Divergencia (VII y última)

A río revuelto… Las principales empresas del sector decidieron que era mejor contar su versión de la verdad antes de que se abriese una caja de Pandora de revelaciones y confesiones espontáneas. En un mes el mundo entero supo de la existencia de los posthumanos y en dos ya estaban convencidos de la conveniencia de que gobiernos o “empresas expertas y de total solvencia” se hicieran cargo de ellos.

Comenzó una cínica purga interna para contener la reacción del público, con denuncias a “elementos incontrolados” que habían hecho un «mal uso de la tecnología y los recursos posthumanos”. Los gobernantes prometieron leyes que garantizaran la legalidad de estas actividades. Las empresas prometieron autorregularse.

Esta reacción se encontraría muy cómoda en la grave recesión económica mundial que comenzaría en el año 2006. Crisis, paro y corrupción se unieron a recortes de las libertades, vigilancia, leyes genéticas para posthumanos en los países más extremistas y de registro obligatorio de poderes en los más civilizados. Para una gran parte de los ciudadanos, culpar a los propos posthumanos del shock cultural que produjo su aparición fue algo natural.

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En la actualidad, la crisis económica parece haber pasado. En aquellas partes del mundo donde se ha sabido invertir el dinero disponible en investigación, el nivel tecnológico ha aumentado muy rápido; Cunia está entre las principales ciudades del mundo en este aspecto. Los principales proveedores privados de posthumanos tienen sucursal en esta ciudad, algunos como KUBE, su sede central. La conversión Indalo es un proceso aún demasiado complejo y peligroso para producir posthumanos en masa pero la tasa de supervivencia de la conversión en laboratorio ha ido subiendo hasta el 44 por ciento. La supervivencia a la obtención de poderes de forma espontánea se calcula en torno al 13 por ciento.

Para evitar la dependencia de las corporaciones, los estados desarrollan cada vez más a menudo sus propios procesos de conversión. El aumento de la «producción» ha reducido los costes y la venta de superequipos a empresas privadas ha ido tomando cada vez más peso en el negocio. Las empresas que lo pueden pagar tienen sus propios equipos de quimeras. Muchos de ellos son utilizados en operaciones contra activistas pro-derechos de los posthumanos, empresas rivales o encargos incompatibles con toda legalidad. Proliferan también equipos de posthumanos uniformados, contratados por empresas privadas para hacer labores públicas policiales en ciudades como Nueva York, Moscú, Berlín, Beijin, Madrid o la misma Cunia. Los superhéroes conviven con los drones en el cielo y con las fuerzas de seguridad especializadas en posthumanos en la tierra. El mundo de Indalo viaja aún cerca del nuestro, pero diverge poco a poco hacia un destino que marcaréis las propias mesas de juego. Os animamos a tomar esa responsabilidad. ¡Héroes, alzaos!

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Todas las imágenes son de Aaron Bauer y tiene licencia CC-by-sa.

2 pensamientos en “Divergencia (VII y última)

  1. Hola! Ya tenemos una visión global de los prolegómenos. Jugosa, cuanto menos. Y me surge una pregunta sobre el entorno exterior de Cunia. En este mundo alternativo, la crisis ha pasado y nuestra ciudad predilecta ha salido reforzada gracias a una sabia inversión en investigación. ¿Ha habido alguna aportación del estado en este sentido o es todo capital privado? ¿Cómo ha sido la remontada, si la ha habido, de España en esta salida de crisis? ¿Acorde con la de Cunia o Cunia ha sido una excepción? ¿Recibiré algún tipo de llamada de organismos gubernamentales chungos por esta pregunta? ¿Debo plantearme hacer las maletas? :D.

    Muchas gracias, enhorabuena por el desarrollo del producto.

    • ¡Hola Mauro! Gracias por tus preguntas, porque son del tipo que no siempre te paras a pensar y permiten ampliar la información sobre la trama.

      Ha habido bastante inversión pública en investigación en Cunia, motivo por el cual gran parte de los avances tecnológicos llegan a toda la población. Sin embargo, en los años más recientes esa inversión ha disminuido, aumentando la inversión privada y por tanto los costes de acceso a las actualizaciones más modernas. El transporte público y la medicina en general son las principales beneficiarias de la inversión pública. El armamento y la gran industria de los sectores privados en cambio van por delante de lo público, por poner dos ejemplos.

      En España no ha habido tanto una remontada como supervivencia a la crisis. Como decía Hitchens de su propio cáncer «no se le combate, se le resiste». La situación de la España Indalo en términos macroeconómicos es mejor que la nuestra, desde luego. Sin embargo sí se parece a la nuestra en mostrar altos índices de injusticia social, aunque sin alcanzar los nuestros. Hay más trabajo y este es menos temporal que en nuestra España, aunque la temporalidad es alta con respecto a otros países. La España de Indalo está en un momento de inflexión interesante, similar al que estuvo nuestra España antes de fraguarse la crisis del 2008.

      Cunia es una excepción respecto a España en varias cosas. Hay más tecnología disponible, pero más privatizada. Hay más corrupción pero menos diferencias entre ricos y pobres. Menos paro. pero más temporalidad en el empleo. Más crecimiento económico y dependiente de menos sectores, lo cual permite pensar que en una futura crisis Cunia estaría mejor preparada que España en general. Pero estas diferencias no son grandes, no mayores que las que puede haber con otros países.

      No recibirás ninguna llamada de organismos públicos por hacer preguntas incómodas. Nuestros telépatas no necesitan el teléfono para amenazarte. 😉

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