Como la mayoría de países nórdicos, Noruega se había mostrado neutral durante la Primera Guerra Mundial y esta actitud se mantuvo cuando Alemania e Inglaterra se declararon la guerra al inicio de la Segunda. Sin embargo, la neutralidad era una posición complicada de la que además ambos bandos del conflicto dudaban, sobre todo dada la posición tremendamente estratégica de Noruega de cara al control militar e industrial del Atlántico Norte. Cuando Inglaterra realizó sus primeros movimientos para el control de las aguas noruegas, Alemania decidió iniciar la invasión, justificando su ataque en la necesidad de «proteger» a Noruega de una invasión franco-británica.
Operación Weserübung.
La Operación Weserübung para invadir Noruega movilizó fuerzas de la Kreigsmarine (Marina de Guerra) y la temida Luftwaffe alemanas contra ese país. En una operación similar a la invasión de Polonia y tras ocupar las costas de Noruega casi sin encontrar resistencia, se lanzó sobre el resto de fuerzas dispersas, ocupando las principales ciudades. Los noruegos estaban en clara inferioridad frente al potencial militar alemán, como lo habrían estado frente al británico. Sin embargo, fueron un problema más correoso que cualquiera de las otras fuerzas armadas barridas por la blitzkrieg, mostrando una gran capacidad de resistencia al invasor en la retirada hacia el norte, sobre todo si la comparamos en proporción con las que habían ofrecido los polacos y los franceses.
En cualquier caso y pese a que tras las primeras horas se produjo una reorganización de las tropas noruegas y la aparición de refuerzos de Francia e Inglaterra, la insuficiencia de los mismos y los ataques de Alemania en el centro del continente acabaron por obligar a los aliados y al gobierno noruego a abandonar el país, dándose por completada la invasión en mayo. A partir de ese momento Noruega serviría como base naval para la Kriegsmarine en el Atlántico Norte y para interceptar la ayuda estadounidense a la Unión Soviética. Miles de soldados alemanes se establecerían en las costas en prevención de un desembarco aliado.
El gobierno de Quisling.
Inicialmente, los alemanes nombrarían al noruego Vidkun Quisling jefe del gobierno nazi en Noruega. Quisling había sido miembro del partido noruego Nasjonal Smaling, de corte nacionalsocialista, por lo que tenía una mínima base social de simpatizantes previa que utilizar para hacer más natural el cambio de gobierno. La legislación fue modificada para asegurarse la presencia de nazis noruegos en casi todas las organizaciones masivas del país (sindicatos, asociaciones), prohibiendo los demás partidos políticos. Sin embargo, Quisling estuvo lejos de lograr la adhesión masiva de la población noruega al nuevo régimen. A ello no ayudaba que la economía noruega se viera perjudicada durante la invasión al perder sus mercados externos para los principales productos de exportación en favor del que pasó a ser el único mercado disponible, la propia Alemania. El III Reich creó todas las herramientas necesarias para imponer precios y cuotas de mercado en favor de los comerciantes alemanes, además de cuotas fijas de productos básicos que Noruega debía entregar a Alemania, provocando un constante riesgo de hambruna y escasez. Por suerte, la gran extensión del territorio noruego, difícil de controlar, permitió a la mayoría de la población rural subsistir gracias a la caza y la pesca.
El gobierno alemán se vio obligado a compensar la situación de deslealtad civil enviando al alemán Josef Terboven a ejercer de Reichkommisar y jefe de la administración alemana en Noruega. Él sería quien realmente gobernase en el país y para mediados de 1942, Alemania Quisling carecía de la mayoría de poderes reales. Cuando se hizo obvio que sería imposible ganarse el apoyo del propio pueblo noruego, Terboven pasó a una estrategia de represión militar, con apoyo de varios miles de hombres de la SS venidos de Alemania y la policía nazi de los simpatizantes noruegos. Entre las medidas represivas, se exigía a las autoridades municipales noruegas pagar cupos de guerra a la Wehrmacht a cambio de evitar la destrucción de puertos, puentes o carreteras y se castigaba con dureza a la población civil por las acciones de la resistencia.
La resistencia.
Mientras, los noruegos leales al gobierno legítimo se organizaron en el movimiento de resistencia. Acompañado de pequeños detalles como el rechazo a sentarse en el tranvía al lado de los colaboracionistas del partido Nasjonal Samling de Quisling, pintadas que reivindicaban con un «H7» el retorno de Haakon VII o en llevar una flor en el ojal para celebrar el cumpleaños del rey, el descontento cuajó en el invierno de 1940-41 en el Koordinasjonskomiteen, del que nació la rama civil y política de la resistencia noruega, llamada Sivorg. La rama militar tomó el nombre de Milorg (militærorganisasjon) y estaba dirigida principalmente por ex-oficiales del Ejército de Noruega que seguían las directrices del gobierno en el exilio en Londres, dirigido por el primer ministro Nygaardsvold. A la Milorg se uniría además una compañía especial de saboteadores del ejército noruego, adiestrada en Escocia.
