Exo – Lanza térmica

Autor: Sergio Jurado

versión revisada de la lanza térmica descrita en el manual básico

La lanza térmica es una herramienta habitual de mantenimiento, aunque también tiene usos menos lícitos. Emite un haz de plasma de grosor variable (entre uno y diez mm) y longitud regulable (entre uno y diez cm) que permite soldar, fundir y cortar cualquier material.

Para manejar una lanza térmica es necesario cierto equipo adicional: por un lado un traje refrigerado si se va a trabajar durante un lapso prolongado y, por otro, unas gafas o visor protector que evite el daño producido por el intenso brillo.

Lanza térmica

Existen varios modelos típicos de lanza térmica:

  • Un dedil soldador es una versión miniaturizada de una lanza térmica. Se parece a un grueso dedal metálico que se coloca sobre el dedo del usuario y sobre el cual se monta manualmente una fina aguja de unos 15 cm. de longitud. Es capaz de generar una minúscula llama de plasma de hasta un cm. Pesa apenas 50 gr y cuesta unos 10 e. El dedil tiene una capacidad operativa de tres asaltos y no puede recargarse; lo habitual tras usarlos es tirarlos al contenedor de reciclaje y coger uno nuevo. Suelen formar parte del equipo de emergencia en lugares en los que el espacio físico es limitado (ej. carlingas de cazas espaciales o naves atmosféricas monoplaza, en donde se usan para abrirse paso en caso de que el sistema de apertura de emergencia no funcione).
  • Una microlanza es una pequeña herramienta de mano, disponible en casi cualquier establecimiento de tecnología civil (ferreterías). De tamaño y aspecto similar a una empuñadura ergonómica. Pesa apenas 200 gr. (existen modelos viejos más pesados) y cuesta unos 30 e. Tiene una capacidad operativa de diez asaltos y las recargas cuestan 5 e. Debido a su pequeño tamaño y ligereza, es parte del equipo habitual de muchas unidades militares.
  • Las lanzas térmicas descritas en el manual básico son la versión «profesional» de los microsoldadores, un elemento habitual en el cinturón multipropósito de los tecnos. La mayoría de los modelos de mano pesan medio kilo y cuestan en torno a los 200 e. Suelen tener una capacidad operativa de treinta asaltos. Una recarga cuesta 10 e.
  • Una lanza térmica portátil es algo mayor. Pesa unos dos kilos y cuesta unos 400 e. Suele tener una capacidad operativa de entre ochenta y cien asaltos. Un recarga cuesta 25 e.
  • Una lanza térmica de uso industrial es algo mayor, pesa seis kilos y cuesta alrededor de 600 e. Su capacidad operativa va de los doscientos a los trescientos asaltos.
  • Un «equipo personal de lancero» consiste en un grueso visor ahumado y un arnés mecanizado y refrigerado que ayuda a sostener un equipo de diez kilos de peso. Cuesta unos 1200 e. Su potente mecanismo le permite funcionar entre quinientos y seiscientos asaltos.

Reglas

Las lanzas se manejan con una combinación formada por la suma de los atributos de VITalidad, COOrdinación y CONcentración. Si bien una persona instruida en su uso recibe un bonificador de -1GD a la TA (o incluso de -2GD si se trata de su trabajo habitual).

En cada asalto que se tenga éxito en la TA anterior, la lanza térmica se abrirá paso a través del material a razón de un punto de Estructura por asalto, ignorando por completo la puntuación de Blindaje del mismo. En caso de no tener éxito ese asalto no se habrá avanzado.

Para abrir un hueco lo suficientemente grande para que por el mismo pueda pasar una persona hay que dividir el número de puntos de Estructura entre la característica de CUErpo del mismo, y redondear el resultado hacia arriba. El resultado es el número de asaltos que se tardará.

Si al resultado anterior lo dividimos entre diez (de nuevo redondeando hacia arriba) sabremos lo que se tarda en abrir un agujero lo suficientemente grande para meter un brazo o un arma.

Idéntico mecanismo puede usarse para saber cuánto se tarda en soldar una plancha o en sellar una puerta, si bien en este caso se tarda la mitad de tiempo (siempre es más fácil soldar algo que abrirse paso por las bravas).

El haz de plasma de la lanza emite muchísimo calor por lo que, si el operario trabaja sin un EPI compuesto por un traje refrigerante y un protector visual, cada tantos asaltos como la capacidad de Umbral mortal (normalmente igual al atributo de VITalidad) tendrá que realizar una TA de VITalidad x3 o pasar a estar Aturdido y/o Cegado hasta que haya descansado durante unos minutos.

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