Número: 80.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

80 > Ambientación > Leyes > Código de Guerra Federal (Exo). Por: Sergio Jurado

 

Código de Guerra Federal

Código de guerra federal

Pese a desaconsejarse enérgicamente en favor de la resolución de conflictos a través de las vías diplomáticas, el Senado de la RFP reconoce que, en ocasiones, la guerra entre ciudadanos de un mismo planeta o incluso entre diversos planetas pertenecientes a la República es el único modo de solucionar un conflicto. En dichos casos, y siempre que el conflicto se desarrolle de acuerdo con las "reglas de guerra" dictadas por primera vez por el Senado de la República de Vettera en el año 141 dV. e interpretadas por éste, no habrá intervención alguna, excepto para proteger los intereses directos de la RFP (instalaciones, inversiones, etc.).

Las "reglas de la guerra federal" son un conjunto de normas contenidas en el Código de guerra federal, un documento que contiene las justificaciones aceptables para entrar en guerra, cómo llevar a cabo la declaración oficial de situación de guerra, los límites aceptables de conducta durante la guerra, regulación del trato a los prisioneros, prohibición del uso de ciertas armas, etc.

Los objetivos de este código son los siguientes:

Aquellos bandos que rompen las reglas de la guerra federal son llevados a juicio y castigados, a menudo simplemente con una negativa del Senado a reconocer legalmente cualquier ganancia o ventaja adquirida durante el conflicto, así como a realizar una indemnización al enemigo, haciendo así que toda la lucha carezca de sentido. En ocasiones, en las guerras más encarnizadas, es la mismísima Armada, generalmente la 1ª Flota, quien debe intervenir personalmente para obligar a las partes a acatar el Código. Las que siguen son algunas de los principales puntos recogidos en la CXXXVII edición del Código de guerra federal del año 3403 dV., la normativa actualmente en vigor.

Ámbito de aplicación

El código de guerra federal no se aplica solamente a los bandos en liza, sino también a los individuos involucrados en el conflicto y, en particular, a los miembros regulares de las fuerzas armadas planetarias. Los bandos están sujetos a las normas de la guerra solo hasta el punto en que dichas normas pudieran interferir con la consecución de objetivos militares legítimos. Por ejemplo, deben procurar causar el mínimo daño a la población civil pero, si una bomba cae por error en una zona residencial esto no es considerado un crimen de guerra. Igualmente, si uno de los bandos emplea civiles como escudos orgánicos o como medio para camuflar operaciones bélicas, esto será considerado un acto de perfidia.

La guerra debe ser justa

Esto significa que debe existir un motivo justificable para la guerra. De no haberlo, el Senado puede declarar la guerra ilegal y ordenar su cese inmediato. Muchos planetas alegan el sentirse amenazados por el bando enemigo como motivación para iniciar una guerra preventiva. Esta motivación puede ser aceptada, sin embargo resulta evidente que existen demasiadas motivaciones sujetas a interpretación en esta normativa. Por ejemplo, a menudo la insurrección popular contra un gobierno dictatorial es vista como un derecho fundamental del Pueblo, al menos por parte de los senadores de los planetas más democráticos. Igualmente, la mera ganancia económica o territorial a menudo es aceptada como un motivo perfectamente válido por los senadores de planetas en donde impera la mentalidad mercantilista.

Declaración formal de guerra

El código de guerra federal establece que las hostilidades no pueden comenzar sin previo y explícito aviso, ya sea en forma de una declaración razonada de guerra presentada ante la mesa del Senado o con un ultimátum, una declaración condicional de guerra por la cual las hostilidades estallarán si no se cumplen unas exigencias en un plazo determinado de tiempo.

El comercio debe fluir

También conocida coloquialmente como la "norma de la datolita", en referencia a uno de los primeros conflictos en los que se aplicó para garantizar el normal suministro de materias primas. Tal y como descubrieron los verrianos durante su segunda guerra contra los humanos, el comercio es el oxígeno que hace respirar a la RFP; si lo cortas ésta se muere.

Ni la RFP ni las corporaciones pueden permitirse los altos costes económicos que supondría una guerra que entorpezca el comercio intersistémico. Resulta aceptable realizar bloqueos comerciales temporales a planetas concretos (y aun así no está bien visto), pero cualquier acto de guerra que amenace el tránsito comercial a través de una ruta espacial bajo protección federal (todas las "muy frecuentadas" que aparecen en el mapa de la Exopedia) se encontrará con una respuesta inmediata y contundente.

