegar a alcanzarse los 170 grados de temperatura, motivo por el cual está deshabitada). El resto son buscavidas, fulanas y fugitivos de la Justicia. Comuna es, ciertamente, una ciudad sin ley.
El COCE jamás adquirió la concesión de Ulfi así que carece de jurisdicción legal aquí. El descubrimiento de ópalos de gran calidad en el año 3095 dV. por parte de prospectores independientes provocó que la codiciosa mirada del COCE se volviera hacia el planeta vecino. Sin la preceptiva concesión federal que es necesaria para explotar los recursos recién descubiertos y con la idea de ahorrarse el desembolso económico que supondría adquirir los derechos de explotación de Ulfi, algunas de las empresas que forman parte del COCE optaron por comerciar con los clanes de Ulfi, trocándoles tecnología por ópalos. No es extraño que pronto la mayoría de los clanes dejase de lado su actividad agrícola para dedicarse a la minería de ópalos.
Así pues, si bien Ulfi teóricamente es un planeta deshabitado, en realidad está salpicado de campamentos mineros, ya sea de los nativos o de mineros «independientes» que acuden a Comuna a vender su producción al representante del COCE. Éste, aunque carece por completo de respaldo legal, se ha autoasignado el cargo de «Prefecto» y, en la práctica, constituye la única autoridad del planeta.
Para respaldar su control, el Prefecto cuenta con un grupo de mercenarios profesionales contratados, la llamada División tricolor, que se encarga de mantener el orden en la ciudad. Los miembros de la división (apodadostricolos por los ciudadanos castreños) integran una unidad mercenaria del tamaño aproximado de una División reforzada (unos 4.000 efectivos en total) contratada para mantener un mínimo nivel de ley y orden en Comuna. Se caracterizan por llevar uniformes de color arena con el emblema de la unidad, tres circunferencias concéntricas de colores rojo, amarillo y añil, cosido en la espalda y los sombreros. La División Tricolor se formó hace veinte años en Extrema, por lo que no es nada extraño que esté formada mayoritariamente por veddios y humanos. Sin embargo, también cuenta entre sus filas con úkaros, olieros, crelin, cromter y algún que otro lixnel (en puestos médicos y logísticos). Su comandante en jefe es el General Wert Silencio Sommer, un humano de 86 años que ha sido mercenario profesional durante toda su vida adulta; Sommer tiene una reputación ganada como piloto de aerotanque, con 14 blindados enemigos destruidos o inutilizados.
Los miembros de la División cumplen funciones parapoliciales, patrullando Comuna en grupos de cinco. Durante las patrullas llevan chalecos de fibrosílex (protección 0/2 en el pecho y abdomen) y cascos cerrados de monómero de duraluminio (protección 2/4 en la cabeza) equipados con un filtro respirador de alto rendimiento. El armamento de cada patrulla puede variar en función de la situación pero, generalmente, consta de dos rifles ligeros AD-T y dos Ferend AE-1300 cargados con noqueadores múltiples. El oficial al mando suele llevar una pistola 2102-GR. Todos llevan además porras de goma de alto impacto, ideales para disolver tumultos por la fuerza bruta. Por supuesto, todos tienen comunicadores estándar de los más baratos (modelo CE-5, de mano y sin cifrar), un espray neurotóxico (similar a una granada de gas, pero solo se puede usar en cuerpo a cuerpo, tres usos) y media docena de ligaduras de plástico. El oficial al mando porta además un kit de primeros auxilios personalizado para las especies de los miembros de la patrulla.
Noqueador múltiple
También llamados «posta antidisturbios», se trata de un proyectil de gran calibre que se abre dispersando una gran cantidad de pequeños perdigones de caucho o fibrosílex. Solo las armas de gran calibre (tipo III) pueden emplear este tipo de munición pero, si la usan, su daño pasará a ser tipo V. El modificador por el arma lo seguirán manteniendo. Además, los noqueadores múltiples tienen una bonificación de un grado de dificultad en distancias fáciles y muy fáciles y una penalización en el resto de las distancias. Causan pérdida de puntos de golpe, no de vida. Además, no tienen valor de impacto, que es cero.
Los tricolos realizan patrullas con blindados ligeros (en realidad aerocoches civiles reforzados con planchas de blindaje) a los que denominan kulbreds (en referencia a un ave de presa de Ral). Los kulbreds llevan una dotación de tres infantes (oficial/comunicaciones, conductor y artillero). Están armados con dos ametralladoras SH20A montadas sobre una torreta. La División dispone de cuarenta y seis vehículos de este tipo. Además, en su base de disponen de seis aerotanques clase Carcayú, cada uno de los cuales está equipado con un cañón antitanque (daño tipo VI) y dos K47. Los carcayús podrían estar desplegados y operativos en menos de una hora si una fuerza hostil osase atacar Comuna.
