En número previos de la revista os hablamos de la llave Eagle (10663) en la que con cierta fuerza bruta un cerrajero (y un amigo de lo ajeno) podrían abrir casi cualquier cerradura. En la mañana de ayer, la policía detuvo por casualidad a un individuo que pretendía entrar en la sede del Partido Federal. Además de diversa documentación que no viene al caso de este artículo, se le incautó un curioso teléfono móvil que llevaba (a modo de navaja suiza) varias ganzúas. Al parecer, y según fuentes policiales, el aparato permite mediante una App especializada la apertura de puerta. Tanto los agentes como esta investigadora es la primera vez que nos topamos con un aparato similar que más parece propio de películas futuristas.
Dada la información, la redacción de La Verdad se ha puesto a la búsqueda de este aparato en diferentes compañías de cerrajería, tanto de Cunia como del resto del mundo, sin mucho éxito. Sin embargo, tras visitar la web profunda y hacernos pasar por compradores interesados, hemos localizado un suministrador en Kazajistán (posiblemente la ubicación sea falsa).
Por lo que hemos podido saber, el móvil no es operativo. Tan solo es una carcasa para esconder los mecanismos de la ganzúa. De todas formas, si se enciende, emula las App típicas de un teléfono, pero estas no funcionas, salvo una que tiene la inocente apariencia de un juego simplón. La App permite seleccionar diferentes ganzúas y extraerlas por la parte inferior. Añadidas a una cerradura, la aplicación las moverá hasta encontrar el punto de apertura de la cerradura y tras un aviso, avisará con el led blanco del aparato y usaremos el propio móvil para girar el bombín.
A pesar de su aparente sencillez, el usuario debe tener cierto conocimiento del oficio para seleccionar las ganzúas adecuadas para cada cerradura y colocarlas a la distancia adecuada (el sistema puede ajustar la profundidad de forma moderada). Si el aparato no puede abrir la puerta lo indicará con un led rojo.
Nota: a efectos de juego, las TA de Cerraduras están bonificadas con un grado de dificultad siempre que el usuario tenga un nivel de 10 o más en la habilidad. Es una herramienta para profesionales.
El móvil utilizado para camuflar el sistema puede ser cualquiera, pero el fabricante recomienda que no sean aparatos de última generación para evitar atenciones indeseadas. Lo ideal son esos móviles viejos que tenemos por casa porque hemos comprado uno mejor en las últimas fiestas.
El precio de este aparato es alto: unos 700 euros más gastos de envío. El fabricante no se responsabilizas de las pérdidas durante el envío. Eso sí, manda el equipo en la caja original del teléfono y las ganzúas, al ser de fibra de carbono, no levantarán las sospechas en aduanas.