Primero de septiembre, lunes y haciendo un esfuerzo por no cantar aquella canción de «¿quién me ha robado el mes de abril?» con agosto como mes. A través de la ventana oigo los petardos y las tamborradas (que suenan como cañones alemanes en Polonia), pero no dejo que me desconcentren… mucho. No, no pienso en los panzer I recorriendo Polonia hace 75 años; no, no pienso en el bombardeo de Danzing… no mucho.
Bromas a parte, ha sido un día bastante fructífero. He hecho unos mejoras en el proceso de gestión de la revista (que espero que nos faciliten un poco las cosas) y he recibido (y escrito) algunos artículos para la revista. Sí, aún falta mucho, pero el toro de septiembre tiene muy mala fama y te pilla si no estás avispado.
Lo principal es que he puesto en marcha la reimpresión de Exo 3464. Debo confesar que lo de este juego (junto con Comandos) no es muy normal. Es sorprende la capacidad de ventas que tiene habiendo pasado tantos años desde que lo publicamos. Hemos tardado un año en agotar la reimpresión y cuando la hice, la de 2013, pensé: te estás pasando, te vas a quedar con libros en el almacén hasta el fin de los días. Me equivoqué. Da gusto equivocarse de esa manera. La única pega es que no tenías prevista la inversión y tienes que hacer un poco de encaje de bolillos presupuestarios. Nada grave, reducimos la ración de pan y agua del sótano y sin problemas (es broma, por si acaso).
También he recibido la llamada de una nueva editorial a la que quizás distribuyamos. A este paso, fijo que tenemos que ampliar el sótano.