En caso de encontrarse con problemas, las patrullas pueden solicitar el refuerzo de uno o más binomios de la denominada «Unidad de tiradores selectos» (una pareja de observador y tirador equipados con armaduras de escaramuza, un rifle AD-T y CK/90). De ser los problemas especialmente graves, también pueden recurrir a una escuadra de la «Compañía D(estrucción)» (entre seis y diez hombres equipados con armaduras pesadas, la mitad con rifles AD-T y la otra mitad con lanzagranadas Mallalaar de fabricación sheller).
Los mercenarios solo responden de sus acciones ante el Prefecto de la ciudad, que es quien paga sus soldadas. De todos modos hay que señalar que no han sido contratados para llevar a cabo tareas policiales (investigar crímenes, perseguir delincuentes, etc.) así que nunca detienen a nadie. En general, cuando hay un altercado del algún tipo se limitan a observar que la cosa no se salga de madre y no afecte a terceros. Si el altercado supone una grave alteración del orden público entran a saco, dando porrazos a diestro y siniestro hasta que la situación se resuelve por sí misma. Si alguien se niega a retirarse o no depone su actitud, abren fuego con los Ferend AE-1300. Si alguien es tan estúpido como para devolver los disparos, pasan a usar los rifles AD-T y solicitan refuerzos. Al Prefecto solo le interesa que se mantenga el orden público justo y necesario para que el suministro de ópalos no deje de fluir a sus manos. El resultado es que Comuna es una ciudad sin ley en la que cada cual debe ser capaz de defenderse por sí mismo, algo que los visitantes harían bien en no olvidar…
El Gran Augur
Ningún no-ulfí lo sabe pero el culto de los Augures sigue muy vivo en la actualidad. En lo más profundo del desierto, allí donde el calor es tan extremo que nada crece y casi nadie se atreve a adentrarse, existe una enorme caverna, a la cual solo puede accederse a través de un tortuoso camino secreto, excavado en la roca viva. La caverna es enorme, capaz de albergar a miles de personas, aunque son muchos menos los que aquí residen. Dispone de su propio manantial, un río subterráneo que irriga los campos de moho que cultivan sus habitantes. En este lugar los ópalos son tan abundantes que surgen del suelo con cada paso. Aquí es donde residen los Augures, la única autoridad que reconocen todos los clanes. Y si hasta ahora la caverna no ha sido descubierta y profanada es precisamente porque sus habitantes han matado a todos aquéllos que se han acercado demasiado. Sus blancos huesos se pulen brillantes bajo el sol del desierto y los restos de sus vehículos descansan enterrados bajo las dunas.
El «clan de los Augures» afirma ser descendiente de un miembro del linaje real de Ulfi, el cual sobrevivió a la guerra contra la República y consiguió eludir la deportación forzosa. Sea o no cierto, lo realmente importante es que la mayoría de los clanes les creen, les respetan y les obedecen en las extrañas ocasiones en que éstos han hecho públicos sus deseos.
Hasta ahora, los Augures no han tomado una resolución definitiva sobre los extranjeros llegados a Ulfi. Por el momento, ni han alimentado ni han impedido el conflicto, limitándose a observar. Tal vez un día lo hagan y los clanes ulfíes se alcen en armas, regando de sangre la arena del desierto y recuperando el planeta para los suyos…
Mientras tanto, la relación entre mineros y nativos es relativamente cordial. A fin de cuentas Ulfi es un planeta bastante grande y, por ahora, los extranjeros se han mantenido casi siempre alejados de las tierras de los clanes, centrando sus prospecciones en áreas despobladas. Muchos mineros también realizan regularmente obsequios y sobornos a los líderes tribales ulfíes, lo que hasta el momento y, salvo incidentes puntuales, los ha mantenido satisfechos y apacibles. De estallar un conflicto global entre ambos bandos, los mineros se hallarían en una desventaja numérica de al menos siete a uno (o más). Por su parte, muchos de los foráneos son expatriados de Arehuhbe bastante receptivos a las ideas de ARO, que goza de un notable apoyo entre la población local y buenas relaciones con los clanes ulfíes. De hecho, parte del programa ideológico de ARO es una reivindicación de la cultura ulfí como la auténtica cultura nativa de todo Ofi. Incluso se ha llegado al extremo de que parte de los inmigrantes mineros se ha «vuelto nativa» en las últimas décadas, en el sentido de que consideran que su hogar es Ulfi y no Arehuhbe, identificándose más con la Cultura ulfí que con la suya propia y adoptando costumbres y vestuario propios de los ulfíes a su vida cotidiana. Cada vez resulta más común ver a los mineros vistiendo ropas ulfíes, muy prácticas contra el calor de los dos soles de Ofi.