La resistencia se concentró en el sabotaje de las instalaciones y comunicaciones del enemigo y el espionaje. Hasta tal punto tuvo éxito en sus acciones contra los nazis que el Gobierno en el exilio los consideraba una cuarta fuerza armada, más que un grupo de resistencia como tal. Su acción más popular, la voladura de los depósitos de agua pesada de la central hidroeléctrica de Telemark para retrasar el desarrollo de armas atómicas por parte de los nazis, ha sido llevada al cine y documentales; sin embargo, hubo muchas otras de no menor importancia. Además, con ayuda de la resistencia, el tránsito de prófugos, resistentes y mensajeros a través de los barcos mercantes era constante.
Los resistentes noruegos comenzaron orientando sus acciones a la creación gradual de una fuerza de resistencia bien estructurada, así como a recopilar y transmitir información sin hacerse notar demasiado, procurando así evitar las represalias sobre la población, que incluían fusilamientos al azar. Esto llevó a algunos conflictos con el SOE, la fuerzas especiales británicas encargadas de coordinar y favorecer la actividad de resistencia interna en los países ocupados, que hubiese preferido una actividad más agresiva. La Milorg estaba más interesada que en el sabotaje, en la creación de un ejército secreto, listo para atacar cuando las fuerzas aliadas desembarcaran para liberar Noruega. Aunque en 1942 se estableciera un Mando Superior de las Fuerzas Noruegas en Londres, con el objetivo de coordinar estas acciones de tal manera que pasasen desapercibidas o pareciesen ataques del ejército aliado, los desacuerdos llevarían a grandes discrepancias con muchos de los grupos de la resistencia y dentro de ella. En consecuencia, hasta casi el final de la guerra, las acciones más violentas contra los alemanes fueron resultado de acciones del SOE y del grupo comunista Norge Fritt.
Para el final de la guerra la Milorg había organizado, entrenado y armado a cerca de 40.000 hombres, que contribuyeron a la estabilización del país en los meses inmediatamente posteriores al armisticio de 1945. También a diferencia con otros países, no hubo una política de eliminación de lideres de los grupos colaboracionistas.
Personajes de la resistencia
Un grupo de personajes de la resistencia noruega puede ser muy interesante de interpretar por permitir aunar ex-militares noruegos, delincuentes y civiles de todo tipo para una misma misión. Además, es posible crear a personajes del servicio especial británico SOE que participen integrados en alguna misión de la Milorg.
Los personajes de la resistencia noruega pueden crearse de la forma habitual y pertenecer a casi cualquier rama y profesión, aunque por motivos históricos y prácticos, los ex-militares serán el grueso de la organización. Dadas las especiales características de la Milorg, podrían seguir perteneciendo a la rama militar tras el comienzo de la guerra. No se podrán obtener pasos de la rama criminal una vez formada la resistencia en enero de 1941.
El mando de los personajes de la resistencia es inicialmente 10, pero a partir de que comiencen las discrepancias con el SOE, las comprobaciones de confianza sufrirán penalizaciones de un grado de dificultad con respecto a mandos británicos. En cuanto a la moral, comenzará en 0 hasta antes de la invasión nazi. Desde ahí y hasta enero de 1941 la moral será +3. A partir de esa fecha la moral noruega mejorará a +1 gracias al efecto de la formación de la Resistencia. A partir de mediados de 1942 la represión nazi provocará un nuevo empeoramiento de la moral hasta +4. A partir del inicio de la caída del gobierno nazi en el país, con el primer asalto de los soviéticos a Noruega a mediados de 1944 y en especial tras el desembarco de Normandía, la moral inicial mejorará hasta -3.
El armamento individual de un miembro de la resistencia podría variar debido a su carácter irregular, pero en general portarían pistolas Colt (fabricadas bajo licencia en Noruega) y fusiles de cerrojo M1889 Krag Jorgensen de 6,5mm, de fabricación noruega. Pesan 4,22 kilos y tienen un cargador de 5 balas. Su daño es II+6/3, su encasquillamiento es 4 y sus alcances son F 24, MF 48, N 285, D 900 y MD 1000.
En cuanto a su armamento colectivo, hay que destacar los fusiles ametralladora M22, las ametralladoras M1898 Hotchkiss M29 y la Colt de 7,92mm y el Mortero Brandt de 81mm. Como es lógico, disponen de algo de artillería de campaña y montaña, como el cañón M01, una pieza alemana comprada por Noruega, la mas numerosa en su ejercito.
Además, el principal arma de la resistencia noruega sería el terreno y su conocimiento de él. Con extensos territorios para ocultarse, el apoyo de los SOE, la excelente formación y el apoyo de la población, erradicar a la resistencia noruega podría requerir de mucho más tiempo y esfuerzo del que los nazis tendrían disponible en toda la guerra.