autor: Sergio Jurado
Un crisol es un recipiente que se introduce en los hornos y que recibe el metal fundido. Además de los que posiblemente existan en los dominios dwaldur, solamente se conoce de la existencia pública de uno más en todo Pangea, siendo éste propiedad de un mendwan de tez cetrina llamado Xue. Éste reside, desde hace una mano de días, en el grakin de Aguaclara. Xue afirma saber trabajar un nuevo metal, algo más pesado que el hierro dwaldur, al que llama brundio.
Con un peso superior al de una tripa grande llena de agua, el crisol de Xue está fabricado en un material desconocido (grafito con cierto contenido de arcilla, probablemente) y su principal cualidad es que puede soportar sin problemas la exposición a altas temperaturas. El metal en el interior del crisol es introducido en un horno. En su interior se alcanzan altas temperaturas que provocan la fundición del metal, tras lo que es volcado en un molde. El molde permite que los gases se expandan y se liberen durante su enfriamiento y el metal adopte la forma deseada en función de la pieza que se pretende obtener, generalmente algún tipo de arma o herramienta, pero también adornos, torques y brazaletes.
Xue afirma que ha traído personalmente el crisol desde su hogar, un lugar que, afirma, se encuentra al otro lado del Mar del Sur (aunque no ha dado demasiados detalles sobre cómo llegó hasta aquí). También asegura que el poder del crisol reside en que fue bendecido por los espíritus del fuego de su tierra natal, un hecho que ha enfurecido a algunos de los dwaldur de creencias más extremistas y que resulta especialmente preocupante para Barth el Chivo, quien además siente que su boyante monopolio del negocio armamentístico está en peligro. Sin embargo, hasta el momento nadie se ha atrevido a atentar contra la vida de Xue ya que, además de que sería una ruptura de la Ley de Aguaclara («El que mate en el grakin será muerto»). Además, tanto Akker, el kotai que lo acompaña, como su extraña mascota (una especie de hombre-perro, un tipo de animal nunca antes visto en Aguaclara extremadamente inteligente y leal), permanecen siempre alerta.
Esta misma mañana Xue ha solicitado permiso al Consejo de Aguaclara para construir un horno con el que hacer armas y herramientas usando su nuevo metal, ya que desea abrir un negocio en el interior del grakin. La decisión será tomada en la próxima reunión del Consejo, aunque Barth ya ha mostrado públicamente su rotunda negativa. Sea como sea, y hasta que se celebre la reunión, Xue se entretiene fabricándose unas extrañas herramientas que pocas veces se han visto por estos lares: palas, alisadores, espátulas, puntas de moldeo, martillos de piedra… así como unos moldes en dos piezas que resultan terriblemente familiares a muchos dwaldur, unos moldes muy parecidos a los que solamente pueden encontrarse en las forjas sagradas de Tharkas…
Puede que, pronto, ni siquiera la Ley del grakin sea suficiente para refrenar los impulsos homicidas de los zelotes dwaldur.