Número: 135. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Si de algún sitio se puede decir que es la capital de Eriloe, este es sin duda, el Reino de Ôs. Capital del antiguo Imperio de Ôsterreid, supo sobrevivir a su desaparición reconvirtiéndose en una ciudad comercial. Su puerto protegido por una enorme caverna y sus casas en una posición elevada sobre el mismo le han valido el sobrenombre de la "inconquistable", aunque no es del todo cierto. Sus lonjas y almacenes son de los más grandes y variados de Eriloe y es el punto de destino o partida de casi todas las rutas comerciales. Gracias a este comercio, la ciudad de Ôs ha conseguido sobrevivir.
Los límites del reino son un poco confusos porque para los ositas todo lo que queda fuera de la ciudad ya no es parte del reino. Cuando la ciudad necesita crecer, simplemente arrebatan un trozo a sus vecinos. Para estos, medianos, los límites de Ôs llegan hasta la cima de las montañas que rodean la ciudad.
Toda la ciudad está volcada al comercio y casi todos sus habitantes tienen alguna profesión relacionada con él, guardaespaldas, exploradores, navegantes, contables, tasadores, artesanos, etc. Son raros los nacidos en Ôs y casi todo el mundo procede de alguna otra parte y ha traído sus costumbres y rituales con él. No es raro en Ôs ver a gente de la lejana Airak ni a habitantes de los antiguos reinos del Emperador. La ciudad es muy estricta con la convivencia y el castigo por alterar el orden público de forma grave es ser arrojado al vacío. Permiten las borracheras y las peleas de bar, pero si un grupo de ositas se organiza para atacar a otro grupo por motivos raciales o nacionales (de otras naciones), lo normal es que aparezca la guardia de la ciudad, los Protectores de Ôs, y alguno acabe tropezando cerca del vacío.
El reino de Ôs está gobernado por el regente, un heredero del senescal del antiguo emperador de Ôsterreid, pero su rango y posición es meramente testimonial. Es la máxima autoridad en algunas ceremonias civiles, como el inicio de año, pero su capacidad de legislar y dirigir la ciudad es mínima. Tiene derecho de veto en la elección del Consejo de Mercaderes, pero es un derecho que no ha ejercido nunca porque sabe que si abusa de él, su puesto no dudaría mucho. El verdadero gobierno de la ciudad lo ejercen cinco personas conocidas como el Consejo de Mercaderes y son elegidas mediante sufragio secreto entre los comerciantes de la ciudad. El resto de la población (como el 99%) no tiene derecho a elegir a sus representantes, pero tampoco parece importarles.
Ôs es un acantilado que se alza decenas de metros sobre el nivel de navegación y a cuya cima, donde está la ciudad, sólo se puede acceder a través de varias escaleras y rampas que suben desde una gran caverna que es el puerto natural de Ôs. La ciudad está en la ladera de una montaña que junto con otras dos forman un semicírculo que rodea la ciudad. Varios torrentes nacen en esas montañas y todos acaban en la ciudad y son su fuente de agua potable.
La montaña más alta, Pico Chato, está al levante de Ôs y si cima, coronada por una enorme piedra de punta plana, está siempre cubierta de nieve. Han sido varios los intentos de escalar la montaña hasta la cima (se dice que allí ocultó el último Emperador de Ôsterreid el tesoro familiar), pero hasta la fecha nadie ha vuelto con pruebas de haberlo conseguido. A su derecha está la Cima Sombría a que la mayor parte de los días está a la sombra de su vecino más alto. Tiene menos altura y es menos empinada y en sus laderas llenas de robles y pinos hay bastante fauna salvaje. En su día fue un coto de caza real. A la izquierda está el Monte Tillium el más bajo y redondeado de los tres y el único con sendas practicables para acceder al resto de la isla central. Debe su nombre a los bosques de Tillium de su ladera. Estos bosques, que eran más numerosos en el pasado, están protegidos por el Consejo de mercaderes y cortar madera de ellos sin autorización está severamente castigado. Casi todas las naves de la marina mercante de Ôs, una de los principales baluartes económicos de la ciudad, tienen su origen en estos árboles.
El Puerto de Ôs nació como una caverna en un acantilado, pero el tiempo y el dinero ha hecho que se vaya adornando de estatuas, bellas barandillas, adornos y demás. Es uno de los puertos más bellos del mundo y hace que la visita a la ciudad merezca la pena.
El Mercado de Levante y Poniente es un gran edificio de varios cañones abovedados donde se amontonan multitud de puestos de venta, incluso algunos por el exterior del edificio. Es enorme y el ambiente está cargado con el fuerte olor de las especias. En él se puede encontrar cualquier mercancía legal (y alguna ilegal si se sabe preguntar). Aunque no se necesite nada, pasear por su laberíntico entramado es toda una experiencia, no exenta de peligro porque es también lugar habitual de carteristas.
El Consejo de Mercaderes es un edifico pentagonal bastante reducido. Tiene cinco puertas con grandes rosetones sobre ellas con los símbolos de los cinco comerciantes que gobiernan la ciudad. Cuando hay reunión del consejo, cada comerciante entra por la puerta con su símbolo y la deja abierta con lo que se puede ver una sala pentagonal con una mesa de cinco lados en su centro. La mesa es de roble y dicen que está tallada de una pieza en un solo tronco. Las discusiones y debates de los mercaderes son públicas aunque no es más que un espectáculo organizado porque las verdaderas reuniones tienen lugar antes del consejo público.
Fuera de la ciudad, en el bosque de Tillium, hay un palacete de recargada decoración que se conoce como La Tumba Imperial porque allí es donde descansan los restos del último emperador de Ôsterreid. También vive allí el regente y su familia y el lugar está protegido por una unidad de élite de los Protectores conocida como Los Blancos por el color de la capa que utilizan mientras están de servicio. Parece raro que el regente esté en un lugar tan apartado, pero dada la prohibición de visitar el bosque de tillium y con la presencia de la guardia, alcanzar al regente es poco probable. Además, a los ositas les importa poco su regente.
Hace cientos de años, una familia de raza élfica, los Ôsterreid, unificaron toda la isla central de Eriloe bajo su gobierno y pusieron las primeras piedras de la ciudad de Ôs. No se convertiría en la capital del imperio hasta casi el final del mismo, pero fue ganando importancia comercial poco a poco hasta el punto de rivalizar con la propia capital y llegar a superarla. Cuando Eric, el penúltimo Ôsterreid, se lanzo a la locura de conquistar toda Eriloe que, finalmente, le costaría el imperio, Ôs ya era la ciudad más importante. Cuando la isla central se dividió en cuatro naciones en función de la raza de sus habitantes y se provocó uno de los mayores éxodos de Eriloe, Ôs permaneció unida. Aunque era humana, contaba entre sus muros a muchas razas y ninguna quería que otra raza se quedara con la joya de la corona. Por ello, decidieron quedarse todas. Ôs se convirtió en una ciudad estado, sin nación, y su influencia económica se extendió por todo el mundo conocido.
Desde la desaparición del Imperio de Ôsterreid hasta la aparición del Emperador en el Norte, Ôs se hizo más grande y poderosa y cuando surgió la guerra, la ciudad estado abanderó la alianza contra el Emperador. La victoria contra este multiplicó en forma de beneficios el dinero invertido en mercenarios y ejércitos de alquiler para la batalla y convirtió a la ciudad en el lugar donde mira toda Eriloe.