Por: Olef, hijo de Oleg
Casi toda Pangea atribuye la autoría de este juego a los tikki, pero es más probable que tenga su origen en los h’sar, pero que fueran los tikki quienes lo popularizaran en los grakines y en los caminos. Existen muchos nombre para este juego: ranas de la charca para los h’sar o conejos y liebres para los medwan, pero, en el fondo, todos son el mismo juego con algunas variantes locales.
Es un juego para dos jugadores. Cada uno de ellos coge dos manos más dos de piedras (o conchas o cuentas) que se diferencien fácilmente de las de su oponente. A cada una de las piedras se la llama «ranas» o «sapos» en función de si es el primero o el segundo jugador. Se dibuja un tablero en el suelo con una mano de manos de escaques (una mano en cada lado).
Empezando por el jugador que lleva las ranas, cada uno debe colocar alternativamente una de sus piezas sobre el tablero hasta que todas se hayan agotado. Sólo se pueden colocar en escaques que estén vacíos. Cada pieza colocada obligará a la piezas adyacentes (horizontal, vertical o diagonalmente a saltar sobre ella. Para que el salto se produzca tienen que ocurrir dos cosas: que el cuadrado al que va a saltar esté vacío y que la pieza que va a saltar no esté «sujeta» por otra en la misma dirección (es decir que no tenga otra pieza adyacente en la misma dirección pero sentido contrario al salto.
Ejemplo: El jugador coloca uno de sus sapos (ficha azul) en el escaque A. Al hacerlo, provocaría que las cuatro fichas adyacentes (1, 2, 3 y B) se vieran obligada a saltar. Sin embargo, la rana (amarilla) en el escaque 1 no puede saltar porque se lo impide la rana en el escaque C (y viceversa). El sapo en el escaque 2 no puede saltar porque está sujeto por la rana en el escaque C (adyacente en la dirección del salto pero en sentido contrario a este). Finalmente, el sapo en el escaque C sí debe saltar sobre la ficha colocada en A. Observa que la rana en C no impide saltar a 3 de ninguna manera. Está adyacente, pero no en la misma dirección que el salto. La situación final sería:
Cuando ambos jugadores han colocado sus ranas y sapos, la partida termina. Siempre quedará vacío uno de los escaques del tablero. El jugador que haya colocado más ranas o sapos adyacentes unos a otros (horizontal, vertical o diagonalmente), ganará la partida. Si un jugador tiene varias fichas adyacentes, pero en dos o más grupos separados entre sí, su puntuación será la del grupo mayor (generalmente, en estos casos, el otro jugador será el vencedor).
En el ejemplo anterior, el jugador con las ranas (amarillo) ha ganado la partida porque todas sus fichas están adyacentes mientras que el jugador sapo ha permitido que una de las suyas termine aislada del resto (arriba a la derecha).
Siempre se juegan dos o más partidas alternándose en quién es el jugador rana y quien el jugador sapo. El número total de partidas siempre permitirá que cada jugador haya tenido las mismas oportunidades de ser rana. Cada partida ganada cuenta como 2 puntos y en caso de empate, el jugador sapo, sólo él, se llevará 1 punto.
Existen muchos dichos tikki sobre el juego y que en alguna ocasión podrás escuchárselo referidos a hechos cotidianos. Comentaremos dos:
Amigo de ranas, ignorante de sapos. En un sentido amplio quiere decir que nunca se puede uno especializar en una cosa y que debe conocer algo de todo. Y en concreto en el juego hace referencia a que el jugador rana lleva la iniciativa y, por tanto, es esperable que gane, pero si sólo sabes ganar con las ranas, nunca ganarás el juego. Una partida de ranas y sapos se gana con los sapos.
Pastor de ranas, perdedor de sapos. Los tikki utilizan este dicho cuando alguien acapara algo, pero se olvida de otras cosas. Por ejemplo, cuando alguien reúne mucha madera para el fuego, pero no se preocupa de cazar. En el juego se utiliza cuando un jugador, normalmente la rana, se dedica sólo a mantener juntas sus fichas, ignorando las jugadas del contrario.