Las armas de destrucción masiva están prohibidas

Este tipo de armamento, ya sea nuclear, biológico, químico, nanotecnológico o del tipo que sea, queda rigurosamente prohibido. Existe un catálogo de armamento prohibido, que incluye el uso de determinado tipo de bombas de racimo, etc. No hay excepciones a esta regla: el uso de armas de destrucción masiva contra objetivos civiles es un crimen de guerra que se castiga con la pena capital.

La guerra no debe causar sufrimientos innecesarios a la población civil

Esta regla es tanto una medida humanitaria como una hipócrita preservación de los intereses federales: los ciudadanos de la RFP son más productivos si siguen siendo felices y consumistas trabajadores en vez de desesperados y hambrientos refugiados de guerra. Para que siga siendo así, el código de guerra federal prohíbe la destrucción de las infraestructuras necesarias para el bienestar de la población. Esta es una de las reglas más sujetas a interpretación, ya que el concepto de "sufrimiento innecesario" no está definido en ninguna parte.

Es un hecho que la guerra federal suele darse en zonas habitadas por civiles. De hecho, muchas instalaciones militares suelen estar situadas en núcleos de población densamente poblados, precisamente con el objetivo de evitar que el enemigo los pueda bombardear desde la órbita, y así obligarle a descender y luchar con armamento convencional. Esto, indudablemente, causará cuantiosas bajas civiles y gran sufrimiento.

En cualquier caso, se espera que los bandos enfrentados lleven a cabo una guerra lo más "limpia" posible, evitando los daños colaterales y no involucrando a los civiles a menos que sea estrictamente necesario.

Actos de perfidia

Se consideran actos de perfidia, punibles por los tribunales militares federales, el uso de tropas sin uniformar (o que al menos no luzcan algún distintivo que les identifique como combatientes), la toma de rehenes, el uso de escudos orgánicos, etc. Curiosamente, el empleo de uniformes enemigos como táctica de distracción está permitido, pero no así el combatir con él puesto.

Paz galáctica, Sol verde y otras galactONGs

Las leyes federales también prohíben atacar al personal, vehículos y naves espaciales que luzcan el logotipo de una galactONG reconocida oficialmente por el gobierno de la RFP y que haya sido autorizada por éste a participar en el conflicto. Las personas protegidas por estos símbolos deben mantener la más estricta neutralidad y no pueden participar en acciones de guerra. La ruptura de esta norma es considerada un acto de perfidia. Un individuo que rompa esta norma deja de estar bajo la protección de la misma y pasa a ser un objetivo militar legítimo.

Observadores senatoriales

Los bandos implicados están obligados a aceptar la presencia de observadores senatoriales. Éstos podrán investigar cualquier aspecto del conflicto, y no se les podrá negar el acceso a las instalaciones penitenciarias ni a los campos de internamiento de prisioneros. Los observadores informarán al Comité de guerra federal del Senado.

Prisioneros de guerra

Los derechos básicos de los individuos deben ser respetados en todo momento. Esto hace referencia a los derechos de los prisioneros de guerra. Los enemigos capturados deben ser escoltados hasta una zona segura y tratados en todo momento con dignidad y respeto. El nombre y graduación de todos los enemigos capturados deben ser registrados y comunicados al enemigo y a los observadores senatoriales tan pronto como sea posible. No se puede privar a los prisioneros de sus posesiones personales íntimas y, en caso de tener que hacerlo, éstas deberán serles devueltas en el momento de su liberación. No pueden ser obligados a colaborar con el enemigo bajo coacción ni a realizar trabajos forzados que beneficien directamente el esfuerzo de guerra del bando enemigo (fabricación de armamento y munición, construcción de fortificaciones, etc.). Tampoco pueden llevar a cabo trabajos que pongan en serio riesgo sus vidas o su salud. Los bandos involucrados deben realizar intercambios de prisioneros lo más frecuentemente posible.

Cualquier violación de las reglas de guerra federal puede suponer una intervención senatorial

Un senador puede, con el apoyo del 10% de los senadores, proponer una moción de intervención ante el Senado, con el objetivo de autorizar una intervención en un conflicto sujeto a las normas de guerra federal. Esta intervención puede ir desde la realización de investigaciones, pasando por la imposición forzosa de una tregua o armisticio a los bandos, a incluso una intervención militar directa que, tradicionalmente, suele ser llevada a cabo por los efectivos de la 1ª Flota. La intervención senatorial puede también incluir la interposición de órdenes de detención por acusaciones de crímenes de guerra.

Nota del autor: el artículo que acabas de leer está inspirado en un artículo sobre las guerras imperiales de Traveller (un juego de rol de ciencia ficción). He modificado algunas cosas adaptándolas al universo Exo y he añadido cosas de mi propia cosecha. Auqnue el resultado final difiere de la fuente de inspiración, lo adecuado es reconocer la existencia de dicha fuente.