Número: 135.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

135 > Ambientación > Ritos > El ritual de las conchas (Pan). Por: Olef, hijo de Oleg

 

El ritual de las conchas

Si alguna vez has viajado por los caminos del sur o has entrado en sus grakines, seguramente te ha sorprendido la existencia de conchas marinas clavadas en el suelo, postes o paredes. Si has cometido el error de intentar cogerlas, están bien valoradas en el norte, quizás te hayas ganado una reprimenda o, en el peor de los casos, un golpe.

Ritual de las conchas

Las conchas son el fruto de un ritual, más bien es una superstición, que los habitantes de esta zona realizan para favorecer los viajes. Es habitual encontrarlas en las encrucijadas, en las entradas de los grakines o en las viviendas.

La persona que desea hacer el ritual debe acudir a la playa en el momento de marea baja y allí recoger la concha con la que va a hacer el ritual. Si el animal está vivo, mejor que muerto, pero cuanto mayor sea la concha y en mejor estado esté, mejor resultado obtendrá el ritual. Después, debe esperar a que la marea suba y recoger agua de mar de la marea más alta sin coger arena (se utiliza algún tapón de lana para evitar que la arena se cuele en el recipiente). Hecho esto, el agua se introduce en un recipiente, junto a la concha y juntos deben pasar una noche de vinkana sin que nada toque el agua.

A la mañana siguiente, en ayunas, el agua se vierte en la zona que quieres proteger. Esa agua reblandece la tierra y en ella se clava la concha, cubriéndola un poco con la propia tierra si fuera necesario. Una variante del ritual permite amasar la tierra con el agua y colocarla sobre alguna piedra, poste o tela de una vivienda fijando la concha con la arcilla. En este caso, se debe renovar el vínculo con el mar cada vinkana. Basta con humedecerla ligeramente. El viaje debe comenzar poco después del ritual, sino carecerá de efecto y el viajante debe tocar la concha al partir (y al regresar). Esto, en realidad, no activa ni desactiva los beneficios del ritual, pero es una costumbre que pocos toman en vano.

Si el ritual se hace para otra persona (por ejemplo, si lo realiza un chamán para un comerciante), se debe pronunciar el nombre del beneficiario en el momento de recoger la concha y en el momento de clavarla en su destino.

Si la concha se cae, se desprende del suelo o es arrancada, la superstición cree que algo malo sucederá al objetivo de dicho ritual, posiblemente la muerte. Aunque los efectos duran sólo un viaje (de la partida al regreso), todos mantienen las conchas en su sitio por si acaso y por eso no es raro ver varias conchas a la vez en el mismo sitio.

A efectos de juego, el objetivo del ritual, ya sea quién lo haga u otra persona, recibirá la virtud especial de "Sentir el Peligro" de forma temporal. Si la concha se desprendiera antes de finalizar el viaje, el objetivo del ritual recibiría la desventaja de "Atracción de los espíritus de la mala suerte" hasta que un chamán le retire esa maldición.