Exo – Contacto Cero

Contacto Cero es una compañía privada especializada en realizar el «primer contacto» con civilizaciones que aún no han entrado en contacto con la sociedad galáctica. Aunque ha realizado algunas operaciones dentro de la RFP, sus principales actividades se realizan fuera de ella. En la República, los exos de la primera flota son una fuerte competencia que deja fuera a las iniciativas privadas. CC cuenta con una serie de expertos (exo-biólogos, exo-antropólogos, exo-lingüistas) encargados de realizar un estudio de dichas civilizaciones, pero tal vez la herramienta más importante con la que cuentan es la nave-estación Despertar.

La nave CC-Despertar era, originalmente, un carguero de espacio profundo (larga distancia) que ha sido reconvertido y actualizado de acuerdo a las especificaciones facilitadas por los expertos de Contacto Cero.

Las principales modificaciones realizadas a la nave es la incorporación de sistemas combinados de contramedidas y ocultación que la hacen virtualmente invisible e indetectable por civilizaciones con un nivel tecnológico pre-subespacial (es decir, que aún no hayan desarrollado tecnología subespacial).

Lo primero que hace la Despertar al llegar a un sistema en el que se tiene noticias de la existencia de una sociedad no contactada es realizar una maniobra denominada «desprendimiento», desplegando y activando todos los dispositivos de ocultamiento disponibles y situándose en una órbita que permita, por un lado, estudiar el planeta, y por el otro, evitar ser detectado por los habitantes del mismo.

Tras estudio preliminar del planeta y de la sociedad o sociedades que alberga, que suele tener una duración de un mes, los expertos de Contacto Cero emiten un dictamen, el cual suele concluir con una de siguientes conclusiones:

Aislamiento: la población del planeta por sí misma o por las circunstancias que la rodean es considerada un peligro para el resto de la galaxia, el planeta ha de ser sometido a cuarentena y vigilancia por parte de unidades militares (este dictamen fue el que recibió Nagasaa en un primer momento).

No contactable: la civilización estudiada no es susceptible de ser contactada, ya sea por peculiaridades físicas, situación social inestable, o cualquier otro motivo (que se detalla en el cuerpo del dictamen).

Contactable a largo plazo: La sociedad es susceptible de ser contactada en condiciones favorables en el futuro, pero en caso de ser necesario, podría realizarse un «contacto de emergencia» en la situación actual.

Un «contacto de emergencia» es aquel que se realiza obligado por circunstancias ajenas, un ejemplo de contacto de emergencia son los realizados por Dameral en el espacio Iroiendi, cuyo objeto es revelar la existencia de más civilizaciones a los pueblos sometidos por éstos, de manera que se alcen contra ellos, creando un segundo frente en la guerra contra los Iroiendi.

Contactable: El planeta puede ser contactado, siguiendo el protocolo establecido para ello.

Protocolo de Contacto

El primer paso en el protocolo de contacto es decidir si se va a realizar un contacto escalonado o directo, en el primer caso se suele optar por entrar en contacto con los líderes planetarios, comunicarles la situación y a partir de ahí se suele organizar algún tipo de teatrillo para la población con un nave descendiendo en un lugar predeterminado, con luces y fanfarrias en plan «hermanos de las estrellas». En el segundo caso, suelen realizarse un descenso con múltiples naves en múltiples puntos del planeta, se espera a que lleguen los medios de comunicación, y se entra en contacto con la población local.

Por supuesto, nada es tan sencillo como se indica en los protocolos, ha habido casos de planetas en los que se había contactado con el gobierno, se habían realizado conversaciones con ellos para el contacto, la nave aterriza en el punto establecido… y a continuación se produce un «Qoornay» (un ataque a la nave de exploración con intento de ocupación de la misma por parte de las fuerzas armadas de los nativos, el nombre viene de la primera vez que se tiene constancia de este hecho, en Qoornay-4, sistema Qoornay).

Fueron los hechos ocurridos en Qoornay los que llevaron al Dr. James Roykirk, un firme partidario de los contactos no violentos, a la fundación de Contacto Cero, reuniendo a su alrededor a un grupo de «especialistas del primer contacto». Contacto Cero mantiene acuerdos con las autoridades de la RFP y de otros estados para impartir formación y asesoría a los grupos de exploración de dichas naciones.

El Incidente de Qoornay-4

Todo parecía ir bien, se había contactado con los líderes planetarios, y se había preparado un escenario para escenificar «el primer contacto con los hermanos de las estrellas». Todo era una trampa, la unidad de contacto, al verse atacados, activaron los protocolos de emergencia, intentando sellar la nave y salir de allí inmediatamente, no lo consiguieron. Los proyectiles que alcanzaron la nave desestabilizaron su vuelo, haciéndola chocar contra las montañas que rodeaban el «escenario», mientras caía el capitán desconectó el campo de contención del generador, provocando una explosión nuclear que arrasó todo en varios kilómetros a la redonda y convirtió la zona en un erial radiactivo.

Tres meses después llegaron los militares, diez días después de perder el contacto con la nave de exploración, dos naves de combate salieron en dirección al sistema Qoornay, el último lugar desde donde habían comunicado. La población planetaria no tuvo ni una oportunidad, al llegar al sistema los sensores de ambas naves detectaron los rastros dejados por la destrucción de la nave de exploración, y se dirigieron al planeta exigiendo respuestas primero, y su rendimiento y sumisión inmediata después. Las confusas explicaciones de los líderes planetarios no afectaron al oficial al mando, un militar de carrera con ninguna paciencia para tratar con políticos, pero los informes de los barridos de escáneres realizados sobre los restos de la nave, y los datos recuperados de la «caja negra» de la nave sí.

Actualmente el sistema Qoornay es usado por las diferentes flotas de la RFP como basurero espacial de residuos peligrosos.

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