Número: 198. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Es posible que Logan sea el único de los miembros de Perros de caza que usa como apodo su propio nombre por ser el que tiene un pasado más complicado de rastrear. De hecho, «Logan Walsh» no es su nombre de nacimiento, aunque sí es su nombre legal ahora mismo, el que figura en su pasaporte inglés y en sus papeles de extranjería.
Como mínimo, uno diría que Logan no tuvo una educación esmerada. Alguna vez ha comentado que su alma mater fue un colegio de Barking, Londres, donde aprendió a pegar primero, aunque perdiese la pelea, para evitar ser señalado por los «bullies» de turno. Esa violencia espontánea se le fue quedando en los huesos y la fue reproduciendo en cada momento de su vida escolar, impidiéndole aprovecharlo.
Al contrario de lo que hubieran predecido sus profesores, Logan mostró una inesperada ética al dejar la escuela, logrando evitar entrar en el mundo del estraperlo, el tirón de bolso o la extorsión a minoristas. Peón, operario de fábrica, almacenero, estibador, camarero, fueron los trabajos por los que fue ensayando la temporalidad de contrato antes de recalar en algo fijo: el taxi.
Detrás de la «rosca», Logan se calmó de golpe. Había encontrado su vocación verdadera, convirtiéndose no ya en un profesional, sino en uno de los mejores. No es que esto fuese una profesión lucrativa por sí misma pero algunos premios de rally semiprofesional, extras chofer particular y una ética laboral férrea le dieron para ir ahorrando una buena cantidad e ir de vacaciones de tanto en tanto a España; concretamente a Cunia.
Algunos años después, se había enamorado como un chiquillo de la ciudad, de sus carreras de circuito urbano, sus avenidas amplias, su clima y hasta la personalidad de sus gentes. Cuando vio la oportunidad que ofrecía la Agencia Mastín de trabajar como conductor fijo para un grupo de detectives, lo que significaba muchas horas de calle en trabajos emocionantes, no se lo pensó. Ahora, tras el «brexit», ha quemado naves y vendido su piso en Londres, lo que, sumado a que es una persona ahorradora, le ha permitido vivir en primera línea de playa, en las afueras de Cunia. En los ratos muertos cultiva su pasión, aprender sobre las dos guerras mundiales, pintar figuritas de soldados y recrear dioramas del Día D mientras mira al mar e imagina que está en Omaha.
Marita y Luigi son los únicos que conocen su verdadera identidad; ellos fueron quienes le ayudaron a conseguir papeles falsos para cambiarla. ¿Por qué una persona con un pasado tan aparentemente inocuo querría desaparecer para quedarse en España? Solo la persona que interprete a este personaje tendrá derecho a decidirlo.
Logan parece vivir ajeno al corazón podrido de la ciudad y todo lo que tiene de corrupta lo achaca a manzanas podridas. Es uno de los pocos optimistas de Cunia; para él, el vaso de la ciudad siempre está medio lleno. «Hay algo bueno en cada persona», dice con su cerrado acento británico alguien que después daría una paliza de muerte por maltratar a su hija al tipo con el que ayer se tomaba unos chatos de vinacho.
Logan siempre tiene alguien a quien votar en las elecciones, un camarero favorito y un quiosquero que le guarda la prensa. Logan siempre sabe sonreír a la persona que atiende detrás de un mostrador. Logan siempre llega a tiempo y sabe cuál es la mejor ruta para llegar a vuestro destino.
Hombre delgado, treinta y muchos, bien conservado. Cuando no está trabajando de manera «oficial» o debe ir de incógnito, viste de manera tan informal que casi resulta estrafalaria, prácticamente un estereotipo del turista británico. Por contra, siempre que debe llevar en desplazamiento oficial a sus compañeros procura al menos llevar traje de pantalón, camisa y chaqueta. ¿Corbata? Solo si es necesaria para dar el pego en ciertas situaciones.
«Logan» tiende a ser un incordio agradable con su acento británico, sus explosiones de ánimo brusco y no callando ni debajo del agua. Gesticula mucho con cara y manos, incluso resulta vagamente amenazador en sus gestos amables De no ser por su buen carácter y por la cantidad de veces que un chirrido a tiempo de las ruedas del coche les ha sacado de apuros… En efecto, tiende a llegar en el momento justo y nunca jamás dejará tirados a sus compañeros.
Infancia, Enseñanza básica (1), Enseñanza media (1), Aprendiz peón, almacenero y camarero (3), Oficio estibador y taxista (2), Oficio conductor (3), Experiencia laboral (4)
Imagen de Ryan McGuire (2020). Licencia Pixabay (Free commercial use, attribution not required).